La comedia se origina en Grecia y se caracteriza por personajes comunes que enfrentan dificultades cotidianas debido a sus propios defectos. A diferencia de la tragedia, la comedia suele terminar felizmente y poner en ridículo la debilidad humana para corregir vicios de una manera preventiva. El protagonista de la comedia generalmente encarna un defecto como la mentira o el engaño y, aunque causa conflictos, termina siendo castigado socialmente a través del ridículo.