Cierra el ejercicio 2023 con un crescendo de voces de la sociedad civil, reacias a las concesiones políticas derivadas de la investidura del presidente Sánchez en la sesión parlamentaria del 16 de noviembre de 2023.
PRESUPUESTOS COMO HERRAMIENTA DE GESTION - UNIAGUSTINIANA.pptx
2023.
1. 2023.
Manfred Nolte
Cierra el ejercicio 2023 con un crescendo de voces de la sociedad civil, reacias a las
concesiones políticas derivadas de la investidura del presidente Sánchez en la sesión
parlamentaria del 16 de noviembre de 2023. Las más agudas y vibrantes han eclipsado
a la actualidad económica, que en circunstancias ordinarias reclama el necesario
protagonismo. Una mala política puede sin duda hacer descarrilar la economía, con un
inventario indefinido de costes y víctimas. Plazca a la dioses que tal cosa no ocurra y
pasemos revista a algunos de los hitos sucedidos en el ejercicio. La vida económica es
una suma de esfuerzos y de resultados cuyo saldo, aunque trabajosamente forjado, no
siempre se conoce a corto plazo.
El cuadro macroeconómico confirma que la economía española ha mantenido un
aceptable dinamismo a pesar del frágil entorno internacional, con un crecimiento del PIB
del 2,4% en 2023. Gracias a las rectificaciones introducidas a mediados de ejercicio en la
contabilidad del INE, España navega ahora a una tasa de un 2% superior a la registrada
a finales de 2019, aunque sigamos siendo el farolillo rojo del pelotón europeo y de la
OCDE. Esta diligencia es solamente relativa ya que nuestra baja productividad nos
conduce a una resultados decepcionantes: en 2023 seguimos manteniendo la misma
diferencial de renta per cápita con la media de la Unión Europea que en 1995. En
realidad, como mostraba el Informe Anual del Banco de España publicado en primavera,
la convergencia económica de España con la Eurozona no sólo se ha estancado, sino que
se ha revertido. Son 28 años en los que las conquistas realizadas han quedado
contrarrestadas por los estragos de las crisis.
En cuanto al paro y a la afiliación a la seguridad social, hay que destacar el acelerón en
la creación de empleo en lo que llevamos de 2023, aunque el ritmo es de menor
intensidad en los últimos meses, comenzando a dar signos de ralentización. El empleo,
sobre todo en servicios no relacionados con el sector público o con el turismo, está
apuntalando la actividad. La estadística dejó en noviembre un total de 2,73 millones de
desempleados, con 20,81 millones de afiliados trabajando, 522.443 más que hace
un año. La tasa de paro a finales de año se estima en el 12,2%, a pesar de la
heterogeneidad de las cifras históricas por la existencia de fijos discontinuos inactivos.
Al éxito en términos objetivos debe contraponerse la decepción que representa para
nuestro país portar el antorcha de la mayor tasa de paro en el mundo desarrollado,
contaminados como estamos por una dolencia denominada ‘paro estructural’ que nos
2. frena en nuestra trayectoria descendente hacia un solo dígito. A ello se une la flagrante
contradicción advertida por un 42% de nuestras empresas, con problemas para
contratar trabajadores, como revela asimismo otra reciente encuesta del Banco de
España. Una escasez de trabajadores que no solo encubre un problema de cualificación,
sino de falta de aliciente para trabajar a los niveles salariales vigentes en el mercado. Lo
que abre la puerta a la necesidad de una profunda revisión del sistema nacional de
subvenciones.
La inflación, una lacra desestabilizante del ecosistema económico, produciendo
traslaciones erráticas de costes y pérdida relativa de competitividad en los mercados,
junto a evidentes tensiones sociales, ha logrado reconducirse a niveles aceptables. La
mejor gestión en el acaparamiento de productos energéticos, en especial del gas, llevó
a España a liderar la rebaja de las tensiones de precios durante meses. Con el paso del
tiempo la tasa interanual de la zona euro se ha moderado más que la española, hasta el
2,4%, según ha confirmado el martes pasado Eurostat. España registra un 3,2% para el
índice general y un 4,6% para la subyacente. Parece evidenciarse que nuestra mayor
resistencia a la baja obedece últimamente más a los efectos de segunda ronda -las
fuertes subidas salariales, entre otros- que a la anterior evolución de los precios
energéticos. Los salarios medios baten a la inflación subiendo un 4,2% hasta los 2.118
euros.
En resumen, la nave económica española se abre paso entre las aguas minadas de una
política general muy cuestionada. Es difícil aventurar la influencia que la deriva del
ejecutivo central pueda ejercer en la integridad de aquella.