El documento resume la vida y el pensamiento del filósofo alemán Hans-Georg Gadamer. Nació en 1900 y fue influenciado por Martin Heidegger. Su obra más importante fue Verdad y método (1960), en la que critica los enfoques metodológicos de las ciencias humanas y propone que la interpretación implica una "fusión de horizontes" entre el texto y el intérprete. Gadamer sostiene que la verdad no puede separarse del método y que la conciencia humana está moldeada históricamente.
2. La Hermenéutica :
La hermenéutica (del griego ἑρμηνευτικὴ τέχνη,
jermeneutiké tejne, „arte de explicar, traducir o
interpretar‟) es la interpretación de textos en la
teología, la filología y la crítica literaria.
En la filosofía es la doctrina idealista según la cual
los hechos sociales (y quizás también los
naturales) son símbolos o textos que deben
interpretarse en lugar de describirse y explicarse
objetivamente.
El término hermenéutica deriva directamente del
adjetivo griego ἑρμηνευτικἡ, que significa (saber)
explicativo o interpretativo, del sentido de las
palabras de los textos, así como el análisis de la
propia teoría o ciencia volcada en la exégesis de
los signos y de su valor simbólico.
3. Friedrich Schleiermacher:
Tras permanecer recluida por siglos en el ámbito de la
Teología, la hermenéutica se abrió en la época del
Romanticismo a todo tipo de textos escritos. En este
contexto se sitúa Friedrich Schleiermacher (1768-1834),
que ve en la tarea hermenéutica un proceso de
reconstrucción del espíritu de nuestros antepasados.
Así, Schleiermacher plantea un círculo hermenéutico
para poder interpretar los textos, postula que la correcta
interpretación debe tener una dimensión objetiva,
relacionada con la construcción del contexto del
autor, y otra subjetiva y adivinatoria, que consiste en
trasladarse al lugar del autor. La hermenéutica no
sería un saber teórico sino práctico: la praxis o la
técnica de la buena interpretación de un texto hablado o
escrito. Trátase ahí de la comprensión, que se volvió
desde antaño un concepto fundamental y finalidad de
toda cuestión hermenéutica. Schleiermacher define la
hermenéutica como «reconstrucción histórica y
adivinatoria, objetiva y subjetiva, de un discurso
dado».
4. Historicismo diltheiano:
Esta perspectiva influirá en la aparición del historicismo diltheiano. Wilhelm Dilthey
(1833-1911) cree que toda manifestación espiritual humana, (y no sólo los textos
Escritos), tiene que ser comprendida dentro del contexto histórico de su época.
Si los acontecimientos de la naturaleza deben ser explicados, los
acontecimientos Históricos, los valores y la cultura deben ser comprendidos.
Dilthey fue el primero en formular la dualidad de las «ciencias de la naturaleza» y
las «ciencias del espíritu», que se distinguen respectivamente por el uso de un
método analítico esclarecedor, una, y el uso de un procedimiento de compresión
descriptiva, la otra.
Explicación (propia de las ciencias de la naturaleza)
Comprensión (propia de las ciencias del espíritu o ciencias humanas)
Esclarecemos por medio de procesos intelectuales,
pero comprendemos por la cooperación de todas las fuerzas sentimentales en la
aprehensión, por la inmersión de las fuerzas sentimentales en el objeto.
Comprensión y aprehensión de un significado y sentido es lo que se presenta a la
comprensión como contenido. Sólo podemos determinar la compresión por el
sentido y el sentido apenas por la comprensión. Toda comprensión es
aprehensión de un sentido. Para Dilthey todo conocimiento de las ciencias del
espíritu es una comprensión y un conocimiento histórico. Este conocimiento es
posible porque la vida (el objeto de estudio de las ciencias del espíritu) genera
estructuras, ya sean desde una obra pictórica a una literaria; entonces concede a
la hermenéutica el papel de disciplina encargada de interpretar dichas estructuras,
permitiendo el conocimiento en las ciencias del espíritu.
5. Martin Heidegger:
Ya en el siglo XX, Martin Heidegger, en su análisis
de la comprensión, afirma que, cualquiera que sea,
presenta una «estructura circular»:
Toda interpretación, para producir comprensión,
debe ya tener comprendido lo que va a interpretar.
Heidegger introduce nuevos derroteros en la
hermenéutica al dejar de considerarla únicamente
como un modo de comprensión del espíritu de otras
épocas y pensarla como el modo fundamental de
situarse el ser humano en el mundo:
Existir es comprender.
Desde entonces su hermenéutica de la facticidad se
convierte en una filosofía que identifica la verdad con
una interpretación históricamente situada
(Hans-Georg Gadamer).
La hermenéutica es considerada la escuela de
pensamiento opuesta al positivismo.
6. Paul Ricoeur:
Paul Ricoeur (Essais d’herméneutique, París: Seuil, 1969)
supera en su aporte a las dos corrientes anteriores, y
propone una «hermenéutica de la distancia»:
Lo que hace que surja una interpretación es el hecho de
que haya una distancia entre el emisor y el receptor. De
esta hermenéutica surge una teoría cuyo paradigma es el
texto, es decir, todo discurso fijado por la escritura. Al mismo
tiempo este discurso sufre, una vez emitido, un
desarraigamiento de la intención del autor y cobra
independencia con respecto a él. El texto ahora se
encuentra desligado del emisor, y es una realidad
metamorfoseada en la cual el lector, al tomar la obra, se
introduce. Pero esta misma realidad metamorfoseada
propone un «yo», un «Dasein», que debe ser extraído por el
lector en la tarea hermenéutica. Para Ricoeur interpretar es
extraer el ser-en-el-mundo que se halla en el texto. De esta
manera se propone estudiar el problema de la «apropiación
del texto», es decir, de la aplicación del significado del texto
a la vida del lector. La reelaboración del texto por parte del
lector es uno de los ejes de la teoría de Paul Ricoeur.
8. Contexto Histórico:
1901 Muere la reina Victoria
1914-1918 Primera Guerra Mundial
1917 Revolución Rusa
1921 Einstein recibe Nobel de Física
1922 Mussolini toma el poder en Roma
1927 Stalin sube al poder al morir Lenin
1933 Hitler es nombrado Canciller de Alemania
1936-1939 Guerra Civil Española
1938 Muere Husserl
1939 Inicia la Segunda Guerra Mundial
1945 se rinden Alemania y Japón
1947 Plan Marshall para recuperación europea
1949 División de Alemania
1968 Revolución de Mayo en París
1969 Muere Karl Jaspers en Basilea
1971 Reconocimiento de las actuales fronteras alemanas
1976 Muere Martin Heidegger
1989 Caída del muro de Berlin y reunificación alemana
9. Biografía:
Hans-Georg Gadamer fue especialmente conocido por su obra Verdad y
método (Wahrheit und Methode) y por su renovación de la Hermenéutica.
1900 Nace el 11 de febrero en Marburg. El padre de Gadamer era químico
farmacéutico, posteriormente también fue rector de la universidad de
Marburg. Pese a los deseos de su padre, Gadamer no estudia ciencias
naturales y opta por las humanidades. Realiza estudios en Breslau (hoy
Wroclaw, Polonia) bajo los auspicios de Hönigswald.
1919: Regresa a Marburg para estudiar con los filósofos neokantianos Paul
Natorp y Nicolai Hartmann, bajo cuya dirección se doctoró en el año 1922
con un trabajo sobre Platón (Das Wesen der Lust nach den platonischen
Dialogen, La esencia del placer en los diálogos platónicos).
Poco después Gadamer visitó Freiburg y comenzó a estudiar con Martin
Heidegger, quien aún no era profesor titular pero sí un brillante profesor
asistente. A través de Heidegger se insertó en un grupo de estudiantes que
luego destacarían intelectualmente, entre ellos se encontraban Leo Strauss,
Karl Löwith y Hannah Arendt. Conoce a Nicolai Hartmann y asiste en
Freiburg a algunos seminarios de Husserl.
La amistad entre Gadamer y Heidegger se hizo tan estrecha que cuando
Heidegger recibió una plaza en Marburg, Gadamer optó por seguirle hasta
allí. Es posiblemente la fuerte influencia de Heidegger lo que ha hecho del
pensamiento de Gadamer algo particularmente característico y lo que, en
gran medida, ha moldeado su pensar, además, la influencia de Heidegger
fue la que separó a Gadamer de las corrientes neokantianas en las que,
tiempo atrás, se había formado.
10. Biografía:
1929 Gadamer hace su habilitación académica, y comienza a enseñar en
Marburgo durante los primeros años de la década de los 30.
A diferencia de Heidegger, Gadamer siempre rechazó visceralmente el Nazismo,
de tal forma que se le puede considerar abiertamente anti-nazi. Jamás recibió un
puesto remunerado durante los años de gobierno nazi y ni entró a formar parte
del partido;
1937 Profesor extraoridanio en Marburg
1939 Lo llaman a la universidad de Leipzig para ocupar la cátedra de Filosofía.
1946 Tras la guerra, fue considerado «no corrompido» por el pensamiento nazi y
pudo ocupar su puesto de rector de la universidad de Leipzig.
1947 Con el nacimiento de la República Democrática Alemana, también mostró
su férrea oposición al comunismo. Esto le hizo trasladarse hacia la República
Federal Alemana, aceptando primero una posición en Frankfurt.
1949 Sustituye como rector a Karl Jaspers en Heidelberg; posición que ocuparía
el resto de su vida.
1953 Funda la revista “Philosopische Rundschau”
1960 A lo largo de esta etapa completó su gran obra “Verdad y método”, ampliada
con un segundo volumen en 1986,
1962 Funda la Unión internacional para el fomento de los estudios acerca de
Hegel, que preside hasta 1970.
1968: se jubila, pero sigue en la universidad como profesor emérito hasta su
muerte, además de seguir dictando conferencias y cursos como profesor invitado
en Estados Unidos, Canadá e Italia.
2002 Muere en Heidelberg el 13 de marzo, a la edad de 102 años.
11. Pensamiento:
Gadamer es el fundador de la Escuela Hermenéutica. Sostenía que la interpretación debe
evitar la arbitrariedad y las limitaciones surgidas de los hábitos mentales, centrando su mirada
en las cosas mismas, en los textos. Afirma que siempre que nos acercamos a un texto lo
hacemos desde un proyecto, con alguna idea de lo que allí se dice. A medida que
profundizamos la lectura, este proyecto va variando y se va reformulando según la lectura nos
vaya confirmando o alterando nuestra precomprensión. Como este proceso puede prolongarse
al infinito, nunca podemos afirmar que hemos dado la interpretación última y definitiva.
El proyecto filosófico gadameriano, tal como queda definido en “Verdad y método”, fue
elaborado en relación directa con la hermenéutica filosófica. El logro de Gadamer residiría en
descubrir y mostrar la naturaleza de la comprensión humana a nivel teórico-metodológico: la
verdad está íntimamente ligada al método y no puede considerarse una sin la otra. Gadamer
fue muy crítico con los dos enfoques metodológicos que se emplean en las ciencias humanas
(Geisteswissenschaften):
• Por un lado, fue crítico con los enfoques modernos
que buscan modelar el método de las ciencias
humanas en base al método científico, iniciado por
Descartes y Galileo en los albores de la modernidad.
• Por otro lado, también es crítico con el método
tradicional de las humanidades cuyo enfoque se
hace explícito en la obra de Wilhelm Dilthey, quien
creía que para lograr una interpretación correcta de
un texto era necesario desentrañar la intención
original que manejaba el autor cuando lo escribió.
12. Verdad y Método (1960)
En contraste con estas dos posiciones Gadamer sostiene que la gente
tiene una conciencia históricamente moldeada, esto es, que la conciencia
es un efecto de la historia y que estamos insertos plenamente en la cultura
e historia de nuestro tiempo y lugar y, por ello, plenamente formados por
ellas.
Así interpretó que un texto comprende una «fusión de horizontes» donde
el estudioso encuentra la vía que la historia del texto articula en relación
con nuestro propio trasfondo cultural e histórico. Al contrario que muchas
de las obras canónicas de la hermenéutica filosófica, la obra de Gadamer,
Verdad y método, no pretende ser una declaración programática de un
nuevo método hermenéutico de interpretación de textos. Verdad y método
pretende ser una descripción de lo que hacemos permanentemente
cuando interpretamos cosas, incluso desconociendo que dicho proceso de
interpretación se está produciendo.
Tanto la versión original en alemán “Wahrheit und Methode” como la
versión inglesa han sido revisadas por el propio autor y se consideran
igualmente válidas. La edición alemana de la obra contiene un compendio
de trabajos posteriores donde Gadamer elabora algunos de sus
argumentos y discute las ideas centrales de Verdad y método. Finalmente,
un ensayo de Gadamer, titulado ¿Quién soy yo, quién eres tú?, es
considerado por muchos autores, incluido Heidegger y Gadamer, como el
segundo volumen y continuación de los argumentos esbozados en Verdad
y método.
13. Verdad y verificabilidad:
Gadamer no niega que la aplicación del método científico-experimental
sea un medio válido para adquirir conocimiento, pero afirma que su uso
como vía exclusiva al saber ha deformado la idea de la verdad,
identificándola con certeza. Desde esta perspectiva sólo se puede afirmar
que algo es verdadero si se trata de un hecho o un efecto que se puede
verificar o reproducir empíricamente, siguiendo los protocolos que indica
el método científico.
“Si la verdad supone la verificabilidad, el criterio que mide el conocimiento
no es ya su verdad sin o su certeza. Por eso el auténtico ethos de la
ciencia moderna es, desde que Descartes formulara la clásica regla de
certeza, que ella solo admite como satisfaciendo las condiciones de la
verdad lo que satisface el ideal de certeza. Esta concepción de la ciencia
moderna influye en todos los ámbitos de nuestra vida.
El ideal de verificación, la limitación del saber a lo comprobable culmina
en el re-producir iterativo”
(H.G.Gadamer, ¿Qué es verdad?, 1957)
14. No todo lo que es,
es o puede ser objeto de la
ciencia
No todo lo que el hombre puede conocer está sujeto a las reglas
cognoscitivas que establece el método científico. La experiencia de la verdad
no se agota en el horizonte del saber definido por la ciencia empírico-
positiva. El ámbito de lo cognoscible y del método científico no coinciden o
se sobreponen. Mas allá del campo de la certeza cartesiana, se dan ámbitos
que ofrecen una experiencia “extra-metódica” de la verdad, como son, por
ejemplo, el arte y la historia. Al aplicar el método científico a estos campos,
se empequeñece su horizonte.
Así, en el arte, cuando se intenta sujetar la belleza a unos cánones estéticos
objetivos, se empobrece grandemente la experiencia originaria del esplendor
de la verdad que en ella se encierra. Lo mismo ocurre con la historia, que se
desnaturaliza y se hace incomprensible si se quiere construir una ciencia de
la historia en la que los hechos históricos se estructuran por medio de leyes
rigurosas y necesarias. Este problema se presenta cada vez más cundo se
intenta comprender cualquier fenómeno humano, ya sea un escrito, una
conversación o un evento político.
Ante lo humano, la razón se enfrenta con algo distinto del objeto de las
ciencias de la naturaleza, que requiere por tanto, un enfoque diferente.
15. Explicar y Comprender:
Wilhelm Dilthey insistía en que esta diferencia de actitud,
utilizando la conocida distinción entre el explicar (Erklären) y
comprender (Verstehen): La naturaleza la “explicamos”, pero
las creaciones del espíritu humano las “comprendemos”.
(W. Dithley, Ideas acerca de una psicología descriptiva y analítica, Obras vol. VI, 1945)
Partiendo de la peculiar interpretación que Heidegger hace de
la experiencia de la historicidad, del arte y del lenguaje, la
hermenéutica gadameriana prosigue en esa misma dirección,
profundizando en la esencia del fenómeno de la comprensión
como fundamento de la experiencia del hombre.
El punto de partida de la hermenéutica que Gadamer despliega
en “Verdad y Método” se encuentra en la ontología
heideggeriana, a la que se unen además la filosofía platónico-
aristotélica y una recepción particular de la dialéctica hegeliana.
Por eso sería equivocado ver el pensamiento gadameriano
solamente como una simple continuación o esclarecimiento del
pensamiento de Heidegger.
16. Carácter dialógico del hombre:
Para Gadamer, el hombre se encuentra existencialmente calado
en el mundo y abierto a él, en constante interacción con el
ambiente natural y social que lo rodea: se pregunta por el ser
del mundo, esforzándose por comprender al mismo tiempo la
finitud y limitación de su propio ser.
El hombre posee un carácter esencialmente dialógico, el
pensamiento implica interacción: llamada y escucha, pregunta y
respuesta. Las cosas y los otros individuos interpelan a cada
hombre, que a su vez son objeto de sus preguntas. Stricto
sensu, el monólogo no existe, pues se trata más bien del diálogo
interior de cada persona consigo misma.
Gadamer llama comprensión o interpretación a esta actitud
inmanente que intenta comprender las estructuras de sentido
que constituyen todo lo real. La comprensión no es una actitud
objetivamente o del observador imparcial que mira con despego
la realidad. Se trata más bien de la actitud natural del hombre,
comprometido con su mundo. Mira las cosas sin buscar en ellas
una verdad “objetiva”, dejándose interpelar por el logos que se
esconde en tales estructuras.
El horizonte en el cual se mueve la existencia humana es la
lingüicidad, pues el hombre es un ser “logocéntrico”. El lenguaje
es el medio a través del cual el hombre alcanza la comprensión.
17. Carácter dialógico del hombre:
Ahora bien, Gadamer no reduce el lenguaje a la materialidad del habla, o a
los signos, simbologías o lenguas que la humanidad utiliza o ha utilizado a lo
largo de su milenaria historia.
Se trata mas bien del carácter esencialmente dialógico del ser del hombre,
que lo hace capaz de efectuar acciones simbólicas, dando vida al a
comprensión recíproca y a la comunicación. El lenguaje vive en el diálogo, y
más allá de cada diálogo concreto, “es el lenguaje mismo el que habla”,
como afirma Heidegger con intención provocativa.
La comprensión y el lenguaje dan forma a las estructuras fundamentales del
hombre y de su mundo. Gadamer expresa este hecho con una concisa frase
de “Verdad y Método”:
“El ser que puede ser comprendido es lenguaje”
(pp.567)
Así, la realidad se ha convertido en el tejido que los hombres en su
convivencia o interacción dialógica, van poco a poco tramando. El diálogo
que vamos entretejiendo –y en el que desde que empezamos, estamos
sumidos- es la realidad del mundo como texto creado por sus intérpretes.
Desde esta perspectiva resulta fácil comprender que la hermenéutica, al
tematizar el fundamento, no se reduzca a una reflexión técnica o sectorial,
sino que se eleva ahora a la posición que antes ocupaba la metafísica como
primera filosofía.
18. EL Pre-juicio y la Pre-comprensión:
El hombre no despliega su tarea de comprensión del “texto” del
mundo y de la historia tamquam tabula rasa, es decir, sin ninguna
idea previa acerca de ese mundo que lo interpela, porque su
existencia se encuentra determinada por unas circunstancias
histórico-culturales concretas. En la comprensión no se da un inicio
absoluto, sino que se sitúa siempre en el marco de una
comprensión previa (pre-comprensión), formado por las
expectativas, opiniones y juicios de valor que componen el bagaje
cultural, la educación y la propia experiencia de vida de cada
persona. Las valoraciones acerca de la realidad se construyen
sobre estos pre-juicios.
Por esta razón, el proceso de la comprensión es circular: de algún
modo su resultado se encuentra ya anticipado en los pre-juicios.
Pero no se trata de un círculo vicioso, porque la pre-comprensión es
el horizonte insuprimible que hace posible la comprensión. Gadamer
se propone recuperar el sentido positivo que poseen tanto el término
prejuicio (vorurteil) como la tradición cultural en cuanto fuentes
legítimas de sabiduría y que les ha sido negado por la modernidad
ilustrada. La autoridad y la tradición no son impedimentos para el
desarrollo libre de la razón, que habría que eliminar, sino que más
bien forman el marco conceptual y existencial en el que se genera la
comprensión.
19. La Hermenéutica como arte dialéctico:
La hermenéutica filosófica se perfila, por lo tanto, como
saber dialógico, es decir, que nace y vive en el diálogo.
Aunque Gadamer acepta la contradicción y el contraste
como estímulo necesario para el pensar y el preguntar, su
concepción de la dialéctica se aleja del modelo hegeliano.
El diálogo no es para Gadamer un proceso de superación
dialéctica que elimina la posición del interlocutor. Por el
contrario, el modelo en el que se inspira la hermenéutica
gadameriana es el diálogo socrático, ya que el pensamiento
nace en el seno de una comunidad dialógica, en la que se
pregunta y responde, buscando un objetivo común. Y para
responder hay que saber escuchar. El diálogo es un
intercambio recíproco: hay que saber dar de lo nuestro, pero
también aprender a recibir lo que el otro nos da, dejando
que su experiencia complete la nuestra, sin miedo a cambiar
por culpa del diálogo. Todo esto requiere respeto del
interlocutor, y la voluntad de alcanzar un entendimiento. La
Phronesis (prudencia) aristotélica encarna para gadamer la
actitud que hace fructuoso el diálogo.
20. Los prejuicios como realidad histórica del
ser:
Para Gadamer todo acercamiento a un texto significa ir al encuentro de un "tú", y este
encuentro debe ser un momento de apertura para poder entrar en diálogo
en el que tanto el "yo" como el "tú" entran en relación.
Frente al texto no cabe neutralidad ni autocancelación, “sino que incluye una matizada
incorporación de las propias opiniones previas y prejuicios”.
Para la Ilustración, todo prejuicio significa un juicio sin fundamento alguno. La Ilustración
propone el uso de la razón para poder liberarnos de la tiranía de la autoridad, hay que
atreverse a pensar por sí mismo. La Ilustración busca decirlo todo desde la razón. La
tradición se convierte entonces para la Ilustración lo que para la ciencia son los
sentidos, causa de error al momento de comprender las cosas tal cual son.
La Ilustración tiene un prejuicio y es “el prejuicio contra todo prejuicio y con ello la
desvirtuación de toda tradición” . En la Ilustración alemana los únicos prejuicios que se
aceptan son los de la tradición cristiana.
Gadamer recupera el sentido constructivo del término prejuicio y lo coloca como parte
importante de todo el armazón cognitivo del individuo, para él “prejuicio quiere decir un
juicio que se forma antes de la convalidación definitiva de todos los momentos que son
objetivamente determinantes”.
"La ciencia histórica del siglo XIX es el fruto más soberbio de la Ilustración y por ello
supone una ruptura con la continuidad de sentido de la tradición", pero debemos buscar
entender el proceso histórico sobreponiéndonos incluso al prejuicio de la Ilustración y
así comprender la finitud de nuestro ser y de nuestra conciencia histórica.
21. Para Gadamer la razón es real e histórica, está dada no de manera espontánea
sino que aparece “siempre referida a lo dado en lo cual se ejerce”, todo individuo
se desenvuelve dentro de la historia a la cual pertenece y de la cual no puede
escapar debido a las relaciones de configuración de su ser en función a ella. El
individuo es un ser histórico-espacio-temporal.
Este individuo histórico por tanto no puede entenderse desde el paradigma de la
Ilustración, ante él actúa también la autoridad que es aceptada en un acto
racional y de libertad. La autoridad es legítima en cuanto el individuo acepta su
limitado ser y confía en un TÚ que conoce mejor y más que él. Una forma de
autoridad que subyace y se manifiesta anónimamente es la tradición, que
determina en gran medida nuestras acciones y comportamiento.
Esta se recibe en el proceso educativo y llegada la madurez se unifica con los
propios criterios y decisiones. Esta autoridad, la de la tradición, se hace acción
en las costumbres, las cuales se adoptan libremente y “determinan ampliamente
nuestras instituciones y comportamientos”.
De este modo el individuo que pertenece a cualquier forma institucional, esta
delimitado en su comportamiento por una tradición, la cual confiere a éste un
conjunto de prejuicios con los cuales entiende y se entiende a sí mismo dentro
del proceso histórico que vive, los prejuicios son componentes a la realidad
histórica de todo individuo y le confieren categorías a priori para comprender,
este comprender es una integración del pasado y del presente que se expresa
en muchas formas culturales y que son indesligables del proceso histórico, de
este modo los prejuicios, en el individuo, son la realidad histórica de su ser.
22. Significado hermenéutico
de la fusión de horizonte:
Para entender un texto no tratamos de entrar en la constitución psíquica del
autor, sino lo que intentamos hacer es trasladarnos hacia la “perspectiva
bajo la cual, el otro ha ganado su opinión”. El ideal propio de las ciencias
naturales lleva a renunciar a la concreción de la conciencia histórica dentro
de la hermenéutica, llevando así a Schleiermacher a concluir con su “teoría
del acto adivinatorio, mediante el cual el intérprete entra de lleno en el autor
y resuelve lo extraño y lo extrañante del texto” .
Por otro lado, Heidegger considera que la comprensión del texto se
encuentra determinada por pre-comprensión de manera anticipada, “el
círculo del todo y las partes no se anulan en la comprensión total, sino que
alcanza en ella su realización más auténtica” . Esta pre-comprensión se
realiza desde la realidad histórica del individuo, en cada momento histórico
los textos se producen de manera diferente y haciendo uso de la historia
efectual de ese momento; de esta manera el verdadero sentido del texto
está referido al momento del autor, pero también y en gran medida, de la
situación histórica del interprete.
La historia efectual es lo que determina a priori la manera en que vamos a
entender un texto.
23. Significado hermenéutico
de la fusión de horizonte:
El individuo está en el mundo con una determinada historia efectual que le
confiere a su vez una manera de entender el mundo, así se hace expresa su
finitud y evidencia sus límites, los cuales determinan su horizonte, que “es el
ámbito de visión que abarca y encierra todo lo que es visible desde un
determinado punto” . Dicho horizonte tiene la posibilidad de ser ampliado y a la
vez la conciencia puede encontrar nuevos horizontes. La tarea de la comprensión
histórica se resuelve en la consecución de un horizonte histórico para
comprender lo que uno quiere sin que eso signifique que el interprete adquiera el
horizonte del autor, el horizonte histórico se gana moviéndose a una situación
histórica, esto significa reconocer al otro y comprenderlo.
Por tanto, la comprensión se realiza en el momento en que el horizonte del
interprete, al relacionarse con el del autor, se ve ampliado y a la vez incorpora al
otro; formando un nuevo horizonte “comprender es siempre el proceso de
fusión de estos presuntos horizontes para sí mismos” .
Desde la hermenéutica esto significa que la comprensión se da en un horizonte
comprensivo en el presente que es la superación del horizonte histórico. Para
Gadamer las categorías fundamentales de su propuesta son: comprensión-
interpretación-confluencia de horizontes-prejuicios. Se refiere a horizontes de
tiempo (pasado y presente-tradición).
24. La Estética gadameriana:
La filosofía estética de H-G. Gadamer sirve de pórtico preliminar a la
fundamentación de la hermenéutica filosófica en el seno de su obra Verdad y
Método I. Su pretensión fundamental es mostrar hasta qué punto ante la
experiencia estética las ciencias naturales y su método particular topan con una
barrera infranqueable. Uno de los motivos fundamentales es que en la experiencia
estética, según Gadamer, se produce una disolución del sujeto perceptor y el
objeto, esto es, la obra de arte. Una experiencia tal, capaz de romper la dicotomía
sujeto-objeto rompe con la tradición de las ciencias naturales para las cuales todo
motivo de estudio es ya siempre un objeto dispuesto para el estudio por parte de
un sujeto o grupo de sujetos. La experiencia estética se hace, se lleva a cabo,
mediante un movimiento de vaivén en el cual transitan en un mismo sentido la obra
y el sujeto que la disfruta, así por ejemplo, en la contemplación de una obra de arte
el espectador se ve sometido, él mismo, a los avatares de la trama y, con ello, se
introduce en la misma obra a la vez que la obra opera sobre él. A esta noción
englobante la denomina Gadamer “juego”, posiblemente siguiendo, aunque en otro
sentido, la estela del concepto de juego que estaba presente en Schiller. A la vez
que se produce la disolución de sujeto y objeto bajo el juego también se produce
una variación con respecto a la temporalidad de la experiencia estética. El discurrir
cotidiano se nos presenta como una temporalidad homogénea y casi lineal, sin
embargo, en la experiencia estética el sujeto se pierde para sí mismo y la
percepción de la temporalidad varía.
25. La Estética gadameriana:
Gadamer intentará dar cuenta de esta nueva temporalidad, de este
"verse absorbido", mediante el concepto de fiesta. La temporalidad de la
experiencia estética se asemeja a la festividad, es decir, es una ruptura
dentro de la noción cotidiana de al temporalidad. Por otra parte,
siguiendo la estela heideggeriana, Gadamer reivindica el valor de verdad
inherente a la experiencia estética. En la obra de arte se nos da una
suerte de verdad y existe una ganancia cognitiva evidente; la propia
experiencia ya ha moldeado nuestro ser y hemos sumado aprendizajes
que antes de la experiencia estética singular no estaban presentes. A su
vez, la obra de arte y la experiencia que deviene de su disfrute también
puede dar lugar a conocimientos de orden moral. En este sentido,
Gadamer reivindica el valor artístico de la alegoría frente a la habitual
reivindicación del valor simbólico del arte. La alegoría tiene, entre otras,
una función moral: pretende indirectamente conducir a una determinada
noción acerca de lo bueno. Gadamer, al igual que su mentor Heidegger,
prioriza la capacidad que tiene la poesía como herramienta para "traer la
verdad", para "desocultar", su innegable valor para recrear nuevos
mundos y fabricar lenguaje. En este sentido considerará que la poesía,
en el orden de las artes, juega un papel primordial. El mismo Gadamer
abre su Opus magnum Verdad y método con un poema de Rilke que,
según su propio criterio, vendría a resumir, sucintamente, el núcleo de la
hermenéutica filosófica.
26. Gadamer no sólo es conocido por sus estudios acerca
de hermenéutica sino que también se dedicó con
intensidad a estudios relacionados con la cultura de la
Grecia clásica. Sus inicios intelectuales están
íntimamente ligados al estudio de la obra de los
clásicos griegos, entre ellos, destaca con particular
intensidad su labor dedicada a la obra de Platón.
Dicha ocupación por la filosofía griega fue interrumpida
en 1933 por "prudencia política", pues tales estudios
iban referidos a la teoría sofística y platónica del
Estado: Gadamer no quería tener ningún tipo de
enredo con las autoridades nazis por trabajos
explícitamente de carácter político. Así, se publicaron
sólo aspectos parciales bajo el nombre de Plato und
die Dichter (Platón y los poetas) (1943) y Platos Staat
der Erziehung (El Estado como educador en Platón)
(1942). Estos trabajos son para algunos de mayor
importancia que sus incursiones en el campo de la
hermenéutica.
27. Su obra más importante, “Verdad y método. Elementos de una hermenéutica
filosófica” (1960), fijó los presupuestos y objetivos de la corriente hermenéutica,
según la cual no existe el mundo, sino diversas acepciones históricas de mundo. A
pesar del relativismo que conlleva esta concepción, Gadamer remite siempre en
sus escritos a una convergencia última en la que es posible la comunicación y la
expresión de un sentido.
La hermenéutica filosófica que encierra en “Verdad y Método” es una de las voces
sentidas con más fuerza en el panorama cultural europeo contemporáneo. Su
influjo alcanza ámbitos muy variados: la crítica literaria, la estética, la teología, la
jurisprudencia. Sin embargo, entre los representantes de la hermenéutica literaria
y jurídica no ha faltado desacuerdo y muchos han establecido un intenso debate
con él, como es el caso de Eric D. Hirsch, Peter Szondi y Emilio Betto. Además, la
hermenéutica de Gadamer se ha tenido que confrontar a nivel filosófico con
perspectivas diversas y lejanas entre sí como lo son la teoría crítica de la sociedad
de Jürgen Habermas y el decontruccionismo de Jacques Derrida. Sin embargo,
como ocurre con buena parte de la filosofía posthegeliana, el pensamiento de
Gadamer no es ajeno a los claroscuros de la modernidad. La omnipresente
mediación lingüística del ser que postula, a la que hemos hecho referencia arriba,
no deja espacio alguno a una metafísica capaz de trascender la finitud histórica
del lenguaje, y mas en general, de cualquier experiencia humana.
28. En 1960 se comprometió en el famoso debate que
mantuvo con Jürgen Habermas acerca de la
posibilidad de trascendencia histórica y cultural en
busca de una situación social moldeada por el
pensamiento crítico. El debate jamás concluyó pero
marcó el comienzo de una calurosa amistad entre
Gadamer y Habermas, incluso Gadamer facilitó la
posibilidad de entrada de Habermas en el mundo
académico ayudándole a lograr una plaza de
profesor en Heidelberg.
Otro intento similar de debate fue intentado con
Jacques Derrida pero éste fue menos instructivo
porque ambos pensadores tenían pensamiento con
muy pocos puntos en común. Derrida consideró su
error al no buscar un fondo común con Gadamer la
mayor debacle de su vida intelectual y, en el
obituario que dedicó a Gadamer, expresa su
admiración y su respeto filosófico por el pensador
alemán.
29. Obras destacadas:
Verdad y método (1960), 2 vols. (Sígueme, Salamanca
1988-92);
Mis años de aprendizaje (Herder, Barcelona);
¿Quién soy yo y quién eres tú? (Herder, Barcelona);
Estética y hermenéutica (Tecnos, Madrid 1996);
Arte y verdad de la palabra (Paidós, Barcelona 1998);
El giro hermenéutico (Catedra, Madrid 1998);
Antología (Sígueme, Salamanca);
El estado oculto de la salud (Gedisa, Barcelona 1996).
Jean Grondin, Hans-Georg Gadamer, una biografía
(Herder, Barcelona 2000)
El problema de la consciencia histórica (1963),
Pequeños escritos (1967)
Diálogo y dialéctica (1980), un compendio de ensayos
sobre los diálogos de Platón.
30. Referencias Bibliográficas:
HISTORIA DE LA FILOSOFÍA: IV Filosofía Contemporánea
Mario Fazio, Francisco Fernández Labastida
Editorial Palabra,
Madrid, 2004.
1ª. edición.
pp. 391 a 400
http://es.wikipedia.org/wiki/Hans-Georg_Gadamer
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/g/gadamer.htm
Presentación realizada por Gerardo Viau, Guatemala, 21 de octubre del 2012