La inmunidad humoral implica la producción de anticuerpos por los linfocitos B que marcan antígenos para su destrucción. Tiene tres etapas: reconocimiento del antígeno por los linfocitos B, producción y liberación de anticuerpos para atacar el antígeno, y generación de memoria inmunitaria. Los anticuerpos utilizan mecanismos como la neutralización, fijación del complemento, aglutinación y precipitación para hacer que los antígenos sean inofensivos.