El documento describe el perfil de 70 genes llamado Mammaprint, el cual puede predecir el pronóstico de pacientes con cáncer de mama. Se desarrolló a partir de un estudio de 2000 que analizó los genes responsables de la evolución de tumores de mama. Mammaprint identifica los 70 genes más significativos y puede determinar con seguridad si una paciente tendrá un buen o mal pronóstico, ayudando a los médicos a recomendar el mejor tratamiento.
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Schneider Aprobado
1. Perfil de 70 genes: Mammaprint
José Schneider
Ginecólogo. Jefe del Servicio de Ginecología en el Hospital Universitario “Marqués de
Valdecilla” de Santander. Catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad
“Rey Juan Carlos” de Madrid, España.
“Los que se han dedicado a la investigación de la genética molecular del cáncer de
mama sabrán que, en los último 20 años, esta rama del saber se ha concentrado en
analizar genes individualmente, lo cual ha motivado el desarrollo de varios estudios
que, en muchos casos, han generado frustración en los científicos por no representar
avances importantes. Sin embargo, este panorama cambió gracias a una investigación
realizada por el Dr. Charles Perou en el año 2000, cuyos datos han representado una
revolución en el estudio básico del cáncer de mama”, así lo afirmó el Dr. José
Schneider al iniciar su ponencia que dictó en el marco del X Congreso Venezolano de
Mastología, realizado en Mérida.
Desde la realización de este importante estudio, que abordó el genoma de los tumores
de mama para ver cuáles genes habían sido responsables de su buena o mala
evolución, los oncólogos han podido ir mejorando la selección del tratamiento para el
cáncer de mama. “Esta investigación motivó el desarrollo de una importante tecnología,
que fracciona el genoma del carcinoma mamario en pequeñas piezas, a fin de indicar si
2. los genes están funcionando con alta actividad (color rojo) o con baja intensidad (color
verde)”, explicó Schneider.
Otro de los grandes logros que generó este estudio fue una nueva clasificación del
cáncer de mama, que no se basa en los parámetros clásicos como tamaño del tumor o
número de ganglios axilares invadidos, sino en la biología propia del cáncer. “La
investigación clasificó un tipo de carcinoma mamario que se caracterizaba por tener un
pésimo pronóstico, debido a la falta de expresión de receptores hormonales y la no
expresión del oncogen C-erb-B2 (generalmente activo en cáncer de mama). Esto hizo
que los científicos comenzaron a preguntarse: cómo la no expresión de un gen tan
malo puede generar tumores de pésimo pronóstico”, aclaró el Dr. Schneider.
La respuesta que produjo el estudio del Dr. Perou fue que este tipo de tumor, conocido
como fenotipo basal, se desarrolla de células muy indiferenciadas que producen un
nivel de actividad muy agresivo.
Esto generó muchas controversias, especialmente, cuando al final de la investigación
se propuso una nueva clasificación biológica del cáncer de mama:
Tipo Característica Pronóstico
Luminal A ER+/PR+, c-erb-B2- bueno
Luminal B ER/PR+, c-erb-B2+ intermedio
c-erb-B2 ER-, c-erb-B2+ malo
Basal RE -, RP -, C-erb-B2 - malísimo
“Esto nos pareció tan novedoso y paradójico que nos surgieron varias dudas con
relación a la forma en cómo fue realizado el estudio y sus resultados, ya que pensamos
que las células basales que mencionaba el Dr. Perou quizás eran en realidad células
mioepiteliales. Por esta razón, desarrollamos una investigación para aclarar estas
conjeturas”, enfatizó el Dr. Schneider.
Este estudio, efectuado en España y publicado por la revista Cancer Genomics and
Proteomics, determinó que (...) “Los subtipos moleculares presentan supervivencia
3. significativamente distinta y su pronóstico es independiente de la invasión ganglionar,
datos que ya habían sido mencionados por el Dr. Perou”, aclaró el Dr. Schneider.
Otras investigaciones fueron desarrolladas a cabo por el Instituto Nacional del Cáncer
en Holanda, donde se analizaron cientos de tumores de mama, conservados
adecuadamente desde hace 25 años, a fin de medir los genes responsables de su
buen o mal pronóstico. “Al principio, se estudiaron los aproximadamente 30 mil genes
del genoma humano, cifra que fue reducida a 5 mil. De allí, se seleccionaron los 70
genes más significativos en el cáncer de mama, cantidad que permitió desarrollar un
chip de lectura genética, conocido como Mammaprint, que logra identificar el pronóstico
evolutivo del cáncer de mama”, comentó el Dr.Schneider.
Este test de perfil genético fue evolucionando hasta contar con unos estándares de
calidad tan buenos, que les valió el aval de la FDA en 2007. “Ahora, cuando operamos
a una paciente con cáncer de mama, podemos realizar este estudio para medir con
seguridad si va a tener o no un mal pronóstico”, explicó el Dr. Schneider.
Acotó que también existe otro test de perfil genético desarrollado en Estados Unidos:
Oncotype, el cual no cuenta con el respaldo de la FDA, debido a que no posee tan
buenas pruebas de fiabilidad y reproductibilidad.
“Mammaprint exige que el estudio se realice en producto fresco, es decir, al momento
de operar a las pacientes, se debe seleccionar un tejido del tumor, luego introducirlo en
un líquido de conservación que proporciona el test; parecido al RNAlater, líquido que
permite a temperatura ambiente conservar por 5 días el RNA sin degradarse y
congelándolo a menos 20 grados se puede mantener eternamente. El material es
enviado a Holanda y luego de 7-15 días hábiles, se reciben los resultados vía email, en
los cuales sólo aparecen dos opciones: buen pronóstico o mal pronóstico. Esto facilita
la decisión del especialista en recomendar el uso de hormonoterapia o quimioterapia, lo
cual ayuda a mejorar significativamente el tratamiento de la paciente”, acotó el Dr.
Schneider.
En cambio, el sistema americano sólo usa un chip compuesto por 15 genes, más otros
seis de control interno, que de acuerdo con la literatura se relacionan con el cáncer de
mama. Además, el tejido cancerígeno estudiado es archivado en parafina. “Gracias a
mis 20 años de experiencia como investigador de la genética del cáncer de mama, sé
que la garantía de los resultados del RNA parafinado es dudosa debido a que la
4. parafina y el formol no conservan adecuadamente el material genético. Creo que esto
es lo que ha hecho que la FDA no dé el aval al Oncotype”, enfatizó el Dr. Schneider.
Además, los resultados se expresan en tres renglones: buen pronóstico, pronóstico
intermedio y mal pronóstico. “Considero que la idea de estas pruebas de perfil genético
es mejorar la decisión terapéutica del especialista; por lo tanto, un resultado de
pronóstico intermedio más que aclarecer, lo que hace es seguir generando dudas en la
decisión final del oncólogo”, comentó el Dr. Schneider.
También aclaró que recientes trabajos han demostrado que, a través de las pruebas de
perfil genético, un 70% de las pacientes ha podido mejorar su pronóstico de
sobrevivencia. “Al saber que la paciente tendrá un buen pronóstico de su enfermedad
debido a que presenta un tumor bien diferenciado y con receptores hormonales,
podemos tratarla con hormonoterapia y no con quimioterapia, la cual -además de
generar graves efectos secundarios- sólo reacciona en tumores de alta agresividad”,
dijo el Dr. Schneider.
Para finalizar, comentó que unos de los grandes avances del siglo XX fue conocer
cómo conservar el seno de la paciente con cáncer de mama, a fin de no generarle más
traumas. Hoy, el aporte del siglo XXI, es mejorar el tratamiento de este carcinoma, con
el objetivo de incrementar su calidad de vida y su nivel de sobrevivencia.