La oralidad en los procesos civiles tiene varias ventajas como la disminución de formalidades, la identificación inmediata entre el juez y las partes, y la concentración en audiencias. La oralidad permite que el juez escuche directamente a los testigos y partes y confronte sus dichos. Además, con la oralidad el juez puede resolver casos de manera correcta al conocer todos los aspectos materiales del conflicto y tener una participación activa en las actuaciones probatorias.