Las hepatitis agudas son procesos inflamatorios del hígado con varias causas posibles como virus, alcohol o fármacos. Los virus más comunes son los de las hepatitis A, B, C, D y E. La hepatitis aguda suele curarse espontáneamente pero en ocasiones puede cronificarse o ser fulminante. El diagnóstico se realiza mediante análisis de sangre y la mayoría de los casos sólo requieren tratamiento sintomático.