René Descartes duda de todo lo que aprendió y solo confía en su propia mente y capacidad de pensar. Concluye que aunque no puede estar seguro de nada más, sí puede estar seguro de que él piensa, y por lo tanto existe. Esto lo lleva a desarrollar su filosofía racionalista, en la que divide la realidad en sustancias materiales y una sustancia inmaterial que es el alma. Otros filósofos como Malebranche, Spinoza y Leibniz expanden estas ideas.