La infección por VIH se adquiere principalmente a través de relaciones sexuales o exposición parenteral. Afecta los linfocitos T CD4 y puede progresar a SIDA si no se trata. El diagnóstico en neonatos incluye pruebas de anticuerpos e PCR, mientras que el monitoreo de la progresión se realiza mediante recuentos de CD4 y carga viral.