El poema Hilvanando sueños denuncia las injusticias sociales y clama por la dignidad de los oprimidos a través de versos directos pero líricos. El poeta grita para que el hombre deje de ser pasivo y persiga sus sueños, y ofrece la palabra poética como un grito de lucha. Los poemas también exploran el amor y la renovación que trae la amada, así como la vida, la libertad y el futuro. En general, el poemario rebosa de vida tanto en el contenido como en la forma poética con la que José Joaqu
1. He leído Hilvanando sueños, poemario de José Joaquín Guerra. En su plegaria
por la dignidad, el poeta se abre y se derrama ante las injusticias, un clamor en
pro de las necesidades de los oprimidos y marginados. Sus dardos versales
salen hirientes y directos, pero reconducidos con acertado lirismo. Palabra y
verso hechos dardos, que ascienden por espacios mundanos en busca de la
Libertad, pero que, en cambio, dejan caer la desesperanza y el desencanto.
Grita el poeta al hombre pasivo que no alza la voz ni persigue sus propios
sueños. Grita como humano y ciudadano del mundo. Grita al lector, le impera
-en un laberinto de dudas- para reprocharle sus miedos a no quitarse la
máscara con la que oculta su otro ser. Le ofrece la semilla de vida, que
germinará como antídoto de las ignominias. Le ofrece la palabra poética como
grito de lucha, con un lenguaje vivo, sencillo pero constante.
Ante la muerte, en una visión casi manriqueña, hilvana sueños de vida,
invoca la luz lorquiana, la palabra del poeta hecha simiente para volar hacia el
amigo perdido, o hilacha versos muy intimistas al recordar a su padre.
Nos habla del misterio que conlleva el encuentro con el amor: los cuerpos
asimétricos alcanzando el éxtasis espiritual, la flor de otoño convertida en
febril primavera, la búsqueda constante en rito casi panteísta. Porque la amada
aparece incluso en la nada, pero él se hace camino para encontrarla hecha
mirada, risa, beso o caricia. Y a ella dedica una amplia serie de poemas con la
intención de fundir las dos sombras que se arrastran hasta el inconsciente.
Verso hecho deseo de mirada o provocación de delirio. Un mundo al par de
luz y vida, de amanecer. El cuerpo como refugio para guarecerse de los
miedos. Siempre la mirada y el corazón, la amada que da vida y con la que se
encuentra tal como un río con la mar. Incluso en la muerte, su mirada será la
luz, la melodía que le acompañe.
Ve en la amada la fuente de la renovación vital, y lo expresa con versos
sinceros e intimistas que reflejan su visión optimista y total del amor. Y
siempre la palabra que interiorice los mundos. Ante la vida: libertad,
veracidad, valentía y futuro, vivir viviendo para que la vida cobre vida. Poesía
de la vida, del gozo, de la conciencia del tiempo, porque la vida contiene un
compendio de dualidades.
En suma, el poemario Hilvanando sueños rebosa vida, tanto en el fondo de sus
versos como en la forma poética con que José Joaquín expresa sus
sentimientos; y seguro que retoñarán porque, como dijo el poeta de Orihuela,
aún tiene la vida.
Cortegana, primavera de 2021. José Luis Lobo Moriche