5. AMIGO LECTOR:
La obra que usted tiene en sus manos posee un gran valor. En ella, su autor ha vertido
conocimientos, experiencia y mucho trabajo. El editor ha procurado una presentación
digna de su contenido y está poniendo todo su empeño y recursos para que sea amplia-
mente difundida, a través de su red de comercialización.
Al fotocopiar este libro, el autor y el editor dejan de percibir lo que corresponde a
la inversión que han realizado y se desalienta la creación de nuevas obras. Rechace
cualquier ejemplar “pirata” o fotocopia ilegal de este libro, pues de lo contrario estará
contribuyendo al lucro de quienes se aprovechan ilegítimamente del esfuerzo del autor
y del editor.
La reproducción no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor no sólo es
un delito, sino que atenta contra la creatividad y la difusión de la cultura.
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EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIA
Editorial El Manual Moderno, S. A. de C. V.
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México, D. F.
Editorial El Manual Moderno (Colombia), Ltda
Carrera 12-A No. 79-03
Bogotá, D.C.
6. 3a. Edición
Fisiología respiratoria
Lo esencial en la práctica clínica
William Cristancho Gómez
Fisioterapeuta Universidad Nacional de Colombia
Especialista en docencia universitaria Universidad El Bosque
Profesor titular Facultad de Ciencias de la Salud,
Universidad del Cauca
ERRNVPHGLFRVRUJ
11. Capítulo 2
Circulación pulmonar y relación ventilación perfusión
Circulación pulmonar...................................................................................45
Distribución de la ventilación y la perfusión ................................................49
Diferencias regionales de la perfusión...........................................................51
Relación ventilación-perfusión (V/Q)...........................................................55
Algunos aspectos prácticos para el clínico ....................................................60
Capítulo 3
Intercambio gaseoso alvéolo-capilar
Propiedades físicas y leyes de los gases..........................................................63
El gas atmosférico.........................................................................................65
Modificaciones en la presión parcial de oxígeno............................................67
Difusión........................................................................................................72
Alteraciones del intercambio gaseoso............................................................76
Algunos aspectos prácticos para el clínico.....................................................89
Capítulo 4
Transporte de gases
Transporte de oxígeno (DO2
)........................................................................91
Oxígeno disuelto en el plasma......................................................................91
Oxígeno combinado con la hemoglobina......................................................92
Contenido arterial de oxígeno.......................................................................99
Intercambio tisular de oxígeno....................................................................100
Diferencia arterio-venosa de oxígeno (DavO2
)............................................101
Consumo de oxígeno (VO2
)........................................................................102
Rata de extracción de oxígeno (REO2
)........................................................102
Hipoxia.......................................................................................................102
Intercambio tisular de CO2
.........................................................................104
Transporte de CO2
......................................................................................105
Curva de disociación del CO2
.....................................................................106
El CO2
como componente esencial
del equilibrio ácido básico...........................................................................107
Regulación de los ácidos orgánicos..............................................................109
Excreción de ácidos titulables.....................................................................112
Formación de amoniaco..............................................................................112
Concepto de Base Exceso (BE)...................................................................119
Concepto de Anión Gap.............................................................................120
Teoría de Stewart .......................................................................................121
Algunos aspectos prácticos para el clínico...................................................123
X • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
13. Obstrucción fija de la vía aérea superior.....................................................184
Medición de la CFR y el VR mediante
la técnica de dilución gaseosa con helio ......................................................185
Medición de la CFR mediante la técnica de lavado con nitrógeno...............186
Pletismografía corporal................................................................................187
Medición de la resistencia de la vía aérea....................................................189
Ventilación voluntaria máxima (VVM).......................................................190
Volumen de cierre.......................................................................................190
Medición de la capacidad de difusión mediante
el método de respiración única con monóxido de carbono (DLCO)...........192
Algunos aspectos prácticos para el clínico...................................................194
Capítulo 8
Cambios fisiológicos durante la ventilación mecánica
La fase inspiratoria durante la VM..............................................................199
La fase inspiratoria durante la VM..............................................................201
Presiones y distensibilidad durante la VM...................................................201
Relación de las presiones con la distensibilidad...........................................206
Efectos pulmonares de la PPI......................................................................207
Efectos hemodinámicos de la PPI................................................................213
Algunos aspectos prácticos para el clínico...................................................220
Capítulo 9
Fisiología pleural
Anatomía esencial.......................................................................................223
Fisiología ....................................................................................................224
Consideraciones embriológicas relacionadas con la fisiología.......................227
Consideraciones anatómicas relacionadas con la fisiología ..........................229
Consideraciones semiológicas relacionadas con la fisiopatología..................230
Conclusiones...............................................................................................234
Algunos aspectos prácticos para el clínico...................................................235
Bibliografía.................................................................................................237
Índice analítico...........................................................................................239
XII • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
15. prácticas de laboratorio. La situación planteada podría solucionarse fácilmente
con la existencia de un libro con contenidos esenciales que elimine la tentación
de “tomar, tomar y tomar apuntes”.
Análogamente, el profesional ya formado experimenta dificultades en su
práctica clínica derivadas del olvido de un porcentaje –a veces considerable–
de conceptos estrechamente vinculados a las ciencias básicas, entendidas éstas
como la fundamentación de la formación científica y el cimiento de la com-
prensión y manejo de la totalidad de fenómenos patológicos. En este contexto
surgen necesidades de consulta urgente de tópicos específicos que permitan al
profesional resolver problemas puntuales idóneamente, lo cual motiva al sujeto
deseoso de ejecutar acciones racionales a elegir ciertos textos como guías de
utilidad un tanto pragmática, sin que esto invalide los libros escogidos.
En ambos casos los individuos (estudiantes y clínicos) acuden a las fuentes
de información disponibles y sobretodo accesibles. Sin embargo, no siempre se
encuentran las respuestas de manera ágil, precisa, didáctica y ante todo prácti-
ca. Esto no quiere decir que la vasta, variada y excelente bibliografía existente
en fisiología sea inadecuada, al contrario, provee la información suficiente para
fortalecer los conceptos fundamentales adquiridos durante la aproximación a la
comprensión fisiológica del ser humano. No obstante, muchas veces los conte-
nidos abordados están provistos de complicadas disertaciones necesarias desde
la perspectiva científica de la fisiología pero un poco alejadas de las aplicacio-
nes cotidianas.
En razón con estas consideraciones surgió la idea de elaborar un texto guía
con los contenidos esenciales de la fisiología respiratoria (área de énfasis del
autor) aplicados a la práctica clínica. Por un lado, para facilitar al estudiante
la revisión y apropiación de conocimientos útiles en la comprensión del com-
portamiento de la función respiratoria en condiciones de normalidad, base del
discernimiento de situaciones clínicas que afrontará en el futuro, y por otro
lado, para ayudar al clínico a encontrar explicaciones prácticas de temas con-
cretos que habitualmente se enfrentan durante la aproximación diagnóstica y
el abordaje terapéutico.
El libro se apoya principalmente en veintidós años de docencia en fisiología
respiratoria desarrollados la mayoría de ellos en la Facultad de Ciencias de la
Salud de la Universidad del Cauca, entidad pública que durante muchos años
ha contribuido al desarrollo de Colombia mediante la formación de profesio-
nales de diversas disciplinas.
En el texto se abordan de manera secuencial y práctica los temas más re-
levantes de la fisiología respiratoria, comenzando por la mecánica de la venti-
lación, capítulo en el que se describen los fenómenos mecánicos que ocurren
durante el recorrido del aire desde la atmósfera hasta el alvéolo y de éste hacia
aquélla, privilegiando los sucesos físicos. El capítulo dos tiene la misma estruc-
XIV • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
17. PREFACIO A LA SEGUNDA EDICIÓN
La vida es respiración, anhelos y tinieblas
William Faulkner (Absalón)
Si un autor quisiera disponer de herramientas para medir la importancia de
sus productos académicos, es probable que dentro de los indicadores de éxito
puedan mencionarse la cuantificación del número de ejemplares vendidos y
las múltiples comunicaciones de pares con comentarios y sugerencias, siempre
bienvenidas.
La primera edición de Fisiología Respiratoria, lo esencial en la práctica clí-
nica, se agotó rápidamente en el mercado latinoamericano. Posiblemente la
forma didáctica en que se presentan los contenidos de asombrosos prodigios
fisiológicos, orientados hacia la cotidianidad del clínico, sea éste, profesional en
ejercicio o en formación, ha contribuido a poner el libro en destacados lugares
de consulta sobre situaciones frecuentes en el ámbito de las ciencias de la salud.
Por otra parte, los comentarios, críticas y sugerencias de muchos colegas,
han servido para preparar esta segunda edición, en la que se incluyen al final de
cada capítulo aspectos que comúnmente generan cuestionamientos a la hora de
enfrentar la individualidad de un paciente.
Con la certeza de una acogida exitosa, expreso un justo agradecimiento a
la editorial El Manual Moderno por creer en autores colombianos y por llevar
los libros a diversos países con los que los lazos del idioma originan una unión
indisoluble. A la Universidad del Cauca por facilitar el desarrollo docente re-
querido para la producción intelectual, y sobretodo a mi familia, motor de
todos los actos de mi vida.
William Cristancho Gómez
XVI • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
19. merece, aún cuando es una estructura que pasa desapercibida en condiciones
normales. “Yo amo los mundos sutiles, ingrávidos y gentiles como pompas de ja-
bón”, escribió Antonio Machado.
Laura y Camila son mis hijas –estudiantes de Medicina a punto de culminar
sus estudios– quienes permanentemente me motivan a escribir. Cuando las veo
inmersas en los libros –incluyendo los mios– en largas noches de desvelo, siento
la necesidad de poner a disposición de los estudiantes en formación, textos que
faciliten la tarea. Me apoya siempre Beatriz, mi amada esposa quien comparte
conmigo la idea de que, el estudiante en formación merece todo nuestro respe-
to, admiración y ayuda. A las tres muchas gracias.
Finalmente agradezco al señor Luis Fernando Bermúdez –mi editor–, y a
todo su equipo de El Manual Moderno, el apoyo incondicional que siempre he
sentido. Producir y posicionar libros no es fácil en el mundo actual, en el que
las tecnologías de la información y la comunicación nos abruman. No obstante,
como alguien anotó, el libro será el gran sobreviviente de la historia.
William Cristancho Gómez
XVIII • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
21. Puesto que la educación de un hombre –se ha dicho–, comienza genera-
ciones atrás, hace falta un homenaje último. –¿Por qué escribes?– le pregunte
en alguna ocasión. –No lo sé, es una necesidad–. Y siguiendo un silencio más o
menos largo agregó: –Después del trabajo y noche tras noche, Pablo escribía con
pluma sobre cuadernos grises; menos la última madrugada en que me asomé a su
cuarto y lo vi respirar, y supe que se iba a morir–.
Tal es su inspiración. Tal su pasión.
Alberto Antonio Bossa Yepes M.D.
Internista Neumólogo
XX • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
23. Figura 1.1. Representación simplificada de las dos fases del ciclo ventilatorio.
Obsérvese que la duración de la espiración duplica la de la inspiración
La fase inspiratoria
La fase inspiratoria corresponde a la movilización de gas desde la atmósfera
hacia los alvéolos. En condiciones normales, es decir, en ausencia de apoyo me-
cánico, es producida siempre por la acción de los músculos de la inspiración,
dentro de los que pueden caracterizarse tres diferentes grupos: los músculos
productores de la fase, los facilitadores de la fase, y los accesorios de la fase
(Figura 1.2).
Figura 1.2. Músculos de la inspiración. Los productores y los facilitadores actúan
en condiciones fisiológicas. En condiciones de ejercicio y en situaciones patológicas
se suman a éstos los músculos accesorios
2 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
25. Al producirse la contracción de los músculos de la inspiración, el diafragma
desciende hacia la cavidad abdominal generando aumento en los diámetros
longitudinal, anteroposterior y transverso del tórax. Simultáneamente, los
intercostales externos tienden a incrementar los diámetros anteroposterior y
transverso por el movimiento en “asa de balde” que su acción produce en las
costillas. Estos incrementos generan aumento en el volumen intratorácico, lo
cual por Ley de Boyle-Mariotte produce un descenso en la presión intrapul-
monar con respecto a la presión de reposo (atmosférica). Se crea entonces un
gradiente de presión entre la atmósfera y los pulmones, por lo cual el aire fluye
libremente desde la primera hacia los segundos (Figura 1.4).
Figura 1.4. Representación del aumento del volumen (mayor que X con respecto
a la figura 1.3) y disminución de la presión intrapulmonar (menor que la atmosférica)
producidos por la contracción de los músculos de la inspiración
Por razones prácticas, la presión subatmosférica producida por los fenó-
menos descritos, suele denominarse presión negativa. Aunque esta denomi-
4 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
27. Los músculos accesorios de la fase intervienen en situaciones patológicas o
durante el ejercicio. Su contracción contribuye al incremento en el volumen
intratorácico con lo que ayudan a la inspiración por el incremento en la presión
negativa. Sin embargo, ellos nunca pueden sustituir la función de los músculos
productores de la fase.
Figura 1.6. Dinámica de la vía aérea durante la inspiración
CONCEPTO DE DISTENSIBILIDAD
Hasta aquí se han descrito posiciones estáticas para determinados momentos
de la fase inspiratoria. Sin embargo, ésta posee una dinámica que produce
fluctuaciones de volumen y presión durante su tiempo de duración. Vale la
pena preguntar, ¿qué fenómeno produce la aproximación de la presión negativa
a cero para que la fase finalice? La respuesta es sencilla: a medida que un vo-
lumen de gases atmosféricos ingresa al pulmón, la presión dentro de éste se
incrementa hasta igualar la presión de referencia. Surge aquí un interrogante
para el observador juicioso: ¿no contradice esta afirmación a la Ley de Boyle-
Mariotte? La respuesta es no, debido a que la ganancia de volumen se produce
en un recipiente que posee un límite de insuflación en el que la inspiración se
produce por efecto de la presión negativa de succión, pero en la medida en que
el volumen intrapulmonar aumenta se genera también un aumento en la pre-
sión intraalveolar, debido al incremento del número de moléculas de aire por
unidad de volumen en una estructura con un límite volúmetrico. Quiere decir,
6 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
29. 3. El asa inspiratoria y el asa espiratoria de la curva poseen diferente reco-
rrido en el sistema de coordenadas. A este singular comportamiento se le
denomina histéresis pulmonar, fenómeno que identifica la diferencia de
volúmenes en cada fase para un mismo valor de presión, el cual se debe a
la diferencia en las fuerzas productoras de cada fase y a la resistencia del
pulmón a la deformación en fase inspiratoria (por ser una estructura elás-
tica, el pulmón tiende a resistirse a la inflación).
4. El asa inspiratoria inicia su recorrido en un valor de presión cero sobre la
abcisa (presión atmosférica) pero este comienzo se realiza a partir de un
volumen contenido en el pulmón (volumen residual; VR en la ordenada).
Quiere decir, que siempre el pulmón contiene este volumen.
5. La presión alrededor del pulmón es negativa al inicio de la fase espiratoria,
pero es cero (atmosférica) al final de ella.
6. El asa inspiratoria posee dos puntos de inflexión: inferior y supe-
rior. Desde el inicio de la fase hasta el punto de inflexión inferior la
apertura alveolar se dificulta por la resistencia del pulmón a la infla-
ción; una vez alcanzado este punto los alvéolos superan su volumen
crítico y la inflación se produce fácilmente, lo cual determina una
zona de máximo reclutamiento alveolar que se extiende hasta el punto de
inflexión superior, después del cual los cambios volumétricos no son de
gran magnitud debido a que la mayoría de unidades se encuentran llenas
de aire. Esta consideración fisiológica reviste enorme importancia en con-
diciones de apoyo mecánico ventilatorio.
7. La derivada de la curva presión-volumen representa la distensibilidad pul-
monar. Si ésta se inclina hacia la abcisa, la distensibilidad se encontrará dis-
minuida. Por el contrario, una inclinación hacia la ordenada representará
un incremento de ella.
La distensibilidad no se refiere exclusivamente a la capacidad del pulmón
para modificar su volumen en respuesta a la aplicación de presión a su alre-
dedor, involucra también la capacidad de la caja torácica para expanderse
durante la fase inspiratoria. Por esto, es conveniente diferenciar diversas tipi-
ficaciones del fenómeno:
1. Distensibilidad estática. Es el cambio de volumen pulmonar debido a la
aplicación de una unidad de presión. Se denomina estática cuando la me-
dición se realiza en ausencia de flujo y representa la distensibilidad del
8 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
31. Un recién nacido normal tiene un valor de distensibilidad de aproxima-
damente 0.006 Lt/cmH2
O. Si éste se relaciona con el volumen pulmonar
(Desp), se transforma en 0.067 Lt/cmH2
O/Lt, ¡prácticamente idéntico al
valor del pulmón adulto!
Figura 1.8. Comparación de la DE con la Desp en tres diferentes
e hipotéticos tamaños de pulmón
Una situación interesante se relaciona con aquellas condiciones en las que
la enfermedad reduce la distensibilidad pero produce también pérdida de
volumen. En este caso, sería interesante para el clínico medir la Desp, para
definir apropiadas conductas terapéuticas. Sin embargo, esta medición no
es fácil ni corresponde a la rutina clínica.
La fase espiratoria
Una vez finalizada la inspiración comienza la fase espiratoria. Para que se pro-
duzca, deben existir tres condiciones iniciales: 1) el gradiente de presión de
la fase inspiratoria debe haber desaparecido, es decir, la presión intra-alveolar
debe ser atmosférica; 2) el volumen intrapulmonar debe ser superior al volu-
men de reposo; y 3) los músculos de la inspiración deben relajarse.
10 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
33. cuales fijan la jaula torácica para posibilitar la espiración. Si bien, esta acción
facilitadora ocurre en condiciones normales, su ausencia no tiene efecto sig-
nificativo sobre ella. Los músculos accesorios actúan en la espiración forzada,
durante el ejercicio y/o en condiciones patológicas.
Es entonces en resumen, el retroceso elástico del pulmón el que genera
el gradiente de presión requerido para la espiración (Figura 1.10). Un factor
adyuvante de la espiración, es la fuerza de tensión superficial que facilita el
vaciamiento alveolar (ver más adelante).
Figura 1.10. Mecánica de la espiración. Las flechas ubicadas dentro del
rectángulo que representa la cavidad torácica, corresponden al retroceso elástico
del pulmón que genera presión supra-atmosférica para la producción de la fase
La curva presión-tiempo en la fase espiratoria varía con respecto a la de
la fase inspiratoria por razones obvias (Figura 1.11). En la espiración, ésta se
desplaza por la zona de presión supra-atmosférica (positiva), en tanto que en
12 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
35. torácica tiende a dilatarse por efecto de la fuerza expansiva del volumen espirado
en una zona en la que ésta no encuentra oposición (Figura 1.12). Estos fenóme-
nos revisten mayor interés al estudiar la resistencia de las vías aéreas durante el
ciclo ventilatorio.
Presión pleural
Como se ha revisado, la presión dentro del alvéolo es negativa durante el trans-
curso de la inspiración y es positiva durante la espiración (Figura 1.11). En la
cavidad pleural ocurren también modificaciones de la presión, debido a que
el espacio limitado por las dos hojas pleurales se ve sometido a los fenómenos
mecánicos que tienen lugar durante el ciclo ventilatorio.
En condiciones normales, el pulmón tiende a colapsarse como consecuencia
de sus propiedades elásticas, en tanto que la caja torácica tiende a expandirse, lo
cual determina la existencia de dos fuerzas en sentido opuesto que mantienen
la posición de equilibrio y que generan presión negativa dentro de la cavidad
pleural; presión que se incrementa (se hace más negativa) durante la inspira-
ción y que retorna a su valor normal (de todas formas negativo) al final de la
espiración (Figura 1.13).
Figura 1.13. Modificación de la presión intrapleural durante el ciclo ventilatorio.
Obsérvese que ésta es negativa en reposo y que durante el transcurso de la
inspiración se hace más negativa “facilitando” la fase. Durante la espiración,
retorna a su valor negativo de reposo
Puede observarse en la figura citada, que la presión intraalveolar y la presión
intrapleural difieren durante el transcurso de la fase inspiratoria. A esta dife-
14 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
37. presión dentro del alvéolo es cero (atmosférica) y la presión intrapleural es
negativa como consecuencia de la oposición de la elasticidad pulmonar a la
expansión torácica, por lo cual la PTP es de + 5; [0 –(-5) = + 5]. Al comenzar
y durante el transcurso de la inspiración, la presión intra-alveolar se hace nega-
tiva (-5) por Ley de Boyle, y la presión intrapleural se hace aún más negativa
(-10), por lo cual la PTP se mantiene positiva [-5 –(-10) = + 5]. Al finalizar la
fase, la presión intra-alveolar se hace atmosférica (cero) como consecuencia del
llenado alveolar y la desaparición del gradiente de presión, en tanto que la pre-
sión intrapleural alcanza su “máximo valor negativo” (-10), por lo cual la PTP
es positiva [0 -(-10) = + 10]. El mantenimiento de la PTP en valores positivos,
garantiza el mantenimiento de la apertura de las estructuras ventilatorias a lo
largo del ciclo fisiológico.
Durante la fase espiratoria, la PTP se mantiene positiva, con lo cual el fenó-
meno de apertura debido a este parámetro se perpetúa (Figura 1.15).
Figura 1.15. Presión transpulmonar (PTP) durante la espiración. Obsérvese que ésta
es siempre positiva, lo cual mantiene la apertura de las estructuras. La zona
sombreada representa la cavidad pleural y el círculo representa un alvéolo
16 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
39. Figura 1.17. Niveles, Volúmenes y Capacidades pulmonares
A partir del nivel inspiratorio de reposo es posible mediante trabajo muscu-
lar, incrementar la cantidad de aire que ingresa a los pulmones. Este incremento
está limitado por el Nivel Inspiratorio Máximo (NIM), lo que determina un
volumen de gas llamado Volumen de Reserva Inspiratorio (VRI). En la prác-
tica, el VRI es el máximo volumen de aire que se puede llevar a los pulmones
después de una inspiración normal.
A partir del nivel espiratorio de reposo es posible espirar un volumen de ga-
ses mediante la acción de los músculos de la espiración hasta un Nivel Espirato-
rio Máximo (NEM), es el denominado Volumen de Reserva Espiratorio (VRE).
En la práctica, el VRE es el máximo volumen de aire que se puede exhalar de
los pulmones después de una espiración normal.
Siempre queda dentro de los pulmones un volumen de gas que no puede
expulsarse. Es el denominado Volumen Residual. En la práctica, el VR es el
volumen de gas que queda dentro de los pulmones después de una espiración
forzada.
La combinación funcional de los volúmenes pulmonares determina las ca-
pacidades pulmonares.
La Capacidad Inspiratoria (CI), es la suma del VT más el VRI. La Capacidad
Funcional Residual (CFR), es la suma del VRE más el VR. La Capacidad Vital
(CV), es la suma del VT más el VRI más el VRE, es decir, la suma de los tres
volúmenes que pueden movilizarse. La Capacidad Pulmonar Total (CPT), es
la suma de los cuatro volúmenes.
18 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
41. A partir de la decimoséptima generación bronquial y hasta el alvéolo se en-
cuentra la Vía Aérea Periférica (VAP), denominada también zona respiratoria,
llamada así porque en ella ocurren los fenómenos de intercambio. En esta se
encuentran proximalmente los bronquíolos respiratorios, medialmente los con-
ductos alveolares y distalmente los sacos alveolares (Figura 1.18).
EL ESPACIO MUERTO
Como ya se mencionó, el conjunto de la VAS y la VAI conforman el Espacio
Muerto Anatómico (EMA), zona denominada así, porque en ella no ocurre
intercambio gaseoso. Su valor aproximado es de 2 ml/kg.
En cualquier circunstancia, parte del volumen de gas inspirado ocupa esta
zona, por lo cual es válido afirmar que el volumen corriente conducido al siste-
ma respiratorio en cada inspiración, se distribuye entre ventilación de espacio
muerto (VD) y ventilación alveolar efectiva (VAE) y que la sumatoria de los
dos conforma el VT; de donde:
VT = VD + VAE
La definición de espacio muerto aplica también para todas las zonas del
pulmón –no de la vía aérea– en las que no se produce efectivamente el inter-
cambio gaseoso. Esta situación ocurre en unidades subperfundidas, las cuales
determinan la aparición de una zona de Espacio Muerto Pulmonar o alveolar
(EMP), que junto al EMA conforman el Espacio Muerto Fisiológico (EMF),
de donde se deduce que:
EMF = EMA + EMP
La determinación del EMF (VD/VT) se realiza a través de la ecuación
de Bohr:
VD/VT = PaCO2
– PECO2
/ PaCO2
(VD/VT = EMF; PaCO2
= Presión arterial de CO2
; PECO2
= Presión de CO2
espirado)
El valor normal del EMF es de aproximadamente el 30% del volumen
corriente en reposo; valor que aumenta en la enfermedad pulmonar que cur-
sa con desequilibrio en la relación ventilación perfusión (V/Q; ver capítulo
segundo).
20 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
43. Figura 1.19. Esquema del flujo laminar en un conducto
Flujo turbulento
Existe en este tipo de flujo, una desorganización completa de las líneas de co-
rriente. Las moléculas de gas pueden moverse en dirección lateral colisionando
entre sí y contra las paredes del conducto, variando la velocidad. Se presenta en
sitios donde el volumen de gas es grande (tráquea; Figura 1.20).
Figura 1.20. Esquema de flujo turbulento en un conducto
Flujo transicional
Las líneas de corriente están separadas y es posible que se provoque una forma-
ción turbulenta de menor intensidad provocada por el choque contra elementos
que obstruyen el conducto o, contra bifurcaciones (Figura 1.21).
Figura 1.21. Esquema de flujo transicional en un conducto
Como consecuencia de la conformación arquitectónica de la vía aérea,
en ella se presentan diferentes tipos de flujo, puesto que anatómicamente se
22 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
45. Tabla 1.1. Resumen de tipos de flujo dependiendo de las características
del conducto y del volumen de aire en movimiento
Tipo de flujo Sitio Corriente de aire Presión impulsora
Laminar
Pequeñas vías
aéreas
Pequeña
(volúmenes pulmo-
nares bajos)
Proporcional a la viscosidad
del gas.
Transicional
Ramificaciones
y puntos de
estrechamiento
Media
Proporcional a la densidad y
a la viscosidad del gas
Turbulento
Tráquea y vías
aéreas grandes
Grande
(volúmenes pulmo-
nares grandes)
Proporcional al cuadrado de
la corriente. Depende de la
densidad del gas
CONCEPTO DE RESISTENCIA
Cuando ingresan y salen de la vía aérea y del pulmón volúmenes de gases, es
obvio suponer que su paso por un sistema de conducción generará resistencia,
la cual está condicionada no sólo por el volumen mismo, también por la veloci-
dad y la forma del perfil del flujo. Igualmente se puede asumir que la resistencia
dependerá de la permeabilidad y el calibre de la vía, de la longitud de ésta y de
la viscosidad del gas. Una vía aérea estrecha ofrecerá máxima resistencia y dis-
minuirá la velocidad de flujo. Estos hechos fueron perfectamente descritos por
Poiseuille, quien demostró que la resistencia (R) es directamente proporcional
a la viscosidad del fluido (n) y a la longitud (1) del conducto e inversamente
proporcional al radio (r) del conducto elevado a la cuarta potencia.
4
8nl
R=
r
La expresión matemática descrita por Poiseuille, indica que si la longitud del
conducto y la viscosidad del gas aumentan, la resistencia se incrementará signi-
ficativamente. No obstante, el valor más crítico es el radio del conducto puesto
que si éste disminuye a la mitad de su valor, la resistencia aumentará 16 veces
(por estar elevado a la cuarta potencia).
Estos hechos ampliamente demostrados, permiten entender la importancia
de mantener las vías aéreas en adecuadas condiciones de permeabilidad y per-
miten también comprender la severidad de las manifestaciones semiológicas
y sintomáticas observadas en el paciente con obstrucción de la vía aérea de
cualquier etiología.
24 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
47. de Cierre (CC); de donde: CC = VR + Vc. El Vc se expresa como porcentaje de
la CV, en tanto que la capacidad de cierre se expresa como porcentaje de la CPT.
El Vc tiene una magnitud aproximada al 10% de la Cv en adultos jóvenes y
sanos, pero aumenta progresivamente con la edad hasta cifras entre 25 y 30%,
probablemente por la disminución de la elasticidad pulmonar.
La elevación del Vc es sugestiva de obstrucción de la pequeña vía aérea y se
presenta casi invariablemente en los fumadores. Sin embargo, su incremento no
es específico para la enfermedad obstructiva.
El conocimiento de la Ley de OHM permite entender las interrelaciones
que se originan entre resistencia, presión y flujo, conceptos revisados hasta esta
parte del texto.
FLUJO = DELTA P/RESISTENCIA
En donde Delta P corresponde a la diferencia de presión entre la boca y el
alvéolo y R a resistencia de las vías aéreas. Según esta Ley, si la resistencia
de las vías aéreas es constante, el flujo depende directamente de la diferen-
cia de presiones. El flujo para la fase inspiratoria dependerá entonces de la
diferencia entre la presión en el extremo proximal de la VAS y la presión
alveolar, y esta diferencia se constituye en la fuerza impulsora de la fase
inspiratoria.
En la espiración forzada a volúmenes altos la velocidad de flujo espiratorio
es dependiente del esfuerzo, pero a medida que éstos se transforman en volú-
menes medianos o bajos, por más que se aumente la presión intrapleural como
consecuencia de un mayor esfuerzo muscular, la velocidad de flujo no se modi-
fica, es decir es independiente del esfuerzo, debido a que la presión propulsora
a través de la vía aérea tiende a estabilizarse después del PIP.
La resistencia total a la inspiración, está determinada por la sumatoria de la
resistencia elástica del tejido pulmonar más la resistencia friccional impuesta
por la vía aérea, siendo esta última la más importante porque representa alrede-
dor del 80% del total de la resistencia total. No obstante en situaciones en que
se encuentra aumentada la resistencia elástica (fibrosis pulmonar, por ejemplo),
gran parte del trabajo inspiratorio se utiliza para vencerla.
Usualmente surge una pregunta relativa a ¿qué zona de la vía aérea opone
mayor resistencia? La respuesta parece ser paradójica: la mayor parte de la re-
sistencia al flujo, la oponen la VAS y la VAI, debido a que el volumen inspira-
do debe circular por una serie de conductos que si bien poseen un diámetro
mayor comparado con el de la VAP, presentan un área de circulación de gases
significativamente inferior. Entonces, la resistencia de la VAP está dispuesta en
paralelo, situación en la que la resistencia total es inferior a la resistencia indi-
vidual de un tubo de mayor diámetro. Este concepto puede entenderse a través
26 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
49. TENSIÓN SUPERFICIAL Y VOLUMEN CRÍTICO ALVEOLAR
Desde el punto de vista mecánico, para que una unidad pulmonar sea funcio-
nal, es indispensable el mantenimiento de la apertura alveolar. No obstante,
como el alvéolo está recubierto de una película líquida, se presenta en él un
fenómeno de tensión superficial, la cual se define como “la fuerza expresada
en dinas que actúa a través de una línea imaginaria de un centímetro de largo
en la superficie de un líquido” (West, 1996). Esta adecuada definición puede
expresarse didácticamente como la tendencia de las moléculas de un líquido
a ocupar la menor superficie posible en el recipiente que lo contiene, lo que
quiere decir en la práctica que las moléculas del revestimiento del alvéolo ejer-
cen una fuerza que tiende a colapsarlo (Figura 1.24).
Figura 1.24. Representación esquemática de la dirección de la fuerza de tensión
superficial. Obsérvese que las moléculas de líquido del revestimiento alveolar,
tienden a colapsarlo
Como puede observarse en la figura 1.24, las moléculas del líquido que
tapizan el alvéolo ejercen una fuerza en dirección centrípeta que promueve el
cierre alveolar. ¿Qué ocurriría si la tensión superficial fuera la única fuerza presen-
te en el alvéolo?. Irremediablemente éste se colapsaría.
Entonces, si la tensión superficial es un fenómeno aparentemente de-
letéreo, ¿no es cuestionable su presencia dentro de los prodigios fisiológicos? La
respuesta es no, puesto que la tensión superficial permite optimizar el vaciado
alveolar en fase espiratoria, desde una posición de máxima apertura hasta su
volumen crítico (Figura 1.25). Esto quiere decir además, que la tensión super-
ficial es máxima cuando los alvéolos están insuflados, y mínima cuando no lo
28 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
51. Los otros componentes del surfactante contribuyen a optimizar su funcio-
namiento, en particular las proteínas hidrofóbicas de bajo peso molecular (SP-B
y SP-C) que ayudan a dispersar el surfactante en la interfaz aire líquido. Las
proteínas hidrofílicas SPA y SP-D cumplen funciones inmunológicas.
Desde el punto de vista de mecánica respiratoria, el surfactante 1. contribuye
en el mantenimiento y mejoramiento de la distensibilidad pulmonar, 2. anula
las fuerzas de tensión superficial a un volumen alveolar crítico confiriendo es-
tabilidad al alvéolo, y 3. mantiene relativamente secas las estructuras alveolares
al impedir la trasudación de líquido favorecida por la fuerza de tensión superfi-
cial. Estos hechos se traducen en disminución del trabajo respiratorio. Además,
el surfactante asume funciones relacionadas con los sistemas de defensa del
pulmón.
PRESIÓN REQUERIDA PARA
MANTENER INSUFLADO EL ALVÉOLO
¿Qué presión de insuflación se requiere para mantener la apertura alveolar, cuya
magnitud sea superior a la tensión superficial?. La respuesta se obtiene de la Ley
de Laplace, la cual expresa que “la presión requerida para insuflar una estructu-
ra esférica, es igual al doble de su tensión superficial (TS) dividida por el radio
(r) de la esfera”.
Presión = 2 TS/r
Si bien, el alvéolo no es esférico, físicamente se comporta como una esfera
elástica que obedece a la Ley de Laplace.
Puede advertirse que de esta ley se deriva un concepto de gran importancia
referido al radio del alvéolo, puesto que la presión requerida para el manteni-
miento de la insuflación es inversamente proporcional a éste. Entonces, si se
pretende mantener la apertura de dos alvéolos de diferente tamaño, la presión
requerida para conseguir el efecto será mayor en el alvéolo de menor tamaño y
viceversa; siempre y cuando la TS en los dos sea igual (Figura 1.26).
En la figura 1.26, se presenta de manera muy simplificada el cálculo de la
presión requerida para mantener insuflados dos alvéolos de diferente tamaño
(A: alvéolo grande y B: alvéolo pequeño). Por razones didácticas, se han asig-
nado valores no fisiológicos sino aritméticos a la TS ( X = 4 en ambos casos) y
al radio (Y = 2; de donde el alvéolo A tiene un radio de 2Y y el alvéolo B uno
de Y). Al aplicar la ecuación se obtiene un valor de presión de mantenimiento
de la insuflación mayor para el alvéolo de radio más pequeño cuando la TS es
igual para los dos.
30 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
53. El ejemplo descrito, permitiría afirmar que:
1. La presión de mantenimiento de la apertura en los dos alvéolos difiere
significativamente, siendo mayor en el alvéolo pequeño.
2. Como el alvéolo pequeño posee mayor presión de mantenimiento de la
apertura, éste descargaría su volumen o parte de él en el alvéolo grande
por gradiente de presión (Figura 1.27).
Sin embargo, el fenómeno descrito no ocurre así debido a que fisiológica-
mente la TS es dependiente del tamaño de los alvéolos, siendo ésta menor en
los alvéolos de menor diámetro, lo cual impide su colapso secundario a la cesión
de volumen. Este singular comportamiento confiere estabilidad a los millones
de alvéolos presentes en el pulmón. No obstante, suele presentarse confusión,
debido a que comúnmente se cree que los alvéolos pequeños experimentan
mayor tendencia al colapso, situación que si bien ocurre en condiciones pato-
lógicas, no ocurre en condiciones fisiológicas, reiterando aquí que ello se debe a
la diferencia en el valor de la TS para cada tamaño alveolar.
INTERDEPENDENCIA ALVEOLAR Y VENTILACIÓN COLATERAL
Otro fenómeno que contribuye al mantenimiento de la estabilidad de los
millones de alvéolos existentes en el pulmón, es la interdependencia alveolar
fenómeno que se refiere a la transmisión de fuerzas expansivas de gran mag-
nitud entre grupos de alvéolos vecinos; fuerzas que se originan por la presión
negativa intrapleural, la cual se propaga a través de la totalidad del pulmón,
en principio a alvéolos próximos a la pleura, y de éstos, a alvéolos vecinos, y
así sucesivamente a la totalidad de alvéolos. Este hecho se ilustra de manera
simplificada en la figura 1.28, en la que se representan las unidades alveolares
como esferas de diferentes tamaños, pero todas expuestas a presión subat-
mosférica a su alrededor.
Si un alvéolo pierde estabilidad por cualquier causa, la tendencia al colapso
aumenta notablemente. En estas circunstancias la ventilación colateral puede
obrar como factor importante de apertura debido a que ésta posibilita el paso
de gas desde unidades estables a unidades inestables por gradiente de presión
a través de los poros de Kohn (comunicaciones interalveolares), los canales de
Lambert (conexiones broncoalveolares), o los canales de Martín (comunica-
ciones interbronquiolares). En la figura 1.29, que esquematiza el fenómeno,
se ilustran dos unidades alveolares (A y B), en la que la unidad B ha perdido
su estabilidad por alguna causa. Durante la inspiración, parte de los gases se
32 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
55. RELACIÓN INSPIRACIÓN-ESPIRACIÓN (I:E) Y CONSTANTE DE TIEMPO
Tanto el llenado como el vaciado de la unidad funcional (alvéolo) requieren un
tiempo determinado para su producción tal como se esquematiza en la curva
presión-tiempo descrita en la figura 1.11. En condiciones normales, el tiempo
espiratorio por lo menos duplica la duración del tiempo inspiratorio debido a
la diferencia de magnitud de las fuerzas productoras de cada fase, y a las discre-
pancias en la resistencia de la vía aérea para cada una. Estos hechos establecen
una Relación Inspiración-Espiración (I:E) que fisiológicamente oscila entre 1:2
y 1:3, la cual representa la duración total del ciclo ventilatorio y compromete
la totalidad de unidades alveolares que participan en él. Pero ¿cómo se llega
al establecimiento de los tiempos totales, si las unidades participantes difieren en
tamaño, distensibilidad específica y resistencia?. La respuesta la proporciona el
concepto de Constante de Tiempo (K), el cual se define como el tiempo re-
querido para alcanzar un porcentaje de llenado o vaciado del total de unidades
alveolares (Figura 1.30), expresado como el producto de la resistencia por la
distensibilidad. Entonces:
K = R X D
Normalmente se requieren entre 3 y 5 K para completar tanto el tiempo inspi-
ratorio como el espiratorio. Aunque el concepto fisiológico usualmente es “ol-
vidado” en situaciones clínicas, es indispensable su conocimiento y manejo en
ciertas circunstancias, tales como la ventilación mecánica neonatal, en la que
la manipulación del tiempo de duración de las fases del ciclo es de importancia
vital en la aplicación de soporte ventilatorio.
Figura 1.30. Representación simplificada del concepto de constante de tiempo
34 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
57. Adicionalmente el Sistema Respiratorio dispone de dos mecanismos diná-
micos que previenen el colapso, los cuales se originan neurológicamente: el
suspiro y el bostezo. El primero de ellos (suspiro) corresponde a una inspira-
ción máxima periódica e intermitente que facilita la apertura de unidades con
tendencia a la subventilación, y el segundo (bostezo) corresponde al mante-
nimiento de condiciones transitorias de máxima presión postinspiratoria para
mejorar la distribución de los gases inspirados, mecanismo mediante el cual las
unidades parcialmente colapsadas se abren por efecto de péndulo, fenómeno
mediante el cual se produce el paso de gases de unidades bien ventiladas hacia
las mal ventiladas.
TASA DE VENTILACIÓN
La tasa de ventilación o ventilación minuto (V’) es función del volumen co-
rriente (VT) y la frecuencia respiratoria (FR); de donde:
V’ = VT x FR
No obstante, como el volumen inspirado se distribuye en el espacio muerto
y la zona respiratoria, la ventilación alveolar efectiva (VA) se expresaría como:
VA = (VT – VD) x FR
La efectividad de la ventilación se puede conocer objetivamente a través de
la medición de la presión alveolar de bióxido de carbono (PACO2
), la cual es
función directa de la producción de CO2
(VCO2
) y de una constante (K = 863
mmHg); y función inversa de la VA:
PACO2
= VCO2
x K/VA
Esto quiere decir, que si la VCO2
aumenta, la VA debe hacerlo para mante-
ner la PACO2
normal (Figura 1.31), puesto que si no es así, la PACO2
aumen-
tará, lo cual se traduce como una ventilación alveolar ineficaz (Figura 1.32).
36 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
59. TRABAJO RESPIRATORIO
El trabajo (W) requerido para producir el ciclo ventilatorio puede expresarse
como la integral del producto del volumen por la presión.
W = ∫ P x V
Para comprender este concepto con mayor claridad, es de utilidad el análisis
de la curva presión-volumen simplificada (Figura 1.33) en la que se pueden
diferenciar los siguientes componentes:
1. Curva inspiratoria. ABC.
2. Curva espiratoria. CEA.
3. Distensibilidad pulmonar. Está representada por la línea AFC, que corres-
ponde a la derivada de la curva presión-volumen.
Figura 1.33. Curva presión-volumen simplificada, en la cual se
esquematiza el trabajo respiratorio
Además, se limitan las siguientes áreas:
1. Trabajo requerido para la inspiración. Área ABCDA (Figura 1.34A). Esta
conformada por la suma del área de ABCFA que representa trabajo re-
querido para vencer la resistencia viscosa (Figura 1.34B), más el área del
38 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
61. 3. Histéresis pulmonar. Área ABCEA (Figura 1.36).
Figura 1.36. Área de la curva presión-volumen que representa la
histéresis pulmonar. (Área sombreada)
Es claro que la curva inspiratoria comienza en el punto A, donde la presión
de reposo es cero (atmosférica) y, es evidente, que para este valor de presión
el pulmón contiene un volumen, es el volumen residual. La curva se desplaza
hasta el punto C donde se alcanza el máximo volumen pulmonar para un valor
de presión X. Si la curva inspiratoria (ABC) se desplaza hacia el eje horizon-
tal, es decir, si se requieren mayores presiones de insuflación para conseguir
cambios de volumen pulmonar, el área ABCDA se incrementará, por lo cual el
trabajo respiratorio aumentará a expensas de la fase inspiratoria, en donde el
elemento a vencer es la resistencia elástica del pulmón. Además, la línea AFC
que representa la distensibilidad se inclinará hacia la abscisa y se producirá
disminución de su valor absoluto. Esta situación se presenta en los sujetos con
enfermedad restrictiva en la que semiológicamente se detectará un problema
ventilatorio que compromete principalmente la fase inspiratoria y, el clínico
entonces, podrá afirmar con certeza que el paciente tiene un aumento del tra-
bajo respiratorio.
Sin embargo, es necesario diferenciar este comportamiento (desplazamiento
de la curva inspiratoria hacia la abscisa) del “abombamiento” de la curva ABC,
presente en situaciones en las que generalmente la distensibilidad pulmonar es
normal pero se incrementan las velocidades de flujo (taquipnea o polipnea, por
ejemplo) dando como consecuencia un incremento del área de trabajo ABCFA,
es decir, trabajo requerido para vencer la resistencia viscosa. Se presentará aquí
una situación en la que, 1. el pulmón conserva adecuadas condiciones de dis-
40 • Fisiología respiratoria, lo esencial en la práctica clínica
63. ALGUNOS ASPECTOS PRÁCTICOS PARA EL CLÍNICO
1. La fase inspiratoria se produce siempre por acción de los músculos de
la inspiración. Es importante identificar si éstos se encuentran en condi-
ciones normales, si están débiles o se fatigan por la contracción repetida.
Además debe recordarse que el sustrato nutricional debe ser adecuado
para satisfacer las demandas de la ventilación espontánea y que los niveles
séricos de calcio y fósforo, entre otros, son importantes para determinar la
calidad de la función muscular.
2. La contracción muscular en fase inspiratoria debe superar las cargas elás-
ticas y la resistencia del aparato respiratorio. Por esto, la integridad de la
vía aérea y del parénquima pulmonar es requerida para que la función sea
adecuada. Si un individuo, por ejemplo, cursa con un evento que com-
prometa la vía aérea, los músculos de la inspiración deben incrementar
su trabajo para suplir las demandas ventilatorias, lo que invariablemente
conduce a fatiga y probablemente a insuficiencia respiratoria debido a
que las contracciones rápidas consumen más energía que las lentas. En
estos casos el clínico debe orientar sus esfuerzos hacia la corrección del
evento primario antes de suponer que el origen de la anomalía sea de
carácter muscular. Si el problema es de parénquima la orientación es
similar.
3. El diafragma debe trabajar sin desventajas mecánicas. El decúbito, la
obesidad, la pérdida de la integridad de la pared abdominal o torácica y
la cirugía, son condiciones que afectan la función inspiratoria, por tanto,
el clínico debería procurar la instauración de medidas que favorezcan la
función diafragmática. Muchas veces la posición –semisentado o sentado–
suele ser una medida simple pero adecuada para conseguir este objetivo,
siempre y cuando no exista contraindicación.
4. La aposición del diafragma en la caja torácica debe ser lo suficientemente
amplia para facilitar la inspiración. Dicha aposición disminuye en entida-
des que cursan con hiperinsuflación pulmonar lo que produce un movi-
miento paradójico de la caja torácica inferior durante la inspiración, es el
llamado signo de Hoover.
5. El uso de músculos accesorios de la inspiración es un signo de disfunción
del sistema cardiorrespiratorio. Nunca debe pasarse por alto en la explora-
ción semiológica.
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