El documento describe tres tipos de capital intelectual: el capital humano que es el conocimiento de los empleados, el capital estructural que es el conocimiento sistematizado de la organización, y el capital relacional que es el valor de las relaciones externas de la empresa. Juntos, estos tres tipos forman el capital intelectual de una empresa, que es el conjunto de activos intangibles que generan valor a futuro pero no están reflejados en los estados contables tradicionales.