La separación de la Iglesia y el Estado establecida en la Constitución de 1857 fue una de las leyes de reforma necesarias para una sociedad justa. Los liberales buscaban establecer un sistema político moderno que diera autonomía al Estado para tomar sus propias decisiones políticas, económicas y sociales en lugar de dejar esas funciones en manos de la Iglesia Católica. Sin embargo, la Constitución de 1857 no logró unir completamente a la República debido a que los conservadores se oponían a perder la influencia