La diversidad de anticuerpos se explica por dos teorías: la teoría de la línea germinal proponía un gran repertorio de genes, mientras que la teoría de la variación somática proponía pocos genes y diversidad por recombinación y mutación somática. Los experimentos de Hozumi y Tonegawa en 1976 confirmaron esta segunda teoría, mostrando que la recombinación y mutación de los genes de inmunoglobulinas en los linfocitos produce un amplio abanico de anticuerpos.