La tragedia griega fue cultivada por los tres grandes trágicos: Esquilo, Sófocles y Eurípides. En Roma, Séneca retomó las tragedias griegas y las tradujo al latín, aunque se cree que sus obras estaban destinadas más a la lectura que a la representación teatral. La comedia griega floreció con Aristófanes y Menandro, quienes se centraron en tipos humanos y situaciones cómicas de la sociedad para satirizar costumbres y vicios mediante el enredo y el