El documento discute los desafíos que enfrentan las empresas familiares, particularmente la alta tasa de mortalidad después de la tercera generación. Esto se debe principalmente a la perpetuidad del fundador y problemas de gestión y organización, como el conservadurismo excesivo y la falta de profesionalización. Para sobrevivir a largo plazo, una empresa familiar necesita establecer principios como separar a la familia del negocio y basar papeles de liderazgo en talento más que parentesco.