La pobreza en España aumentó durante la crisis económica de 2007-2012, aunque de forma desigual según la dimensión. La pobreza económica creció notablemente debido a la pérdida de renta y aumento del desempleo, mientras la pobreza en salud y educación disminuyó. Las regiones del arco mediterráneo sufrieron un impacto especialmente negativo en términos de pobreza material y exclusión social a pesar de mejoras en capital humano. La diversidad regional en indicadores de pobreza casi se duplicó