Una ecuación trigonométrica contiene una o más funciones trigonométricas como seno, coseno o tangente, donde la incógnita es el ángulo común. Sus soluciones se pueden presentar en uno o dos cuadrantes y se repiten en todas las vueltas. Para resolverla, se deben transformar las funciones al mismo ángulo y luego reducirla a una sola función o factorizarla si es posible.