El documento define las clases invertidas como un modelo pedagógico que transfiere parte del aprendizaje fuera del aula para utilizar el tiempo en clase en procesos cognitivos más complejos. Ofrece ventajas como permitir actividades individualizadas, fomentar la colaboración y motivación de los estudiantes, e involucrar a las familias. Los inconvenientes pueden incluir división por acceso a tecnología y más tiempo frente a pantallas.