La oximetría mide el nivel de oxígeno en la sangre usando un sensor que emite luz a través de la piel sin ser detectable. Los niveles normales de oxígeno están entre el 90-100%, mientras que niveles bajos debajo del 90% ocurren en enfermedades pulmonares y pueden requerir oxígeno suplementario. Factores como movimiento, sudor o temperatura pueden afectar la precisión de la lectura.