El documento argumenta que los cambios en las marcas deben basarse en un análisis profundo del contexto local y cada marca debe generar su propia teoría del consumidor. Señala que es importante investigar a diferentes niveles, incluyendo el negocio, marketing, comunicación, tendencias, sociedad e historia, para comprender plenamente el impacto de cualquier cambio y asegurar que se mantenga la esencia de la marca. Advierte sobre los riesgos de copiar cambios de forma apresurada sin este tipo de análisis.