2. ¿QUÉ LIBERALISMO?
El liberalismo clásico no es el resultado de una construcción teórica
previa; surgió del deseo de extender y generalizar los efectos benéficos
que brotaron imprevisiblemente de las progresivas limitaciones
impuestas a los poderes del gobierno por una razón muy simple: la
desconfianza de los ciudadanos en ellos, su deseo de salvaguardar su
vida, su libertad y su hacienda ante la rapacidad del poder.
3. LIBERALISMO
La idea capital del liberalismo clásico era y es muy sencilla. La
observancia y la aplicación de reglas universales de justa conducta, que
resguardan una esfera de autonomía dentro de la cual el individuo
utiliza sus conocimientos y sus recursos para la consecución de los fines
que desee, es la base del orden espontáneo. La tarea central del
gobierno consiste en constreñirse a observar y hacer observar esas
normas sin excluir, como veremos, que pueda y deba desplegar algunas
funciones que son necesarias para la preservación del orden social.
4. FRIEDRICH SCHELLING
Fue un filósofo alemán, uno de los máximos exponentes del idealismo y
de la tendencia romántica alemana.
5. LIBERALISMO SCHELLING
Todo lo que es es en sí Uno”: no sólo esta sentencia sino también su contexto en el
texto de Schelling Presentación de mi sistema de la filosofía (1801) recuerda a
Spinoza, el filósofo del siglo XVII que en su obra central (Ética, 1077) dedujo,
siguiendo el modelo de los manuales de geometría, toda una serie de axiomas a
partir de otros.
Schelling adopta una presentación similar a la de Spinoza y utiliza expresamente
algunos argumentos de éste, aunque el “Uno” con el que se ocupa no es
exactamente lo mismo que la una y única ‘sustancia” de Spinoza. Ésta es una unidad
en cierto modo estática de todos los entes, mientras que el “absoluto”, la unidad de
Schelling, procede del “yo” absoluto de Fichte y es la unidad o identidad de las
polaridades constitutivas del pensamiento y de la auto-conciencia.
6. LIBERALISMO SCHELLING
El lenguaje de estas frases y la mención del “absoluto”, en el que se unifican realidad e idealidad,
naturaleza y espíritu, ser y conocer, y todos los opuestos, permiten quizá intuir por qué Schelling
puede ser calificado de filósofo “romántico”. La subjetividad como principio de la totalidad del mundo
pensada orgánicamente, disolución de las divisiones dualistas y mecanicistas del pensamiento en la
naturaleza, unión de lo finito y lo infinito en la contemplación del arte, y libertad infinita y poder
creador de la fantasía: estos son los temas centrales de los poetas y teóricos (fuertemente
influenciados por Fichte) del Romanticismo alemán, entre los que se encuentran, por ejemplo, Novalis
y Friedrich Schlegel. Scheliing también ve en el arte una realización de la “intuición intelectual” y la
máxima posibilidad de unificar lo real y lo ideal.
Así, exige (en el manuscrito que nos ha llegado a través de Hegel pero posiblemente escrito por
Schelling) en el “programa de sistema más antiguo” del idealismo alemán (1796-1797) para un estado
futuro de la humanidad, que la poesía vuelva a ser “lo que era en un principio: maestra de la
humanidad, ya que no existe más filosofía, más historia, sólo la poesía sobrevivirá al resto de las
ciencias y artes”.