Este documento resume las formas en que la psicología puede ayudar con el dolor. Primero, la prevención del dolor a través de un estilo de vida saludable que incluye ejercicio regular, buena alimentación y sueño. Segundo, técnicas como la relajación, la meditación y el mindfulness pueden usarse cuando hay dolor para adaptarse mejor. Finalmente, la sabiduría y el conocimiento sobre estas herramientas psicológicas pueden ayudar a las personas a manejar mejor el dolor.