En Panamá se registran anualmente entre 600 y 700 mordeduras de serpientes, con aproximadamente 10 muertes. Las especies venenosas más comunes pertenecen a las familias Elapidae, Viperidae e Hydrophidae. El tratamiento principal para mordeduras venenosas es el suero antiofídico, el cual es más efectivo si se administra en las primeras 4 horas. Además, se requiere tratamiento de soporte como analgésicos, antibióticos y control de signos vitales.