La teoría de la administración científica surgió a finales del siglo XIX impulsada por Frederick Taylor para aumentar la productividad mediante la aplicación del método científico. Taylor propuso cuatro principios: selección científica de trabajadores, estudio científico de tareas, cooperación entre gerentes y trabajadores, y división del trabajo entre planeamiento y ejecución. La administración científica ha logrado optimizar el tiempo y la mano de obra pero también ha sido criticada por ser altamente jerárquica y promover el