Definición de ira. Localización de la ira en el cerebro. Influencias del aprendizaje. Modificaciones y tolerancia. Trastornos comunes. Tratamiento a estas reacciones.
EL HABITO DEL AHORRO en tu idea emprendedora22-04-24.pptx
La ira
1. LA IRA Mayra Natera
Exp-17300123V
Sección: ED02D0V
2. LA IRA
El termino de ira ha tenido múltiples significados en la investigación psicológica, al igual que en el lenguaje
cotidiano, refiriéndose tanto a sentimientos, como a reacciones corporales o fisiológicas, o como a
actitudes hacia otras personas. A pesar de todo ello, parece consolidado entender la ira como una de las
emociones básicas, y así está asumido por la gran mayoría de autores.
Para autores como Averill (1982), es una respuesta emocional que se da de acuerdo a un rol social y que
cumple una función en ese sistema social.
Según Feshbach (1964) la ira es un estado indiferenciado de activación o arousal emocional.
Kaufman (1970) la ve como un estado de activación física que coexiste con actos fantaseados o
intencionados y que culmina con efectos perjudiciales para otras personas. Estas primeras definiciones de
la ira ponían especial énfasis en los síntomas fisiológicos, consiguiéndose desde entonces alcanzar una
buena descripción de la ira en lo relativo a los cambios fisiológicos que acompañan a esta respuesta
emocional.
Hay que decir que a la hora de definir la ira pronto se sumaron a esos autores que especialmente se
centraban en los síntomas fisiológicos otros autores que incluían también variables más cognitivas o
conductuales.
3. LA IRA
Spielberger considera que dado el solapamiento en las definiciones de ira, hostilidad, y
agresión, y la variedad de procedimientos operativos que se han usado para evaluar estos
constructos, habría de referirse a ellos como el Síndrome AHA, dentro del cuál la ira
tendría un valor central.
En las propuestas de Spielberger (Spielberger, Krasner y Solomon, 1988), la ira se define
como un concepto más simple o primario que la hostilidad y la agresión. Además, la
hostilidad, a pesar de que usualmente implica sensaciones airadas, es un concepto que
connota un grupo complejo de actitudes que son las que favorecen la agresión, con
conductas destructivas dirigidas a objetos o a personas. El hecho de tratar la hostilidad
más como una actitud que como una emoción es altamente relevante. A la hora de definir
y delimitar la ira, son muchos los autores que consideran necesario diferenciarla de otros
conceptos que pueden parecer cercanos a esta emoción pero que son distintos.
4. LA IRA
La ira, rabia , enojo o furia es una emoción que se expresa a través del resentimiento o de
la irritabilidad. Los efectos físicos de la ira incluyen aumento del ritmo cardíaco, de
la presión sanguínea y de los niveles de adrenalina y noradrenalina. Algunos ven la ira
como parte de la respuesta cerebral de atacar o huir de una amenaza o daño percibidos.
La ira se vuelve el sentimiento predominante en el comportamiento, cognitivamente, y
fisiológicamente cuando una persona hace la decisión consciente de tomar acción para
detener inmediatamente el comportamiento amenazante de otra fuerza externa. La ira
puede tener muchas consecuencias físicas y mentales.
5. LA IRA
En su acepción más positiva, la ira tiene como objetivo dar fuerza para protegerse y poder
sobrevivir. Muchas veces se exacerba cuando no es necesario, con consecuencias a nivel
fisiológico y del comportamiento, ya que el pulso se acelera, el corazón late rápido y la
respiración se agita; pero también conlleva a que todos alrededor se sientan incómodos,
amedrentados, con miedo y deseos de alejarse, porque seguramente nadie quiere
relacionarse con una persona que estalla descontrolada y dice o hace cosas que luego
cuesta olvidar..
6. LA IRA
Es importante considerar que la ira es una emoción básica y universal. Básica porque está
al servicio de la supervivencia a partir de tres funciones: la facilitación del desarrollo rápido
de conductas de defensa y ataque, la vigorización de la conducta y la regulación de la
interacción social. A su vez, es universal porque cualquier miembro sano de la especie
experimenta ira. Por lo tanto, enfadarse no solo es normal, sino, necesario.
7. LA IRA
Sin embargo, cuando la ira es demasiado frecuente o desproporcional, aparecen los
problemas. El iracundo valora el contexto como algo terrible, cuando en realidad no lo es.
Por eso, no siempre la ira es una respuesta eficaz para comunicarse, ya que los coléricos
pueden llegar a sobrepasar límites insospechados con consecuencias que pueden ser
catastróficas, no solo para el que recibe el ataque verbal o físico, sino también para quien
se empecine a fondo en el descontrol. La expresión externa de la ira de forma inadecuada
puede dar lugar a problemas interpersonales muy graves. Por su parte, la expresión
interna puede mantener este estado demasiado tiempo, con un elevado nivel de
activación psicofisiológico que se relaciona enormemente con problemas de salud,
especialmente a nivel cardiovascular (hipertensión, infarto, etcétera). Frecuentemente, esta
clase de ira se acompaña de emociones negativas como frustración, tristeza, etc.
8. LOCALIZACIÓN DE LA IRA EN EL CEREBRO
En el sistema neuroendocrino, el efecto de la ira en
humanos y en primates no humanos supone niveles altos
de testosterona (hormona vinculada a la conducta agresiva
y dominante), así como niveles bajos de cortisol, y en el
sistema nervioso central, destaca la actividad cerebral
asimétrica de los lóbulos frontales que se produce cuando
se experimentan estas emociones.
En este contexto, existen dos modelos conceptuales. Por
un lado, el modelo de valencia emocional, según el cual la
región frontal izquierda del cerebro se halla implicada en
la experiencia de emociones positivas, mientras que la
región frontal derecha se relaciona más con las emociones
negativas. Y el segundo modelo, de dirección motivacional,
vincula la región frontal izquierda con la experiencia de
emociones que provocan el acercamiento, y la región
frontal derecha, con las emociones que incitan a la
retirada.
9. Científicos de la Universidad de Iowa realizaron un
estudio en el que se les pidió a los participantes
realizar una tarea, con la finalidad de rechazarla sin
ningún fundamento y así provocar su enojo. Al
causar el enfado de los participantes, captaron el
momento justo en el que en el cerebro se activaron
dos zonas: la corteza cingulada anterior y la corteza
dorso lateral prefrontal.
La corteza cingulada anterior del cerebro se
encarga del control de las emociones y la corteza
dorso lateral prefrontaldel cerebro, de la toma de
decisiones racionales, por lo que impide que
resalten los impulsos. Sin embargo, en un estado
de enfado puede llegar a agotarse y deja de
funcionar.
corteza cingulada anterior
10. El naturalista inglés Charles Darwin fue quien postuló
que existen emociones "básicas" (como la tristeza, la
alegría o el temor) que se originan en regiones del
cerebro homólogas en las distintas especies y
conservadas evolutivamente. Para Darwin, el cerebro
trabaja en red y cuando se experimenta una emoción
no se activa una sola área, sino varias, pero
generalmente hay una que tiene mayor protagonismo.
En el caso de la ira, esa zona crítica es la región del
estriado ventral (se refiere a núcleos accumbens,
porciones profundas del tubérculo olfatorio
al estriado y partes ventrales del núcleo caudado y el
putamen. Como es obvio por sus conexiones, el
estriado ventral se relaciona con el sistema límbico).
11. INFLUENCIA DE LA IRA EN EL
APRENDEZAJE
Dificulta la asimilación de conocimientos (Puede
impedir totalmente el proceso de aprendizaje)
Desvía la atención y paraliza la memoria
Activa (vital para el aprendizaje)
Bloqueo inconsciente de la información por la
intensidad de la emoción (ira)
Los centros nerviosos y los neurotransmisores
que regulan las emociones y la motivación están
involucrados en proceso de aprendizaje.
12. La ira, expresada apropiadamente, es una emoción saludable. Sin embargo,
mucha gente maneja la ira suprimiéndola demasiado o expresándola de una
manera hostil. Si usted creció en una familia donde no era ‘bueno’ tener iras o
donde la ira era usada para controlar otros miembros de la familia, cualquier
señal de antagonismo posiblemente hace que usted se ponga nervioso o
nerviosa. Usted teme que pueda perder control si a usted le da iras, de manera
que se le hace difícil expresar iras de manera constructiva. Este peligroso patrón
de comportamiento puede conducir a problemas de salud como dolores de
cabeza, hipertensión, problemas Gastrointestinales, ansiedad o depresión. El
expresar ira de una manera explosiva está al otro extremo del espectro. El
explotar o el culpar a otros es contra-productivo si quiere encontrar una solución
a cualquier problema.
13. MODIFICACIONES Y TOLERANCIA
Tómese un respiro. Aunque suene simplista, el contar hasta diez y salir del cuarto ayuda a
restaurar la paz. Cálmese respirando profundamente y con pensamientos positivos sobre
usted mismo.
Use técnicas de relajación. Respire profunda y rítmicamente mientras relaja sus músculos,
un grupo cada vez, y visualizando una escena placentera.
Repítase declaraciones que lo calmen. Frases reiteradas positivas dichas a usted mismo
como: “Mantén la calma,” “Estoy enojado, pero lo puedo controlar,” o “no debo dejar que
esto me moleste.”
Haga ejercicios aeróbicos. Salga a caminar o a andar en bicicleta. Juegue basketball o
levante pesas.
14. MODIFICACIONES Y TOLERANCIA
Use el humor para aliviar la tensión. Piense en una historia o chiste jocoso. Imagínese a
usted o a la persona con la que usted está con coraje en una situación ridícula.
Mantenga un diario de iras. Identifique los tipos de situaciones que provocan su ira y
registre sus reacciones.
Hable con un amigo comprensivo o con su esposa/o, con su médico o terapeuta. El ser
capaz de hablar sobre sus frustraciones puede ayudarlo a desactivar su ira. El decir, ‘estoy
furioso; o ‘estoy tan enojado que podría…’ lo ayudará. No espere que su interlocutor resuelva
su problema, pero considérese con suerte de tener alguien que le permita desfogar.
Perdone a la otra persona. Reconozca que no es realista esperar que todos se comporten
de la manera que usted desea.
15. MANERAS DE MANEJAR LA IRA
La expresión constructiva: Expresión asertiva de tus preocupaciones y necesidades de forma
clara y directa, sin lastimar a otros o sin tratar de manipularlos.
Aprender a sosegarnos: Las técnicas simples de relajación como respirar profundamente y la
imaginería relajante, ayudan a calmar nuestros estados de ira. La realización de ejercicios lentos
como el yoga, relajan tus músculos y te calman y permiten que expreses tu desacuerdo o
malestar de una manera más consciente y apropiada.
Luchar contra los efectos de la ira: El Swami Sivananda dice: “La ira está producida por un daño
real o imaginario que implica un deseo inmediato de venganza. Pero ese fuego que se enciende
contra un enemigo, acaba por quemarlo a uno mismo. Actúa como un bumerán, dañando a la
persona que se pone furiosa”. Este maestro hindú nos enseña que es muy complicado luchar
contra la ira de una manera frontal. Primero hay que ser consciente de que la estamos
experimentando y verla en acción, situarnos en el aquí y el ahora e intentar poco a poco de
reducir su intensidad, frecuencia y duración del episodio. Para extinguirla es preciso esforzarse
por atenuar esta descontrolada e imprevisible modificación emocional.
16. Modificar la forma de pensar: Es lo que los psicólogos llaman “reestructuración
cognitiva”. Las personas irascibles tienden a maldecir a insultar y a hablar con
términos muy subidos de tono que reflejan sus pensamientos internos. Cuando
con ira, tus ideas tienden a ser muy exageradas y demasiado dramáticas. Procura
reemplazar pensamientos negativos por otros más razonables antes de abrir la
La Asociación Americana de Psicología (APA, su sigla en inglés) recomienda que
ejemplo, en lugar de decirte: “Ay, es lo peor, se desplomó todo”, debes decir “Es
frustrante y es normal que yo esté disgustado, pero no es el fin del mundo y tengo
que ver la mejor manera de salir de esto”.
17. Tu cuerpo responde a la manera en que sientes y actúas. La Academia
Americana de Médicos de Familia informa que esto se denomina
“conexión mente-cuerpo”. Cuando estás estresado, ansioso o enojado,
te avisa que algo no anda bien y los síntomas que aparecen primero
son presión arterial elevada o problemas digestivos.
Si estás de mal humor a menudo, quizá se deba a algo más profundo
que a una simple reacción. No olvides que hay enfermedades que te
ponen irritable y pueden desencadenar reacciones de ira. Si tratas
dichas enfermedades, tus episodios de ira también desaparecerán o
serán menos frecuentes.
18. TRASTORNOS COMUNES
El trastorno explosivo intermitente (abreviado TEI) es un trastorno del
comportamiento caracterizado por expresiones extremas de enfado, a menudo hasta el
punto de enojo incontrolable que son desproporcionadas respecto a las circunstancias en
que se producen. Actualmente, dentro del Manual diagnóstico y estadístico de los
trastornos mentales (DSM-IV TR) se categoriza dentro de los trastornos del control de
impulsos, junto a la cleptomanía (robo de objetos llamativos para la persona afectada),
la piromanía(provocación de incendios), la tricotilomania (descontrol en comerse y
arrancarse el cabello) y al juego patológico antes conocido como ludopatía, entre otros.
19. TRASTORNOS DE COMPORTAMIENTO
AGRESIVO
Los trastornos de comportamiento destructivo se encuentran entre los más fáciles de
identificar entre todas las condiciones coexistentes pues involucran comportamientos
que se detectan fácilmente como rabietas, agresión física como atacar a otros niños,
discusiones excesivas, robar y otras formas de desafío y resistencia a la autoridad. Estos
trastornos, que incluyen trastorno oposicionista desafiante (TOD) y trastornos de
conducta (TC), con frecuencia atraen primero la atención cuando interfieren con el
rendimiento escolar o con las relaciones familiares y con sus compañeros y
frecuentemente se intensifican con el tiempo.
Los comportamientos típicos del trastorno de comportamiento destructivo pueden
parecerse al trastorno de hiperactividad y déficit de atención (TDAH), particularmente
cuando involucran impulsividad e hiperactividad, pero TDAH, TOD y TC se consideran
condiciones separadas que pueden ocurrir de manera independiente. Casi un tercio de los
niños con TDAH tienen TOD coexistente y hasta un cuarto tiene TC coexistente. Los niños
con ambas condiciones tienden a tener vidas más complicadas que los que tienen sólo
TDAH pues su comportamiento desafiante provoca muchos conflictos con los adultos y
con los demás con quienes interactúan. Sin embargo, la identificación y el tratamiento
tempranos aumentan las probabilidades de que su niño aprenda a controlar estos
comportamientos.
20. TRASTORNO OPOSICIONISTA DESAFIANTE
Muchos niños con TDAH presentan comportamientos oposicionistas algunas veces.
El trastorno oposicionista desafiante está definido en el Manual de diagnóstico y
estadística de trastornos mentales de la Asociación Psiquiátrica Americana, cuarta
edición (DSM-IV) como que incluye síntomas persistentes de “comportamientos
negativos, desafiantes, desobedientes y hostiles hacia las figuras de autoridad”. Un
niño con TOD puede discutir con frecuencia con los adultos; perder los estribos
fácilmente; rehusarse a seguir las reglas; culpar a los demás por sus propios errores;
deliberadamente molestar a los demás; y además, comportarse en forma enojada,
resentida y vengativa. Posiblemente encuentre conflictos sociales frecuentes y
situaciones de disciplina en la escuela. En muchos casos, particularmente sin el
diagnóstico y tratamiento tempranos, estos síntomas empeoran con el tiempo,
convirtiéndose algunas veces en suficientemente severos como para llevar
eventualmente al diagnóstico de trastorno de la conducta.
21. TRASTORNO DE LA CONDUCTA
El trastorno de la conducta es una condición más extrema que el TOD. Definido en DSM-
IV como “un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que los derechos
básicos de los demás o las reglas sociales principales relacionadas con la edad se
transgreden”, el TC puede involucrar agresión severa a las personas o lastimar animales,
destrucción deliberada de la propiedad (vandalismo), robar, escaparse de casa, faltar a la
escuela o de otra manera intentar romper las reglas principales de la sociedad sin que lo
atrapen. Muchos niños con TC fueron o pueden haber sido diagnosticados con TOD
cuando eran más pequeños, particularmente los que eran físicamente agresivos. A medida
que los síntomas de TC se hacen más evidentes, estos niños usualmente retienen sus
síntomas de TOD (discusiones, resistencia, etc.). Esta combinación de comportamientos,
combinados con la impulsividad e hiperactividad de TDAH, algunas veces ocasiona que
estos niños se consideren delincuentes y posiblemente los suspendan de la escuela y
tengan más relación con la policía que los niños que solo tienen TDAH o TDAH con TOD.
Los niños con TDAH cuyos síntomas de TC comenzaron a temprana edad también tienden
a desempeñarse en forma más deficiente en la adultez que los que solo tienen TDAH o
TDAH con TOD, particularmente en las áreas de delincuencia, comportamientos ilegales y
abuso de sustancias.
22. TRATAMIENTO
Los niños con TDAH y trastornos de comportamiento agresivo con frecuencia se
benefician de técnicas especiales del comportamiento que se pueden implementar
en el hogar y en la escuela. Estas estrategias usualmente incluyen métodos para
enseñar a su niño a estar más consciente de sus propias señales de ira, utilizar estas
señales como indicadores para iniciar varias estrategias para manejarla (“respirar
profundo cinco veces y pensar las tres mejores opciones para responder antes de
atacar a la maestra”) y proporcionarse refuerzo positivo (decirse, “¡buen trabajo,
entendiste la señal y usaste tus estrategias!”) para tener un auto control exitoso.
Mientras tanto, usted y los maestros de su niño pueden aprender a manejar mejor
su comportamiento tipo TOD o TC, mediante negociaciones, compromisos, solución
de problemas con su niño, anticipar y evitar situaciones posiblemente explosivas y
priorizar objetivos de manera que los problemas menos importantes se ignoren
mientras los asuntos más apremiantes se resuelvan con éxito. Los terapeutas
profesionales del comportamiento u otros profesionales de la salud mental
recomendados por el pediatra, el psicólogo de la escuela de su niño u otros
profesionales involucrados con su familia, pueden enseñar estas técnicas muy
específicas.
23. Si su niño tiene un diagnóstico de TOD o TC coexistentes
y las técnicas del comportamiento en el salón de clases
no han sido eficaces, esto puede llevar a tomar la
decisión de colocarlo en un salón especial de clases en la
escuela, establecido para manejo más intenso del
comportamiento. Sin embargo, las escuelas están
obligadas a educar a su niño en un salón de clases
principal si es posible y a revisar regularmente el plan
educativo de su niño así como a reevaluar la idoneidad
de su ubicación.
24. Existe cada vez más evidencia de que los mismos medicamentos
estimulantes que mejoran los síntomas principales de TDAH también
pueden ayudar con TOD y TC coexistentes. Se ha demostrado que los
estimulantes ayudan a disminuir la agresión verbal y física, interacciones
negativas con los compañeros, el robo y el vandalismo. Aunque los
medicamentos estimulantes no enseñan a los niños destrezas nuevas,
como ayudarles a identificar y a responder apropiadamente a las
señales sociales de los demás, pueden disminuir la agresión que se
interpone al formar relaciones con otros niños de su edad. Por esta
razón, los estimulantes usualmente son la primera opción en un
tratamiento con medicamentos para niños con TDAH y un trastorno de
comportamiento agresivo coexistente.
25. Mientras más pronto se introduzcan los estimulantes para tratar TOD o
TC coexistentes, mejor. Un niño con trastorno de comportamiento
agresivo cuyo comportamiento continúe sin tratamiento puede
comenzar a identificarse con otros que experimentan problemas de
disciplina. Al llegar a la adolescencia puede resistirse al tratamiento que
puede ayudarle a cambiar este comportamiento y hacerlo menos
popular entre sus amigos. Se habrá acostumbrado a su personalidad
desafiante y a sentirse incómodo e “irreal” cuando los estimulantes le
ayudan a evaluar su estilo temerario y que ostenta autoridad. Al tratar
estos comportamientos en la escuela primaria o incluso antes, puede
tener una mejor probabilidad de evitar que su niño cree una identidad
negativa.