4. 1.El maestro simboliza el saber
El político ha de propiciar el bien común y convertirse en el defensor del bienestar de
todos.
El Juez representa y defiende la justicia.
El policía, el orden.
El fiscal, las leyes de las naciones.
El periodista, la verdad de expresión.
El militar, la soberanía de la patria.
El médico es el guardián y defensor de la vida y la salud, incluso de sus enemigos.
El sacerdote y el creyente son signo del valor de la religión.
El artista recuerda la belleza y el sentido de recreación y disfrute humano.
5. Cuando una profesión u oficio pierde, pervierte
sus valores y deja de practicarlo, el cuerpo
social se enferma y tambalea.
6. 2- Las edades arrastran sus valores propios:
La inocencia es símbolo de
inocencia, sencillez, goce sano
desenfadado de la vida. El
joven lo es la alegría, ilusión,
búsqueda de lo nuevo. Esta
abierto al futuro. El adulto, de
responsabilidad y seriedad, de
cara a la existencia. Hunde
sus raíces en el pasado y
presente, el encara la realidad.
El anciano, de sabiduría y
experiencia.
7. Todas las edades, con sus
valores específicos, son
necesarias en el tejido social.
Lo cierto es que en el fondo
de cada ser humano están
presentes todas las edades
con las semillas y frutos de
sus valores.
Cuando cada edad no vive o no
puede vivir lo suyo propio, el
individuo se degenera y la
humanidad pierde.
8. 3- Defensores de la sociedad:
Los sindicatos, gremios, colegios
profesionales, agrupaciones y
asociaciones que reúnen determinados
grupos sociales se presentan ante la
sociedad como defensores de sus
miembros y reivindican ante ella sus
derechos. También ellos son y deben
ser portadores de los valores de sus
asociados.
9. El sindicato de obreros recuerda el valor del trabajo y la
dignidad del trabajador.
La asociación de enfermeras saca a la luz el servicio al
enfermo y la justa recompensa que merece su labor.
El empresario trae a la memoria el valor de la iniciativa y de
lanzarse a la realización de metas y empresas.
Las asociaciones del consumidor, del detallista y del
mayorista, vistas al mismo tiempo, nos muestran de un
golpe el derecho a disentir y la necesidad de dialogar y
buscar acuerdos hasta alcanzar el equilibrio y la armonía
social.
Los grupos deportivos evidencian el valor del deporte y del
ejercito físico como recreación y como instrumento para
tener una mente sana en un cuerpo sano.
10. Cuando las agrupaciones humanas, de
cualquier tipo que sean (Profesionales,
económicas, culturales, recreativas) olvidan
sus fines propios y son puestas al servicio
de interés individuales o de grupos
minoritarios dentro de ellos se pierde la
confianza en ellas y se destruyen. Es
necesario rehacerlas, porque son
portadoras de valore y la sociedad las
necesita.
11. 4- Los patronatos, fundaciones voluntariado
y clubes de servicios:
Son los mensajeros y ejecutores de
múltiples valores.
Cualquier asociación sin fines de lucro o
club de servicio es portadora de
generosidad, entrega, disponibilidad y
solidaridad.
12. Cuando una entidad de servicio no
lucrativa es manipulada para bajos fines
personales, sus actores se pueden
contar entre los más tristes y miserables
seres humanos, porque se alimentan
del dolor humano y del sentimiento
generoso del corazón de los demás.
13. 5- Oficios de la vida
Los oficios de la vida son todos los
portadores de valores.
Vivimos en una sociedad donde los
valores escasean, están de baja.
Se oye decir mucho: “¡Qué más
da…!…¡Todo da igual!”. Este
encogerse de hombros y de
energías, singular reflejo de una
crisis de vida, de una época de
desaliento y desencanto, de
confusión y de promesas
incumplidas, de falta de
horizontes…me parece que tiene
una causa: falta de valores.
14. ¿Quiénes educan en valores?
Todos influimos en los
valores, pero el que se
educa es uno mismo: los
valores los hace suyos el
sujeto. Cada individuo se
forma a sí mismo,
descubriendo los valores
con su propia libertad
experiencia en la familia,
en el colegio, en la calle,
por la televisión y demás
medios de comunicación.
15. Ventajas y frutos de los valores
Una vez interiorizados, los
valores se convierten en
guías y pautas que marcan
las directrices de una
conducta coherente. Se
convierten en ideales,
indicadores del camino a
seguir. De este modo, nos
permiten encontrar sentido a
lo que hacemos, tomar las
decisiones pertinentes,
responsabilizarnos de
nuestros actos y aceptar sus
consecuencias.