1. La marca España.
Manfred Nolte
La „marca España‟, esto es, la imagen promocionada por el País ante los foros
internacionales para ganar adeptos e infundir confianza registra un doloroso
protagonismo. A diario, rotativos como Financial Times, Wall Street Journal,
The Economist o New York Times, por citar a algunas de las cabeceras
informativas mundiales, recogen la noticia de tal o cual suceso, estadística,
desaire o amenaza que se cierne sobre la piel de toro, apuntando a la perniciosa
influencia de la cuarta economía de la eurozona y la decimotercera potencia
industrial del planeta, que pone en jaque no solo el bienestar de sus ciudadanos
sino el equilibrio de la eurozona, y con esta, en buena medida, la estabilidad
global.
Actualidad contrita y no siempre objetiva ni amable con los esfuerzos realizados
por el país, pero eso forma parte de una creciente tendencia informativa teñida
de sensacionalismo, trasladando al acusado la ardua defensa de la carga de la
prueba. Como cuando Nicholas Spiro, director de „Spiro Sovereign Strategy‟
escribe en el New York Times que “España es el único país en el mundo que
tiene que medirse a una crisis bancaria, económica, de deuda soberana, política
y constitucional, todo ello de forma simultanea”. O cuando el mismo diario
publica 15 imágenes reflejando con un sesgo maligno la marginación y el gueto
de una sociedad tercermundista bajo el título „En España, austeridad y hambre‟.
Como referencia de fracaso algunas sentencias bordean el insulto. En su
momento fue Sarkozy en plena campaña presidencial. Ahora el titular llega de la
mano del exgobernador de Massachusetts Mitt Romney en su confrontación
televisiva con Obama. Pasados quince minutos de debate y sin venir a cuento, el
candidato republicano a la Casa Blanca señalaba que “España dedica el 42% de
sus impuestos a gasto ministerial. También nosotros gastamos el 42%, pero no
quiero seguir el camino de España”, un ejemplo sin contenido económico ya que
nuestro gasto público como porcentaje del PIB, es el segundo más bajo de la
Unión Europea y en todo caso desproporcionado, sin referencia a ningún otro
país europeo, aunque registre mayores déficits, saldos más abultados de deuda o
incluso haya sufrido un rescate radical.
Gobierno e Instituciones públicas y privadas promueven con escaso éxito una
„marca España‟ más positiva y adornada de determinados brotes verdes, en un
esfuerzo tan obligado como baldío, recordando que detrás de la marca hay una
economía a la que se está financiando a unos intereses punitivos que no se
corresponden „de ninguna manera‟ con sus fundamentales. Lo ha remachado
Rajoy sobre declaraciones anteriores en el mismo sentido de Mario Draghi y de
Christine Lagarde, y es “algo que todo el mundo sabe”. Por cierto, ambos se
cuentan entre los amigos ya que ha aplaudido los progresos notables de España.
El progreso realizado por Madrid “es notable si se contemplan las medidas
adoptadas en un breve plazo de tiempo” en opinión del primero, citando la
consolidación fiscal, las reformas estructurales y el rescate del sector bancario.
En una entrevista concedida a la cadena CBS, la directora gerente del FMI ha
afirmado, por su parte, que el ejecutivo de Mariano Rajoy "está tomando
algunas medidas fiscales para reducir el déficit" que son "duras, pero valientes",
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2. por lo que tienen que ser apoyadas. "Es un proceso por el cual los países tienen
que pasar para recuperar su situación y poder volver a crecer y crear puestos de
trabajo de nuevo", ha insistido.
Los últimos indicadores disponibles son insoportables y no cesa el goteo de
malas noticias. El PIB se contrajo un 0,4% en el segundo semestre y en términos
interanuales decrece un 1,3%. El paro registrado subió en septiembre respecto a
agosto en 79.645 personas, y situó el total de desempleados en 4.705.279. La
Seguridad Social pierde 86.000 afiliados en el mes y desde septiembre de 2011,
el desempleo se ha incrementado en 478.535 personas, un incremento del
11,3%. El número de desahucios alcanzó en el segundo trimestre de 2012 una
cifra récord, 526 diarios. El descenso del crédito en el año es del 5%, la
morosidad de empresas y familias se sitúa en el 10% y el Índice de Compras del
sector servicios cae al 40,2 desde el 44,0 de Agosto. Para colmar el vaso, el
gobernador del Banco de España considera "ciertamente optimista" la previsión
del Gobierno que apunta a que la economía española se contraerá un 0,5% en
2013, y la sitúa en el 1,5%."Si la caída en la actividad en 2013 se sitúa más cerca
del 1,5% que del 0,5%, el impacto previsible sobre el déficit puede estimarse en
tres décimas del PIB", argumentó ante la Comisión de Presupuestos del
Congreso. El monto de la deuda publica se estima en un 90,5% del PIB al cierre
del ejercicio y como resumen, el descontento ciudadano amenaza la estabilidad
democrática.
Frente a este escenario desalentador justo es citar los signos esperanzadores.
Mario Draghi apunta al tímido retorno a los mercados de capitales de Bancos y
Empresas privadas, así como a la recapitalización bancaria que ha alcanzado no
solo al sector español sino a todo Europa. Pero son las exportaciones las que
arrojan las cifras mas espectaculares, pasando de representar alrededor de un
18% de nuestro PIB en la pasada década a un 22% en la primera mitad de este
año. Los servicios, por su parte, han aumentado un punto del 8% al 9% actual.
En conjunto, el sector exterior ha ganado, en los últimos años, unos cinco
puntos de participación en el PIB. En los siete primeros meses de 2012, las
exportaciones crecieron al 3,7%, la tasa de cobertura aumenta el 3,7% y el déficit
disminuye un 20,9%.
La gran incógnita reside en saber si las reformas estructurales emprendidas
pagarán los dividendos prometidos y si las políticas de equilibrio presupuestario
dejarán paso antes que después a un crecimiento económico, prerrequisito de
cualquier solución estable.
Hay que desearlo y, por supuesto, esperarlo.
Nota: Las limitaciones impuestas por el Redactor del Rotativo para un artículo que debe
aparecer en un periódico corren el peligro de malinterpretar, si no sus conclusiones, si
al menos la intencionalidad de su autor. Al artículo aparecido en ‘El Correo’ del dia XXX
le falta sin duda su lado positivo y creador de soluciones. No se han incluido, no solo
por falta de espacio, sino porque vienen siendo ya recurrentes en columnas anteriores.
De todas formas vaya aquí el añadido, hasta formar una Versión ‘Long’ del articulo
original.
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3. 1.- En primer lugar tiene razón Rajoy cuando mira a Europa exigiendo que se deshagan una
serie de ambigüedades ruinosas para los intereses de España, muy en particular las relativas
al computo del rescate bancario por parte del MEDE(Euros 100.000 millones) como crédito al
sector privado o al sector público. Alemania se desdice de los acuerdos del Consejo Europeo
de finales de Junio y ello resulta intolerable en cualquier instancia. Lo mismo es aplicable al
supervisor único bancario y a un espacio fiscal unificado.
Ha llegado el momento- señala Rajoy- de pasar de los discursos a los hechos y de tomar
decisiones que transmitan el mensaje de que nadie puede pensar que el euro es reversible y
que Europa sigue con la aspiración de jugar con fuerza en el mundo global", ha señalado.
A su juicio, después de más de cincuenta años de proceso europeo, hay que dar un paso
adelante "nítido, claro y contundente" en materia económica, bancaria, fiscal y política, que es
lo que ha recordado que pretenden los acuerdos de junio del Consejo Europeo. Y ello por la
extraordinaria importancia que ello tiene en algunos de los pasillos de salida a la crisis que se
relatan a continuación.
Por lo demás y de forma taquigráfica cuatro son las líneas de reflexión sobre otras tantas vias
de superación de la crisis en nuestro País.
a)Crecimiento.
Con una tasa de crecimiento sostenido, los déficits primarios de los presupuestos
públicos se enjuagarían en un plazo programado de tiempo, a través de un incremento de los
ingresos presupuestarios(¡Ojo! No se dice un incremento de los impuestos). Pero no hay
crecimiento, sino recesión. Ello lleva a incrementos de paro y posiblemente a perpetuar déficits
llevando el volumen de deuda a niveles disparatados. El único programa en funcionamiento, de
corte monetarista, de liquidez ilimitada para el sistema bancario es necesario pero
manifiestamente insuficiente. Por otra parte, en las actuales circunstancias los españoles (la
clase media y media-alta) paga tales impuestos, que hay que pensar en que crezca la tarta y
no en que los mismos sufraguen un porcentaje cada vez mayor de lo que la tarta está llamada
a alimentar. En su consecuencia la crisis persistirá hasta que retorne el crecimiento.
b)Reequilibrio de bloques.
Lo ha dicho Krugman hasta quedarse ronco. Si los países centrales, esto es, sus
ciudadanos, empresas y sector público compran masivamente bienes y servicios de los países
periféricos, los ciudadanos, empresas y sector público del sur ingresaran unos fondos con los
que afrontar el pago de sus deudas y reducir su importe sin tener que recortar sus gastos, en
particular el Gasto público. Por la pura dinámica de los vasos comunicantes si este proceso
continúa durante un plazo suficientemente dilatado de tiempo, los derechos del centro respecto
del sur disminuirán y los de estos respecto del norte aumentarán hasta que las diferencias
entre centro y periferia se limiten a intervalos asumibles. Pero no se atisba ánimo alguno de
que los países con graves desequilibrios superavitarios, Alemania, Holanda, Luxemburgo entre
otros deseen reducirlos, por mucho que aireen los riesgos en los que incurren(Cf.Target2).
También es un estribillo recurrente de Krugman una variante de esta línea de
reequilibrio de bloques. La idea es que los países periféricos, en este caso España, reciban
una ayuda sustanciosa en forma de un euro-boom asociada a determinados niveles de
inflación en los países centrales, derivados de radicales incrementos a las retribuciones de los
factores de producción interno que eleven dramáticamente la capacidad de compra referida en
el párrafo anterior. Sin esta ayuda España encara una „misión imposible‟(Blog de Paul
Krugman).
c)Mutualización.
La forma extrema de esta mutualización reside en la reducción puntual de los
derechos del Norte sobre el Sur mediante reestructuraciones drásticas, ya sean voluntarias
(quitas) u obligadas por la necesidad (default). Esto presenta evidentes dificultades para
España. Pero existe una mutualización parcial, progresiva y sucesiva consistente en la
inserción de determinados sectores o dimensiones económicas regionales en unidades
comunitarias (¡Más Europa!). Ejemplos de ello lo constituyen el mercado común bancario o la
autoridad fiscal europea. En ello parecía(¿?) estar de acuerdo Merkel, siempre priorizando la
disciplina y la cesión de soberanía a la acción de la solidaridad.
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4. d)Federación.
Es un estadio ulterior, alternativo aunque no necesario, del concepto de Mutualización
citado en el párrafo anterior. Es la linea defendida por el Club de Berlín, un grupo de 11
ministros de asuntos exteriores liderado por el alemán Westerwelle, quien bajo la propuesta de
„más Europa‟ con el horizonte del federalismo, otorga más poderes al Parlamento y nombra un
Presidente de la Comisión por sufragio universal. En la misma línea se mueve Durao Barroso
cuando en el reciente „Discurso sobre el estado de la Unión‟ „hace un llamamiento “a la
creación de una Federación de Estados nación. No de un súper-Estado, sino de una
Federación democrática de Estados nación que puedan abordar nuestros problemas comunes
compartiendo soberanía de modo que cada país y cada ciudadano disponga de mejores
medios para controlar su propio destino. Se trata de la Unión con los Estados miembros, no
contra los Estados miembros. En la era de la globalización, unir soberanías significa más
poder, no menos.” Este menú se une a la última propuesta Van Rompuy, de plantear en la
cumbre de octubre la creación de un presupuesto central para la eurozona y la emisión
“limitada” de deuda conjunta para reforzar la Unión Económica y Monetaria.
Mientras los ciudadanos europeos se vean reflejados en naciones separadas que
tienen una moneda común, más que una federación unificada con una importante serie de
instituciones centralizadas y mutualizadas, no habrá solución a la crisis. Si se sabe leer, el
eslogan „más Europa‟ solo es compatible con mayores registros de mutualización de los países
de los periféricos deudores, quienes a su vez deben asumir una pérdida gradual de soberanía.
Ni los cedentes ni los cesionarios parecen aceptar su papel. Aparte de un grupo de burócratas
radicados en Bruselas pocos comparten este entusiasmo por el federalismo.
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