Renunciar al egoísmo y desprenderse de los esfuerzos por ser perfecto, rico o admirado permite desarrollarse más profundamente. Centrarse demasiado en las críticas o alabanzas de los demás causa ansiedad, mientras que la fama puede ser tan pesada como cuidarse a uno mismo. Bloquear la universalidad con el egoísmo impide emerger y morir naturalmente como todo lo demás.