Un reciente informe de la OCDE (Economic Policy Papers, No. 33), avanza que la economía española retrocederá diez posiciones en la clasificación mundial de países por PIB per cápita, pasando desde la posición 23 en la actualidad a la posición 33 en 2060 .
Trabajo no remunerado de las mujeres en México.pptx
MAS ALLA DE LA INCERTIDUMBRE:DESAFIOS DE LA ECONOMIA ESPAÑOLA.
1. 1
MAS ALLÁ DE LA INCERTIDUMBRE: DESAFIOS DE LA ECONOMIA ESPAÑOLA.
Manfred Nolte
La nostalgia del pasado, rebasados ciertos lindes, invade un terreno acotado entre lo
peligroso y lo letal. Por otra parte, la desatención del futuro y la ausencia de previsión y
planificación son igualmente fuente de numerosos estragos. Los números, cuando
alertan de evidencias incontestables se erigen en una guía de disciplina intelectual y de
rectitud moral. Está claro que la economía española ni juega en la champions ni va como
una moto. Pero ello no nos impide ubicarnos donde nos corresponde. No vamos mal,
pero no vamos bien, o lo bien que deberíamos ir a rebufo de la dinámica del mundo
desarrollado, de los países centrales del planeta. Y hay pistas que apuntan a consolidar
nuestras debilidades actuales.
Un reciente informe de la OCDE (Economic Policy Papers, No. 33), avanza que la
economía española retrocederá diez posiciones en la clasificación mundial de países por
PIB per cápita, pasando desde la posición 23 en la actualidad a la posición 33 en 2060
dando paso a países como República Checa, Lituania, Polonia, Portugal, Eslovaquia,
Hungría, Estonia, Turquía, Letonia o Grecia, que figuran por detrás de nosotros en la
actualidad.
En descargo de fatigas innecesarias derivadas de la imaginación y de las proyecciones a
tan largo plazo, hay que admitir que los supuestos que subyacen a estos escenarios
siempre poseen un grado de fragilidad importante, que las convierte en relativas e
inciertas. Lo cual no obsta para concederles el beneficio de la duda.
En los últimos veinte años apenas hemos generado valor para acrecentar nuestra renta
per cápita. En su informe, la OCDE señala que el PIB per cápita de España creció en el
periodo 2007-2020 un 0,4% anual, muy por debajo de la media de la OCDE en el mismo
periodo (1,2% por año 2007-2020) y también por debajo del de la Eurozona (0,6% por
año 2007-2020).
Conviene recordar que la evolución y eventual crecimiento de la renta per cápita está
definida sobre todo por la intensidad de la productividad y en menor instancia por otros
factores como son las horas trabajadas por ocupado, la tasa de empleo de los
trabajadores en edad de trabajar y el porcentaje que representa este colectivo en la
población total. O sea que la renta per cápita depende de la productividad y de la
2. 2
demografía. En cuanto a la demografía, España es uno de los países que sale peor parado
en las estimaciones de la OCDE, debido a la notable pérdida de población activa que
sufrirá en los próximos años como consecuencia del acceso a la jubilación de los baby-
boomers. Pero no nos llevemos a engaño, el auténtico propulsor del crecimiento
sostenido por persona es la mejora de la productividad, a la que el nobel americano,
Paul Krugman, junto a una larga lista de lideres de opinión, ha situado como la raíz de
todo progreso societario.
Lamentablemente el crecimiento de la productividad española cabe calificarse de
famélico, dado que apenas si ha alcanzado una tasa del 0,1% anual en el periodo
comprendido entre 2007 y 2020. La OCDE califica como una larga década perdida para
nuestra economía la comprendida entre esas fechas. Aun cuando el organismo
multilateral se muestra algo mas optimista respecto al futuro, con crecimientos del 0,4%
anual en la presente década y del 0,9% anual entre 2030 y 2060, dichos incrementos de
productividad no serían suficientes para hacer converger a la economía española ni con
Estados Unidos ni con la Eurozona. Mas bien, los pronósticos se trazan en sentido
contrario, aunque conviene recordar lo arriba citado que largo nos lo fían los lejanos
periodos explorados.
De las causas de nuestra anémica productividad hemos escrito repetidas veces en estas
mismas páginas y no hay razón para su repetición. Agregaremos, sin embargo, en esta
ocasión, tres elementos menos citados que guardan determinada relación con esta
variable. Nos referimos a la exigua fertilidad de la acumulación de nuestro capital, a las
consecuencia de la desigualdad en la renta y la riqueza y a nuestra calidad Institucional.
Es sabido que la inversión de hoy es en buena parte semilla de la productividad del
mañana. La baja tasa de inversión que registra la economía española se constituye en
un nuevo factor para lastrar el crecimiento total y por individuo. Fuertemente limitado
por la necesidad de financiar las pensiones, el Estado rehúsa invertir en este poderoso
componente de la demanda. Tampoco el sector privado está por la labor más
concentrado en acumular reservas o reducir sus niveles de deuda. He aquí un nuevo
talón de Aquiles.
Por otra parte, y como recuerda Toni Roldán, una investigación de 2018 firmada por los
economistas de Harvard y MIT, Raj Chetty y John Van Reenen, concluye que la
innovación en Estados Unidos podría cuadruplicarse si los niños más desfavorecidos
equiparasen el ratio de éxito innovador de las personas de altos ingresos. La gran crisis
financiera paralizó en España la productividad al mismo tiempo que la reducción de la
desigualdad. Nuestro coeficiente de Gini actual es el mismo de 2008.
En tercer lugar, como subraya Rafael Doménech, existe la evidencia de que las
sociedades agraciadas con una gran eficiencia de su sector público, atraen o generan
más capital físico, humano y tecnológico que el resto, contribuyendo de esta manera a
alcanzar niveles más altos de productividad y renta per cápita.
Para terminar, España afronta un hándicap adicional en las próximas décadas. La OCDE
ha señalado que procederá aumentar la presión fiscal para financiar el déficit actual y el
gasto público futuro, y así evitar que la deuda siga aumentando. En concreto, España
3. 3
tendrá que elevar los impuestos en unos siete puntos del PIB. Esta medida, anticíclica,
no contribuirá precisamente al crecimiento de nuestra economía ni en términos
absolutos ni en términos per cápita.
.