El documento describe una escuela tradicionalista donde se enfatiza la disciplina y el castigo como método de enseñanza. Todos los alumnos reciben el mismo método de enseñanza y materiales. Los pupitres están fijos y dirigidos hacia el profesor, quien es el comunicador del saber y un modelo a imitar y obedecer. Por lo tanto, el papel del alumno es pasivo en el proceso de enseñanza-aprendizaje.