El girasol se originó en América del Norte hace 3,000 años y fue cultivado por tribus indígenas para su semilla. Tiene una raíz principal que puede llegar a más de 1.5 metros y un tallo único sin ramificar de hasta 4 metros. La inflorescencia está compuesta de 700 a 3,000 flores que dan lugar a aquenios (semillas). El girasol prefiere suelos arenosos y bien drenados y temperaturas entre 13-30°C para su desarrollo.