Los aminoglucósidos son antibióticos bactericidas introducidos en la década de 1940 que inhiben la síntesis proteica bacteriana. Son muy activos contra enterobacterias y Pseudomonas aeruginosa pero menos efectivos contra bacterias grampositivas. Se caracterizan por su estrecho margen terapéutico y toxicidad renal, por lo que requieren monitoreo cuidadoso de dosis y función renal.