Los microorganismos como bacterias y hongos son los causantes de la degradación de los alimentos al colonizarlos y utilizarlos como nutrientes para su desarrollo. En el pasado, antes de conocerse la existencia de los gérmenes, los métodos de conservación implicaban transformaciones drásticas de los alimentos como salazones y secados. Gracias a los descubrimientos de Pasteur sobre la existencia de los gérmenes, hoy se conocen herramientas efectivas como la cocción y refrigeración para estabilizar los alimentos sin alterarlos.