Este documento discute varios temas relacionados con las políticas educativas internacionales. Explica que los países deben seguir las recomendaciones de organismos como las Naciones Unidas y el Banco Mundial para continuar siendo miembros. También propone una visión de la educación que promueva el pensamiento complejo y el bienestar planetario para formar ciudadanos globales capaces de resolver problemas a nivel mundial.