1. TEMA 6: La literatura del siglo
XVI. La prosa y el teatro
Lengua castellana y literatura
1º de Bachillerato
2. LA PROSA RENACENTISTA
PROSA
PROSA DIDÁCTICAPROSA DIDÁCTICA
PROSA NARRATIVAPROSA NARRATIVA
Prosa profana
Libros morales o religiosos
Novelas bizantinas
Libros de caballerías
Libros de pastores
Libros de tema morisco
La novela picaresca
Lazarillo de Tormes
Relatos sentimentales
Ficción
idealista
Ficción
realista
3. LA PROSA DIDÁCTICA
• La prosa humanística difunde ideales
renacentistas.
• El modelo formal más utilizado en los
textos en prosa es un DIÁLOGO.
• En los diálogos dos o más
interlocutores abordan cualquier
asunto presentando sobre él diversos
puntos de vista. Ello permite un tono
coloquial y una lectura agradable
como vehículo para transmitir
determinadas enseñanzas.
PROFANA
4. Juan de Valdés
Diálogo de la lengua
Expone el ideal
renacentista de la
lengua sencilla, pero
cuidada.
Alfonso de Valdés
Diálogo de las cosas
ocurridas en Roma
Defensa de la política
imperial de Carlos I y
ataque contra el Papado
Diálogo de Mercurio
y Carón
Expone el ideal erasmista
de un Estado universal
fuerte y pacifico y deseos
de reforma religiosa.
5. Inmensa variedad de temas
Huarte de San Juan
Examen de ingenios
PROSA HISTÓRICA
Bartolomé de las Casas
Diego Hurtado de Mendoza
Jerónimo Zurita
PROSA MORAL
Antonio de Guevara Fray Luis de León
Juan de la Cruz
Teresa de Jesús
Fray Luis de
Granada
Libro áureo de Marco
Antonio
Epístolas familiares
Menosprecio de corte y
alabanza de aldea
6. PROSA NARRATIVA
• La prosa narrativa del siglo XVI se caracteriza
por su enorme variedad de temas y géneros.
• Gran parte de las narraciones son breves y se
recogen dentro de otros modelos literarios
sin tener carácter autónomo.
• No puede hablarse de novela en el sentido
actual del término, sí se utiliza para referirse
a narraciones breves.
• Los relatos más extensos se denominan:
libro, historia, tratado, vida…
7. Relatos sentimentalesLibros de caballerías Libros de pastores
• La narrativa pastoril está
relacionada con el auge de la
literatura bucólica.
• Representan utópicamente la
vida primitiva rústica
idealizada en donde se
desarrollan historias de amor
entre pastores.
• Actitud escapista ante una
sociedad conflictiva.
Los siete libros de la Diana
de Jorge Montemayor
Diana enamorada
de Gaspar Gil Polo
La Galatea de Cervantes
La Arcadia de Lope de
Vega
8. Libros de tema morisco
• En un ambiente idealizado se
presenta la figura estilizada
del moro, a veces en tolerante
convivencia con los
cristianos.
Historia del Abencerraje y
la hermosa Jarifa
Guerras civiles de Granada
de Ginés Pérez de Hita.
9. Novela bizantina
• Amor idealizado entre
jóvenes separados por algún
accidente. El viaje como hilo
narrativo. Aventuras y gran
riqueza argumental.
Los trabajo de Persiles y
Segismunda de Cervantes
Peregrino en su patria de
Lope de Vega.
10. La lozana andaluza
de Francisco Delicado
• Obra dialogada emparentada con La
Celestina
• Se manifiesta una gozosa actitud vital y
es patente un mordaz anticlericalismo.
OTRAS MANIFESTACIONES NARRATIVAS
11. El Patrañuelo
de Juan de Timoneda
• Primera colección española de novelas
cortas imitadoras de las italianas.
13. Lázaro, un personaje de baja clase social, nacido en una aldea próxima a Salamanca, hijo
de padres sin honra, cuenta su vida en primera persona, por medio de una carta a un
noble y desconocido señor, a quien se dirige en el prólogo con el tratamiento de “vuestra
merced” para explicarle los detalles del “caso”.
ARGUMENTOARGUMENTO
14. El “caso” es la explicación de los rumores sobre las posibles relaciones de la mujer de
Lázaro con el Arcipreste de San Salvador.
15. Para ello, Lázaro habla de su vida desde su nacimiento
Su madre se dedicó a la
prostitución, hasta establecerse con
un hombre negro, con el que tuvo
un hijo.
“Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que
a mí llaman Lázaro de Tormes, hijo de Tomé
González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares,
aldea de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del
río Tormes, por la cual tomé el sobrenombre.”
“Siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi
padre ciertas sangrías mal hechas en los costales
de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso
y confesó y no negó, y padeció persecución por
justicia (...) En este tiempo, se hizo cierta armada
contra moros, entre los cuales fue mi padre, que a
la sazón estaba desterrado por el desastre ya
dicho, con cargo de acemilero de un caballero que
allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció
su vida.”
16. Como su madre no puede mantenerlo, Lázaro es
entregado a un ciego para que se gane la vida
guiándolo. Por eso a los perros que guían a los
ciegos se les llama “perros lazarillo”.
El ciego lo trata rudamente y, desde el principio, decide “espabilarlo” para que pueda salir
adelante en la dura vida que le espera.
Lázaro llega el oído a
ese toro y oirás gran
ruido dentro de él.
17. Necio, aprende, que el mozo
de ciego un punto ha de
saber más que el diablo
Verdad dice que este,
que me cumple avivar el
genio y avisar, pues solo
soy y pensar cómo me
sepa valer
18. El ciego es un amo mezquino y miserable, que maltrata cruelmente a Lázaro, pero con
quien aprende a ganarse la vida.
El episodio de la
longaniza
El episodio del jarro
de vino
El episodio de las
uvas.
19. Todas estas crueldades hacen que Lázaro odie cada vez más a su amo, hasta que llega
un momento en que el discípulo supera al maestro y consigue vengarse de él antes de
abandonarlo.
¡Sus! Saltá todo lo que podáis porque
deis deste cabo del agua..
El aprendizaje de Lázaro comienza con
un golpe que el ciego propina a Lázaro
(en el toro) y concluye cuando Lázaro
es capaz de engañar a su amo y
devolvérselo.
20. Tras abandonar al ciego, Lázaro pasa a servir a un clérigo en Maqueda:
El clérigo es un hombre mezquino que mata de
hambre al pobre Lázaro.
Lázaro tiene que inventarse tretas para poder comer. Consigue
una llave para abrir el arca donde el clérigo guarda el pan.
Lázaro guarda la llave dentro de la boca para que el clérigo
no la descubra, pero al final, el clérigo se entera de todo y
lo despide, no sin antes propinarle una paliza:
21. Su siguiente amo es un escudero que aparenta ser rico
y poderoso, pero en realidad es más pobre todavía que
Lázaro.
Con él aprende la importancia
de las apariencias, es decir, no
importa lo que en realidad eres,
sino lo que aparentas ser.
Pese a ser pobre, es el primer amo que no
maltrata a Lázaro. Lázaro aprende a ser
misericordioso con él.
22. Lázaro es abandonado por su amo y tiene que buscar otro. Habrá varios
más hasta llegar a la situación final desde la que escribe:
Un buldero
Un maestro de pintar panderos
Un alguacil…
Un fraile de la
Merced
23. La novela termina cuando Lázaro, a los veintitantos años y en Toledo, se
casa, de modo deshonroso, con la criada del Arcipreste de San Salvador. La
gente murmura que la boda ha sido un “apaño” y que la mujer de Lázaro es
la amante del Arcipreste. Aunque Lázaro lo niega todo, ciertas afirmaciones
suyas no dejan lugar a dudas, y él justifica su vida actual porque en ese
momento él se encontraba “en mi prosperidad y en la cumbre de toda
buena fortuna”..
Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con
que me pese, que no tengo por mi amigo al que
me hace pesar; mayormente, si me quieren
meter mal con mi mujer, que es la cosa del
mundo que yo más quiero y la amo más que a
mí; y me hace Dios con ella mil mercedes y más
bien que yo merezco: que yo juraré sobre la
hostia consagrada que es tan buena mujer
como vive dentro de la puertas de Toledo.
Quien otra cosa me dijere, yo me mataré con él.
Desta manera no me dicen nada, y yo tengo
paz en mi casa.
24. ESPACIO Y TIEMPO EN EL LAZARILLOESPACIO Y TIEMPO EN EL LAZARILLO
ESPACIO
La acción se sitúa en la ciudad,
un espacio urbano real y
próximo, que facilita la práctica
de comportamientos irregulares.
TIEMPO
Se producen desfases entre
el tiempo que duran los
hechos narrados y el que
dedica el narrador, Lázaro a
narrarlos.
El narrador selecciona los
acontecimientos relevantes
para la explicación del “caso”
y le da la importancia que
considera.
25. TEXTO
1554
Aparición de tres ediciones simultáneas de
Vida de Lazarillo de Tormes y de sus
fortunas y adversidades
Aparición de tres ediciones simultáneas de
Vida de Lazarillo de Tormes y de sus
fortunas y adversidades
Éxito fulminante
Prohibición por la Inquisición
Sigue leyéndose en ediciones clandestinas hechas
en el extranjero
Volvió a autorizarse su impresión, suprimiendo
los tratados IV y V, y varias irreverencias de los
demás.
1573
1834
Hasta esta fecha no volvió a autorizarse el texto
completo.
26. FECHA DE COMPOSICIÓNFECHA DE COMPOSICIÓN
• No se sabe a ciencia cierta la fecha de
composición del Lazarillo.
• En la misma obra aparecen ciertas
referencias históricas, pero no son
concluyentes.
• Tales referencias llevarían a situar la
acción del Lazarillo entre 1510 y, quizá,
1546.
• Ello haría muy probable que la fecha en
la que se escribió la obra fuera bastante
próxima a la de las primeras
impresiones conocidas, es decir, hacia
mediados de siglo.
27. AUTORÍAAUTORÍA
• El Lazarillo se publicó anónimo.
• Posteriormente se atribuyó a diferentes
autores.
• Ninguna de estas atribuciones son
convincentes.
• Las ideas dela obra han llevado a
formular hipótesis sobre las
características del autor:
• erasmista
• Converso
• Criptojudío
• Franciscano
• Noble descontento…
28. El autor no se limita a ensartar anécdotas
sino que crea un relato compuesto por una
serie de episodios perfectamente
organizados gracias a dos recursos:
El autor no se limita a ensartar anécdotas
sino que crea un relato compuesto por una
serie de episodios perfectamente
organizados gracias a dos recursos:
Muchos de los episodios que se le suceden a
Lázaro son cuentecillos de origen folclórico,
vinculadas a un autor narrador.
Los personajes (el ciego y el niño) tienen
carácter tradicional
Muchos de los episodios que se le suceden a
Lázaro son cuentecillos de origen folclórico,
vinculadas a un autor narrador.
Los personajes (el ciego y el niño) tienen
carácter tradicional
Rasgos folclóricos tradicionalesRasgos folclóricos tradicionales
La autobiografíaLa autobiografía La epístolaLa epístola
Rasgos innovadoresRasgos innovadores
FUENTES DEL LAZARILLO
29. ESTRUCTURA DEL LAZARILLO
Forman parte de la
historia de la vida
de un personaje
contada por él
mismo.
La historia de la vida
está contada por el
mismo personaje
tomando como
modelo una larga
carta dirigida a
VUESTRA
MERCED.
Todos los
elementos
adquieren
sentido porque
AUTOBIOGRAFÍA
EPÍSTOLA
Libro de buen amor
La lozana andaluza
El Crotalón
El viaje de Turquía
El asno de oro de
Apuleyo
Cárcel de amor
Cartas coloquios
30. ORIGINALIDAD NOVELESCA DEL LAZARILLOORIGINALIDAD NOVELESCA DEL LAZARILLO
Por primera vez en la historia de la narrativa europea,
hallamos en el Lazarillo el mundo de la realidad
contemporánea convertido en materia de un relato.
El protagonista del relato es un personaje de condición
humildísima que va construyendo su vida a golpes con
la adversidad.
Nada más lejos de los héroes de los relatos anteriores
llenos de aventuras ideales. Lázaro sufre hambre,
engaños, burlas y explotación.
Es la historia del proceso “educativo” para la deshonra
y la vileza, que Lázaro acepta al final y que se puede
interpretar como la amarga queja del autor contra una
sociedad que impedía salir de la miseria a los
desheredados.
31. EL LAZARILLO: LA PRIMERA NOVELA MODERNAEL LAZARILLO: LA PRIMERA NOVELA MODERNA
Novela moderna
• Es característica de la novela moderna que
los personajes se vayan haciendo y
modificando a la par de las circunstancias de
la vida.
• Este rasgo se encuentra ya en el Lazarillo,
cuyo protagonista va cambiando desde el
principio al fin de la obra: el Lázaro niño es
muy distinto del lázaro adulto.
32. ESTRUCTURA DEL LAZARILLOESTRUCTURA DEL LAZARILLO
Prólogo
Tratado I
Tratado II
Tratado III
Tratado IV
Tratado V
Tratado VI
Tratado VII
Ciego
Clérigo
Escudero
Infancia
Lázaro en la adversidad
Crueldad de los amos
Hambre
Fraile
Buldero - Maestro de pintar
Adolescencia
Capellán
Alguacil - Arcipreste
Juventud
madurez
Mejora su nivel de
vida
Se revela que la obra es una carta de contestación en la que se
explica el “caso” a “vuestra merced”.
33. LENGUAJE DEL LAZARILLOLENGUAJE DEL LAZARILLO
El Lazarillo está escrito en un lenguaje
llano, sin artificios, directo.
Los personajes se expresan de acuerdo a
su condición social y se ajustan a lo que
pide el momento: júbilo, tristeza, cólera…
El uso de refranes, modismos, el
vocabulario… guardan relación con el
estrato social del protagonista narrador.
La frase corta, pero vivamente expresiva y
ágil, o extensa, según la función narrativa
que realice.
Destaca la precisión en captar, con ironía
o humor, lo esencial y revelador.
Dominio del lenguaje y el arte de narrar
Lenguaje llanoLenguaje llano
DecoroDecoro
Estilo adecuado a la funciónEstilo adecuado a la función
PrecisiónPrecisión
34. LA IRONÍA Y LA CRÍTICA SOCIAL DEL LAZARILLOLA IRONÍA Y LA CRÍTICA SOCIAL DEL LAZARILLO
La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las
intenciones del emisor y de la capacidad de interpretación del
interlocutor.
La ironía sólo se percibe atendiendo al contexto y depende de las
intenciones del emisor y de la capacidad de interpretación del
interlocutor.
Narrador, personajes y autor son irónicos en el Lazarillo.
“Yo por bien tengo que cosas tan
señaladas y por ventura nunca oídas
ni vistas…”
“Lo que te enfermó, te
sana y te da salud…”
35. “Si es por esa vida, nunca yo
moriré, que siempre he
guardado esa regla por fuerza, y
aún espero, en mi desdicha,
tenerla toda mi vida.”
“Toma, come, triunfa, que
para ti es el mundo”
36. “Pues vente tras mí, que Dios te ha hecho merced
en topar conmigo; alguna buena oración rezaste
hoy”
37. SENTIDO DEL HUMORSENTIDO DEL HUMOR
Éste me dio la vida y, siendo ciego, me
alumbró y adentró en la carrera de
vivir.
38. SENTIDO DEL HUMORSENTIDO DEL HUMOR
Fue tal el golpecillo que me tuvo
fuera de mí por espacio de tres días
39. IDEAS Y SENTIDO DE LA OBRA
• La palabra con la que se abre el prólogo del Lazarillo
es un rotundo YO.
• A partir de ahí la obra es la historia de un personaje
cuyos rasgos lo aproximan a un ser humano de carne
y hueso, muy lejos de las figuras estilizadas de los
otros relatos de la época.
• Este personaje se desarrolla en un medio social
concreto que lo condiciona y modifica decisivamente
• La obra retrata el proceso de aprendizaje de un
individuo y, al mismo tiempo, su adaptación a un
medio social complejo, la España del siglo XVI, hasta
conseguir su definitiva integración que se consigue a
costa de su indignidad, tras comprender y asumir las
reglas y formas del mundo.
• Esta indignidad no es exclusiva de Lázaro, a quien
puede disculparse su pobre y azarosa vida, sino que
es común, en uno u otro grado, a todos los
personajes del libro.
40. CRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLOCRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLO
CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE
LOS PERSONAJES
CRÍTICA DEL COMPORTAMIENTO DE
LOS PERSONAJES
CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIAL
EXISTENTE
CRÍTICA DEL SISTEMA SOCIAL
EXISTENTE
Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica:Dos mitos centrales de la España del XVI son el objeto central de la crítica:
LA HONRALA HONRA LA RELIGIOSIDADLA RELIGIOSIDAD
El episodio del escudero muestra la
falsedad del sentimiento de honor
de la nobleza.
La mayor parte de los amos de
Lázaro son clérigos y todos
explotan, más o menos cruelmente
al muchacho.
El ANTICLERICALISMO es
evidente.
También se ataca la justicia y los
militares.
41. CRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLOCRÍTICA SOCIAL EN EL LAZARILLO
En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad.En la novela no aparecen valores positivos como el amor o la amistad.
Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por
encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor pone
así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI.
Predominan la ambición, la avaricia, el dinero, la búsqueda del provecho propio por
encima de todo, la importancia de las apariencias, la astucia, el cinismo… el autor pone
así al descubierto la dura vida española de mediados del siglo XVI.
42. LA NOVELA PICARESCALA NOVELA PICARESCA
El modelo de relato propuesto en el Lazarillo es tan innovador que resultó difícil de
asimilar y continuar.
Casi medio siglo tardará en aparecer la segunda novela picaresca, el Guzmán de Alfarache
(1599) y no será hasta el siglo XVII cuando el Lazarillo, en el que no figura ninguna vez la
palabra pícaro, tenga numerosa descendencia.
RASGOS DE LA NOVELA PICARESCA
Es el relato de una autobiografía ficticia, por tanto en primera persona, de un personaje
de orígenes miserables.
El protagonista abandona el medio familiar siendo un niño y trabaja al servicio de
varios amos.
El carácter picaresco del protagonista: astuto, versátil, prudente y receloso. Era un
personaje listo, sin oficio, que urde tretas para robar o vivir a costa del prójimo, con escaso
sentido moral y que suele ser víctima de sus propios ardides.
El protagonista tiene afán de medro, es decir, aspira a ascender socialmente y a mejorar
su situación económica y su puesto en la sociedad.
Explicación de un estado final de deshonor, aceptado o superado, a partir del pasado
del protagonista.
44. Comienza el relato con un prólogo, que Lázaro, como pregonero de Toledo, dirige a un
caballero (“vuestra merced”), diciéndole que, pues le ha pedido que le cuente su caso, va a
complacerle narrándole su vida desde el principio. El prólogo advierte que el libro tiene dos
lecturas:
“Yo por bien tengo que cosas tan señaladas, y por ventura nunca oídas ni
vistas, vengan a noticia de muchos y no se entierren en la sepultura del olvido,
pues podría ser que alguno que las lea halle algo que le agrade, y a los que
ahondasen tanto los deleite.”
“Confesando yo no ser más santo que mis vecinos, de esta nonada, que en este
grosero estilo escribo, no me pesara que hayan parte y se huelguen con ello
todos los que en ella algún gusto hallasen, y vean que vive un hombre con
tantas fortunas, peligros y adversidades (...) Y pues vuestra merced escribe se
le escriba y relate el caso muy por extenso, parecióme no tomarle por el medio,
sino del principio, porque se tenga entera noticia de mi persona; y también
porque consideren los que heredaron nobles estados cuán poco se les debe, pues
Fortuna fue con ellos parcial, y cuánto más hicieron los que, siéndoles
contraria, con fuerza y maña remando, salieron a buen puerto.”
45. Tratado I: Su familia y servicio con el ciego
Desde el principio, el protagonista se nos muestra como un antihéroe. Sus circunstancias
familiares y sociales están muy alejadas de la idealización de los libros de pastores o
moriscos. El aprendizaje de Lázaro comienza muy pronto: observa el tono en que se relatan
las primeras peripecias del personaje. Especial atención al lenguaje del texto.
“Pues sepa vuestra merced, ante todas cosas, que a mí llaman Lázaro de
Tormes, hijo de Tomé González y de Antonia Pérez, naturales de Tejares, aldea
de Salamanca. Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual tomé el
sobrenombre, y fue desta manera: mi padre, que Dios perdone, tenía cargo de
proveer una molienda de una aceña que está ribera de aquel río, de manera
que con verdad me puedo decir nascido en el río.
Pues siendo yo niño de ocho años, achacaron a mi padre ciertas sangrías mal
hechas en los costales de los que allí a moler venían, por lo cual fue preso y
confesó, y no negó, y padeció persecución por justicia. Espero en Dios que esté
en la gloria pues el Evangelio los llama bienaventurados […]
Aceña: molino movido por agua sangrías: extracción de sangre,
aquí agujeros en los sacos de
harina.
46. En este tiempo, se hizo cierta armada contra moros, entre los cuales fue mi
padre, que a la sazón estaba desterrado por el desastre ya dicho, con cargo de
acemilero de un caballero que allá fue. Y con su señor, como leal criado, feneció
su vida. Mi viuda madre, como sin marido y sin abrigo se viese determinó
arrimarse a los buenos por ser uno de ellos, y vínose a vivir a la ciudad, y
alquiló una casilla, y metióse a guisar de comer a ciertos estudiantes y lavaba
la ropa a ciertos mozos de caballos del Comendador de la Magdalena; de
manera que fue frecuentando las caballerizas. Ella y un hombre moreno, de
aquellos que las bestias curaban, vinieron en conoscimiento. Este algunas veces
se venía a nuestra casa y se iba por la mañana. Otras veces de día llegaba a la
puerta, en achaque de comprar huevos, y entrábase en casa. Yo, al principio de
su entrada, pesábame con él, y habíale miedo, viendo el color y mal gesto que
tenía; mas de que vi que con su venida mejoraba el comer, fuile queriendo bien,
porque siempre traía pan, pedazos de carne, y en el invierno, leños a que nos
calentábamos.”
moreno: eufemismo por negrocuraban: cuidaban
Pesábame: me molestaba.
47. Empieza la carrera de Lázaro como mozo de muchos amos, cuando su madre lo confía a un
ciego mendigo para que sea su sirviente. El ciego es ruin y astuto. He aquí la primera
enseñanza que le da:
Salimos de Salamanca, y llegando a la puente, está a la
entrada della un animal de piedra, que casi tiene la forma
de toro, y el ciego mandóme que llegase cerca del animal, y
allí puesto, me dijo:
—Lázaro, llega el oído a este toro y oirás gran ruido dentro
de él.
Yo simplemente llegué, creyendo ser ansí; y como sintió que
tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y
diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más
de tres días me duró el dolor de la cornada, y díjome:
—Necio, aprende, que el mozo del ciego un punto ha de
saber más que el diablo.
Y rió mucho la burla.
Parescióme que, en aquel instante, desperté de la simpleza
en que, como niño, dormido estaba. Dije entre mí: “Verdad
dice este, que me cumple avivar el ojo y avisar, pues solo
soy, y pensar cómo me sepa valer.”
48. “Usaba poner cabe sí un jarrillo de vino cuando comíamos, y yo, muy de presto
le asía y daba un par de besos callados; y tornábale a su lugar. Mas durome
poco, que en los tragos conocía la falta y, por reservar su vino a salvo, nunca
después desamparaba el jarro, antes lo tenía por el asa asido. Mas no había
piedra imán que así atrajese a sí como yo con una paja larga de centeno que
para aquel menester tenía hecha, la cual, metiéndola en la boca del jarro,
chupando el vino, lo dejaba a buenas noches. Mas, como fuese el traidor tan
astuto, pienso que me sintió, y dende en adelante mudó propósito, y asentaba su
jarro entre las piernas y tapábale con la mano, y así bebía seguro.
Yo, que estaba hecho al vino, moría por él, y viendo que aquel remedio de la paja
no me aprovechaba ni valía acordé en el suelo del jarro hacerle una fuentecilla y
agujero sutil y, delicadamente, con una muy delgada tortilla de cera taparlo y al
tiempo de comer, fingiendo haber frío, entrábame entre las piernas del triste
ciego a calentarme en la pobrecilla lumbre que teníamos y, al calor de ella, luego
derretida la cera, por ser muy poca, comenzaba la fuentecilla a destilarme en la
boca, la cual yo de tal manera ponía, que maldita la gota se perdía. Cuando el
pobreto iba a beber, no hallaba nada. Espantábase, maldecíase, daba al diablo
el jarro y el vino, no sabiendo qué podía ser.
—No diréis, tío, que os lo bebo yo —decía—, pues no le quitáis de la mano.
Tantas vueltas y tientos dio al jarro, que halló la fuente y cayó en la burla, mas
así lo disimuló como si no lo hubiera sentido.
49. Y luego otro día, teniendo yo rezumando mi jarro como solía, no pensando el
daño que me estaba aparejado ni que el mal ciego me sentía, sentéme como
solía. Estando recibiendo aquellos dulces tragos, mi cara puesta hacia el cielo,
un poco cerrados los ojos por mejor gustar el sabroso licor, sintió el desesperado
ciego que ahora tenía tiempo de tomar de mí venganza y, con toda su fuerza,
alzando con dos manos aquel dulce y amargo jarro, lo dejó caer sobre mi boca,
ayudándose, como digo, con todo su poder, de manera que el pobre Lázaro, que
de nada de esto se guardaba, antes, como otras veces, estaba descuidado y
gozoso, verdaderamente me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me
había caído encima.
Fue tal el golpecillo que me desatinó y sacó de sentido, y el jarrazo tan grande,
que los pedazos de él se me metieron por la cara, rompiéndomela por muchas
partes, y me quebró los dientes, sin los cuales hasta hoy me quedé.
Desde aquella hora quise mal al mal ciego y, aunque me quería y regalaba y me
curaba, bien vi que se había holgado del cruel castigo. Lavome con vino las
roturas que con los pedazos del jarro me había hecho, y sonriéndome decía:
—¿Qué te parece, Lázaro? Lo que te enfermó te sana y da salud.”
50. Visto esto y las malas burlas que el ciego burlaba de mí, determiné de todo en
todo dejalle; y como lo traía pensado y lo tenía en voluntad, con este postrer
juego que me hizo afirmelo más. Y fue ansí que luego otro día salimos por la villa
a pedir limosna, y había llovido mucho la noche antes; y porque el día también
llovía, y andaba rezando debajo de unos portales que en aquel pueblo había,
donde no nos mojábamos, mas cuando la noche se venía y el llover no cesaba,
díjome el ciego:
—Lázaro, esta agua es muy porfiada, y cuanto la noche más cierra, más recia:
acojámonos a la posada con tiempo.
Para ir allá habíamos de pasar un arroyo, que con la mucho agua iba grande.
Yo le dije:
— Tío, el arroyo va muy ancho; mas si queréis, yo veo por donde travesemos
más aína sin nos mojar, porque se estrecha allí mucho, y saltando pasaremos a
pie enjuto.
Parescióle buen consejo y dijo:
— Discreto eres, por esto te quiero bien. Llévame a ese lugar donde el arroyo y se
ensangosta, que agora es invierno y sabe mal el agua, y más llevar los pies
mojados.
Yo, que vi el aparejo a mi deseo, saquéle de bajo de los portales y llevélo derecho
de un pilar o poste de piedra que en la plaza estaba, sobre el cual y sobre otros
cargaban saledizos de aquellas casas, y dígole:
51. — Tío, éste es el paso más angosto que en el arroyo hay.
Como llovía recio y el triste se mojaba, y con la priesa que llevábamos de salir
del agua, que encima de nosotros caía, y, lo más principal, porque Dios le cegó
aquella hora el entendimiento (fue por darme de él venganza), creyóse de mí y
dijo:
— Ponme bien derecho y salta tú el arroyo.
Yo le puse bien derecho enfrente del pilar, y doy un salto y póngome detrás del
poste, como quien espera tope de toro y díjele:
— ¡Sús! Saltá todo lo que podáis, porque deis deste cabo del agua.
Aun apenas lo había acabado de decir, cuando se abalanza el pobre ciego como
cabrón, y de toda su fuerza arremete, tomando un paso atrás de la corrida para
hacer mayor salto, y da con la cabeza en el poste, que sonó tan recio como si
diera con una gran calabaza, y cayó luego para atrás, medio muerto y hendida
la cabeza.
—¿Cómo, y oliste la longaniza y no el poste? ¡Olé, olé!— le dije yo.
Y déjele en poder de mucha gente que lo había ido a socorrer, y tomé la puerta
de la villa en los pies de un trote, y antes que la noche viniese di conmigo en
Torrijos. No supe más lo que Dios dél hizo ni curé de lo saber.
52. Tratado III: Al servicio del escudero
Estando así, díjome:
--Tú, mozo, ¿has comido?
--No, señor– dije yo--, que aún no eran dadas las ocho cuando con vuestra
merced encontré.
--Pues, aunque de mañana, yo había almorzado, y cuando así como algo,
hágote saber que hasta la noche me estoy así. Por eso, pásate como pudieres,
que después cenaremos.
Vuestra merced crea, cuando esto le oí, que estuve en poco de caer de mi estado,
no tanto de hambre como por conocer de todo en todo la fortuna serme
adversa. Allí se me representaron de nuevo mis fatigas, y torné a llorar mis
trabajos; allí se me vino a la memoria la consideración que hacía cuando me
pensaba ir del clérigo, diciendo que, aunque aquel era desventurado y mísero,
por ventura toparía con otro peor; finalmente, allí lloré mi trabajosa vida
pasada y mi cercana muerte venidera. Y con todo, disimulando lo mejor que
pude, dije:
-- Señor, mozo soy que no me fatigo mucho por comer, bendito Dios. De eso me
podré alabar entre todos mis iguales de mejor garganta, y así fui yo loada de
ella hasta hoy día de los amos que yo he tenido.
53. Tratado III: Al servicio del escudero
--Virtud es esa– dijo él--, y por eso te querré yo más; porque el hartar es de los
puercos y el comer regladamente es de los hombres de bien.
“¡Bien he entendido!”, dije yo entre mí. “¡Maldita tanta medicina y bondad
como aquestos mis amos que yo hallo hallan en el hambre!”.
Púseme a un cabo del portal y saqué unos pedazos de pan del seno, que había
quedado de los de por Dios. Él, que vio esto, díjome:
--Ven acá, mozo. ¿Qué comes?
Yo llegueme a él y mostrele el pan. Tomome él un pedazo de tres que eran, el
mejor y más grande, y dijome:
--Por mi vida que parece éste buen pan.
--¿Y cómo ahora– dije yo– señor, es bueno?
-- Sí, a fe – dijo él-- ¿Adónde lo hubiste? ¿Si es amasado de manos limpias?
--No sé yo eso– le dije--; mas a mí no me pone asco el sabor de ello.
--Así plega a Dios– dijo el pobre de mi amo.
--Y llevándolo a la boca, comenzó a dar en él tan fieros bocados como yo en lo
otro:
--Sabrosísimo pan está – dijo--, por Dios.
54. Tratado III: Al servicio del escudero
Y como le sentí de qué pie cojeaba, dime prisa, porque le vi en disposición, si
acababa antes que yo, se comediría a ayudarme a lo que me quedase. Y con
esto acabamos casi a una. Y mi amo comenzó a sacudir con las manos unas
pocas de migajas, y bien menudas, que en los pechos se le habían quedado. Y
entró en una camareta que allí estaba, y sacó un jarro desbocado y no muy
bueno, y desque hubo bebido, convídome con él. Yo, por hacer del continente,
dije:
--Señor, no bebo vino.
--Agua es– me respondió--; bien puedes beber.
Entonces tomé el jarro y bebí. No mucho, porque de sed no era mi congoja.
55. Tratado III: Al servicio del escudero
“Y comienzo a cenar y morder en mis tripas y pan, y disimuladamente miraba
al desventurado señor mío, que no partía sus ojos de mis faldas, que aquella
sazón servían de plato. Tanta lástima haya Dios de mí, como yo había de él,
porque sentí lo que sentía, y muchas veces había por ello pasado y pasaba cada
día. Pensaba si sería bien comedirme a convidarle; mas por me haber dicho
que había comido, temía no aceptaría el convite. Finalmente, yo deseaba que
aquel pecador ayudase a su trabajo del mío, y se desayunase como el día antes
hizo, pues había mejor aparejo, por ser mejor la vianda y menos mi hambre.
Quiso Dios cumplir mi deseo, y aun pienso que el suyo; porque como comencé a
comer, y él se andaba paseando, llegóse a mí y díjome:
—Dígote, Lázaro, que tienes en comer la mejor gracia que en mi vida vi a
hombre, y que nadie te lo verá hacer que no le pongas gana aunque no la tenga.
“La muy buena que tú tienes —dije yo entre mí— te hace parecer la mía
hermosa.”
56. “Con todo, parecióme ayudarle, pues se ayudaba y me abría camino para ello y
díjele:
—Señor, el buen aparejo hace buen artífice. Este pan está sabrosísimo, y esta
uña de vaca tan bien cocida y sazonada, que no habrá a quien no convide con
su sabor.
—¿Uña de vaca es?
—Sí, señor.
—Dígote que es el mejor bocado del mundo, y que no hay faisán que así me
sepa.
—Pues pruebe, señor, y verá qué tal está.
Póngole en las uñas la otra, y tres o cuatro raciones de pan de lo más blanco. Y
sentóse al lado y comienza a comer como aquel que lo había gana, royendo
cada huesecillo de aquello mejor que un galgo lo hiciera.”
57. Tratado VII
En este tiempo, viendo mi habilidad y buen vivir, teniendo noticia de mi
persona el señor arcipreste de Sant Salvador; mi señor, y servidor y amigo de
Vuestra Merced, porque le pregonaba sus vinos, procuró casarme con una
criada suya. Y visto por mí que de tal persona no podía venir sino bien y favor,
acordé de lo hacer. Y así, me casé con ella, y hasta agora no estoy arrepentido.
Porque, allende de ser buena hija y diligente servicial, tengo en mi señor
arcipreste todo favor y ayuda […]. Y hízonos alquilar una casilla par de la
suya. Los domingos y fiestas casi todas las comíamos en su casa.
Mas malas lenguas, que nunca faltaron ni faltarán, no nos dejan vivir, diciendo
no sé qué y sí sé qué de que ven a mi mujer irle a hacer la cama y guisalle de
comer. Y mejor les ayude Dios que ellos dicen la verdad. Porque, allende de no
ser ella mujer que se pague destas burlas, mi señor me ha prometido lo que
pienso que cumplirá. Que él me habló un día muy largo delante della y me dijo:
—Lázaro de Tormes, quien ha de mirar a dichos de malas lenguas nunca
medrará. Digo esto porque no me maravillaría alguno, viendo entrar en mi
casa a tu mujer y salir della. Ella entra muy a tu honra y suya; y esto te lo
prometo. Por tanto, no mires a lo que pueden decir, sino a lo que te toca: digo a
tu provecho.
58. —Señor— le dije—, yo determiné de arrimarme a los buenos. Verdad es que algunos de
mis amigos me han dicho algo deso, y aun por más de tres veces me han certificado que
antes que conmigo casase había parido tres veces, hablando con reverencia de Vuestra
Merced, porque está ella delante.
Entonces mi mujer echó juramentos sobre sí, que yo pensé que la casa se hundiera con
nosotros; y después tomóse a llorar y a echar maldiciones sobre quien conmigo la había
casado; en tal manera, que quisiera ser muerto antes que se me hubiera soltado aquella
palabra de la boca. Más yo de un cabo y mi señor de otro tanto le dijimos y otorgamos,
que cesó su llanto, con juramento que le hice de nunca más en mi vida mentarle nada de
aquello, y que yo holgaba y había por bien de que ella entrase y saliese, de noche y de
día, pues estaba bien seguro de su bondad. Y así quedamos todos tres bien conformes.
Hasta el día de hoy nunca nadie nos oyó sobre el caso; antes, cuando alguno siento que
quiere decir algo de ella, le atajo y le digo:
— Mirá, si sois mi amigo, no me digáis cosa con que me pese, que no tengo por mi amigo
al que me hace pesar; mayormente, si me quieren meter mal con mi mujer, que es la
cosa del mundo que yo más quiero y la amo más que a mí; y me hace Dios con ella mil
mercedes y más bien que yo merezco: que yo juraré sobre la hostia consagrada que es
tan buena mujer como vive dentro de la puertas de Toledo. Quien otra cosa me dijere,
yo me mataré con él.
Desta manera no me dicen nada, y yo tengo paz en mi casa.
Esto fue el mesmo año que nuestro victorioso Emperador en esta insigne ciudad de
Toledo entró y tuvo en ella Cortes, y se hicieron grandes regocijos, como Vuestra Merced
habrá oído. Pues en este tiempo estaba en mi prosperidad y en la cumbre de toda buena
fortuna.
60. • El desarrollo del género teatral manifiesta un notable vigor
durante el siglo XVI. Se mantiene la distinción entre un
teatro religioso y otro profano.
• TEATRO RELIGIOSO: Continúa la tradición litúrgica
ligada a las festividades religiosas. Las obras tienen un
contenido alegórico. Destaca Diego Sánchez Badajoz.
• TEATRO FROFANO distingue dos corrientes:
• Teatro cortesano: ligado a los salones nobiliarios.
Destacan Torres Naharro (Propalladia) y Gil
Vicente.
• Teatro humanista: surge como ejercicio retórico en las
universidades. Da lugar a tragedias de inspiración
clásica que a menudo buscan inspiración en la historia
nacional. Destaca Juan de la Cueva.
• TEATRO MENOR: se trata de obras breves que se
representaban en los entreactos. Su manifestación más
significativa es el paso popularizado por Lope de Rueda.
61. GIL VICENTE
• Es un escritor portugués que, además de en
su lengua nativa, escribió también en
castellano.
• En su producción alternan las obras de
índole religiosa:
• Trilogía de las barcas
• Auto de la Sibila Casandra
• Con las obras de tipo profano:
• Don Duardos
• Destaca en su obra:
• La sátira antieclesiástica
• La incorporación de elementos
folclóricos.
• Su notable sensibilidad lírica en los
poemas y canciones que incluye en
sus dramas.
62. BARTOLOMÉ DE TORRES NAHARRO
• Dividió sus propias obras en:
• Comedias a noticia: de carácter
realista:
• Soldadesca
• Tinellaria
• Comedias a fantasía: de carácter más
imaginativo:
• Serafina
• Himenea
• Son rasgos de su teatro:
• La variedad de tipos y clases sociales
• Dominio del diálogo y las técnicas
dramáticas.
• Jovial vitalismo
• Anticlericalismo
63. Segunda mitad del siglo XVI
• Se produce la consolidación del fenómeno
teatral y la desaparición de los contenidos
satíricos por la censura de la Inquisición.
• Continúan las muestras de teatro religioso
medieval, como demuestra el Códice de autos
viejos: casi un centenar de piezas dramáticas,
anónimas en su mayoría, de temas religiosos y
alegóricos.
• Obras de teatro popular representado en
pueblos y ciudades y puesto en escena en
corrales de comedias que van surgiendo en las
ciudades más importantes a partir de 1570 y que
serán el centro de las destacadísima actividad
teatral del siglo XVII.
• Se mantiene el teatro clásico grecolatino en
universidades y colegios.
64. LOPE DE RUEDA
• Dentro de este rico magma dramático del siglo
XVI, en gran parte desconocido por la pérdida
de textos, tendrá notable importancia la
aclimatación al castellano de la comedia italiana
que influirá en Lope de Rueda.
• Lope de Rueda fue un hombre de teatro que
adaptó las comedias cultas italianas al medio
popular en el que representa sus obras.
• Muy conseguidos son sus pasos (breves piezas
cómicas incluidas en las comedias, con las que
no guardaban ninguna relación argumental, y,
por ello, finalmente segregadas de aquellas y
representadas en los entreactos).
• Lope de Rueda introduce elementos tomados
del folclore.
• Los pasos surgen en el siglo XVI y se prolongan
hasta hoy con el nombre de entremeses.
Pasos= entremeses
Los entremeses son obras breves y
cómicas. El tema principal es el amor y
la muer es un personaje activo central.
Es fundamental el lenguaje.