Este documento discute las diferencias entre la Web 1.0 y la Web 2.0, argumentando que el término "Web 2.0" se usa demasiado libremente y que muchos sitios web que se autodenominan Web 2.0 en realidad no cumplen con sus características fundamentales como la descentralización y la participación social. También analiza cómo la educación 2.0 no debería significar un cambio radical en la educación sino más bien fortalecer sus principios existentes mediante el uso de nuevas tecnologías.