Este documento describe dos brotes de histoplasmosis ocurridos en trabajadores que realizaban excavaciones en cuevas habitadas por murciélagos en Cuba. Los brotes afectaron a grupos de 40 y 76 personas expuestas a aerosoles generados al remover tierra y guano. Se confirmaron casos a través de cultivos e identificación del hongo o mediante pruebas serológicas. Las muestras de suelo de las cuevas también arrojaron presencia del hongo, estableciendo la fuente de infección. Se detuvieron temporalmente