Este documento propone el uso de la planificación participativa para fomentar prácticas agrícolas adaptadas al cambio climático. Sugieren que la participación de los agricultores conduce a soluciones más apropiadas a nivel local y que no existe una solución única. Recomiendan vincular la planificación participativa con planes de inversión para estimular a gobiernos, ONGs y empresas a invertir en prácticas agrícolas adaptadas y para que los agricultores las adopten.