Integración y el aprovechamiento de los recursos hidráulicos de América Latina.
1. Sr. Ing. Luis Enrique Bracamontes
Presidente de la Academia Mexicana de ingenierfa.
Sr. Dr. Guillermo Soberén Acevedo
Rector de la Universidad Nacional Aut6noma de México.
Sr. Lic. Juan González Alpuche
Representante del Instituto Mexicano de Cultura.
Sr. Ing. Aiberto J. Flores
Vicepresidente de la Cornisi6n de Ingeniería Civil
de la Academia Mexicana de ingeniería.
Señores Directivos de la Academia
Distinguidos Académicos
Señoras y Ser ores,
2. Ante la honrosa tarea de presentar un trabajo de ingreso a esta
noble Academia Mexicana de ingeniería y junto a mis sentimientos
de gratitud y orgullo por recibir distinción ta.i estimulante, vino
a mi mente una idea que he abrigado desde hace algunos años
y que es fruto directo de mis experiencias más vitales como
ingeniero civil ; una idea o tema, me dije, que ojalá pueda ser
digna de la tribuna académica que hoy se me ofrece, pues este
es el mejor foro que podía haber deseado para exponerla,
precisamente ante mis colegas de profesión.
En el enunciado del tema está comprimida la tesis, pues en efecto
vengo a exponer la convicción de que es necesario desarrollar
la integración e interconexián de los sistemas eléctricos de
América Latina y aprovechar al máximo los recursos hidroeléctricos
de nuestros países, tarea que considero indispensable y prioritaria
como parte de la vocación geográfica, histórica, económica y técnica
del Continente.
Sin embargo, al plantearlo asítan llanamente, es fácil que el asunto
suene obvio y superficial, si no fuera porque sabemos que incide en
el meollo de uno de los problemas vitales de nuestra época, el problema
de los energéticos.
3. . . . 2
De unos años a esta parte, bien lo sabemos, la humanidad se ha enfrentado,
con sobresalto, al problema de la energía. Esta cuestión se ha vuelto la
clave de nuestra ópoca histórica; el asunto que regula o transtorna toda
la poiflica internacional. En consecuencia la atención obsesiva del mundo
se ha puesto en un barril de petróleo, símbolo omnipresente y todopoderoso
que preside el concierto universal.
Por otra parte, en materia de energía, el pensamiento de la ópoca está
centrado -diría mejor empecinado- en los combustibles fósiles, cuya
posesión, explotación y venta es la llave mágica de todo el porvenir, y
cuyo reparto mundial parecería determinar ya, por siempre, el destino
de países, regiones y continentes, entre los que tienen y los que no
tienen hidrocarburos en cantidades suficientes.
Como mexicano, me regocijo de que seamos de los primeros, o sea de los
4.
que tenemos un potencial de energía fósil considerable; como latinoamericano,
en cambio, me preocupa que dentro de este esquema de reparto mundial
del progreso futuro, nuestro Continente estó cond3nado a probablemente
no tener más de una dócima parte de esa riqueza considerada
decisiva ; como inganiero, acostumbrado por tanto a transformar la naturaleza
y aprovecharla racionaimente en beneficio del hombre, no me resigno a un
determinismo iistórico y tecno'ógico de esta índole, que condena al
subdesarrollo y a la dependsncia, en forma fatal, a tantos países, a pesar
de que tengan, como tiene América Latina, una tan enorme variedad y
riqueza de otros recursos naturales y, sobre todo, de fuentes de energía
no fSsil.
4. . . . 3
He aquí una cuestión que merece serias mlitaciones : ¿Cómo es
posible, me digo como ingeniero, que mientras la mayoría de nuestros
países están sufriendo carencias de energF, quemando recursos no
renovables, pagando altos precios por los combustibles, importando
equipo y materias primas para mover sus fábricas y alumbrar sus
hogares, tengamos ahídurmiendo la increíble fuerza energética de
nuestros ríbs, de la cual sólo hemos aprovechado el 4.7 por ciento de su
potencial económicamente aprovechable, según lo ha estimado la CEPAL ?
¿Qué es lo que nos impide, como región, como Continente, echr
mano de esa gran riqueza y resolver en buena medida nuestro problema
energético?
He tenido oportunidad de recorrer América Latina, máxime ahora que
tengo el honor de presidir la Federación Interamericana de la Industria de
la Construcción y aún antes, desde hace varios años, cuando iniciamos la
exportación de los servicios de construcción mexicanos a diversos países
hermanos; con este motivo, he tenido el privilegio de construir plantas
hidroeléctricas en Colombia, Guatemala, Ecuador y México, y visitar ¡as
obras más importantes de este tipo que se están haciendo en todo el Continente;
he hablado con los ingenieros y técnicos, con los funcionarios respons5les,
con los directivos de las instituciones financieras que respaldan los
proyectos; en suma he vivido como ingeniero los problemas y vicisitudes que
se presentan en la lucha por arrancar al caudal de nuestros ríos el vital
fluido eléctrico.
5. e e e
4
Es asf como he llegado a acariciar esta idea, este sueño podrra decir,
si no fuera extraño para un ingeniero hablar de sueños cuando tenemos
en nuestro arsenal las mejores armas para dominar la realidad.
Pero vayamos por partes. Veamos ahora más detenidamente el asunto,
revisando ciertos elementos de información que son necesarios para
dimensionar el problema y las alternativas de irnplementaci6n de una
idea corno esta. lndpendientemente de que, me he permitido inte grar
a este trabajo, como anexo, la información básica de sustentación,
mostraró a ustedes algunas gráficas para ilustrar la tesis.
En primer tórrnino, veamos cual ha sido la dinámica de crecimiento de
la generación de energfa eléctrica en América Latina en los últimos año3
En el per rodo de 1966-1976 la generación se triplicó.
La tasa de crecimiento anual fué una y media veces mayor
que la mundial.
A pesar de estos esfuerzos, la generación eléctrica de la región deja aún
mucho que desear. Coitrasta el hecho de que
El consumo promedio per capita es actualmente la mitad
del promedio mundial.
6. . . . 5
Y únicamente la octava parte del promedio de los países
desarrollados.
Los consumos, considerados de país a país, varían
desde una dócima parte de la media mundial, que es el
caso de Honduras, hasta un máximo similar a dicha media.
Sin entrar a considerar la demanda actual y sus tendencias a futuro,
el hecho de que cada latinoamericano consuma menos de la mitad
de la energía eléctrica que el promedio de los hombres de la tierra, es
un índice claro de los déficits que hay que superar y de la gran tarea
que tenemos pr delante para, al menos, igualar el promedio mundial,
lo cual significa, para el año 2 000 , cuadruplicar la
capacidad de generación actual, y eso sin aspirar al nivel de los países
industrializados que es desorbitante y distorsiona todos los parámetros.
Nuestros patrones de consumo de electricidad son mucho menos
exigentes que en el caso de los paies desarrollados del hemisferio
norte, donde gastan un enorme volúmen de energéticos en calefacción
y tienen diseñada la vida en torno a la electricidad como elemento básico.
Dichos países forman la aristocracia del consumo y su voracidad
energética es precisamente lo que ha provocado la crisis que escinde
al mundo en esta materia.
7. . . . 6
Los Latinoamericanos, que somos hombres del trópico, tenemos
comparativamente menos requerimientos elóctricos y podemos desde
ahora orientar nuestro modo de vida en otra dirección que no conduzca
a esos excesos consumistas, lo cu& hace más factible resolver nuestro
problema energótico con recursos naturales renovables y medios propios.
Tenemos muchos otros caminos de solución, como son las fuentes de
energra no convencionales que están en proceso de investigación y
desarrollo y en las cuales la Humanidad tiene depositadas sus esperanzas.
Todas ellas se apoyan en recursos de los que dispone Am&ica Latina
en abundancia.
Pero sin entrar a considerar estas soluciones a futuro, quiero referirme
al recurso formidable y tangible que ya tenemos en el presente : el gran
potencial hidroelóctrico aún aprovechable de la enorme porción tropical de
nuestro Continente.
Del total de la generación elóctrica de América Latina,
La hidroeLectricidad ha representado siempre el porcentaje
mayor, con participación cada vez más importante en el
tiempo, hasta llegar en 1976 a ser las dos terceras partes
del total.
8. . . . 7
Cuando se inició la electrificación, allá a principios de siglo y durante
un buen peri'bdo; la única o, por lo menos, la preferente forma de
generar electricidad era la fuerza hidráulica.
Posteriormente, al crecer la demanda y extenderse territorialmente,
se desarrolló la generación térmica mediante el consumo de
combustibles fósiles; se combinaron las fuentes de energía para
equilibrar costos y satisfacer tanto las necesidades de energítia base
como los picos de la demanda en forma económica.
Gradualmente, sin embargo, el pensamiento evoluconó hacia una
marcada preferencia por la termoelectricidad, máxime en aquellos años
dorados en que l barril de petróleo costaba menos de un dólar.
Ao
Al sobrevenir la crisis del petróleo, la correlación de costos y precios
se alteró, y la hidroelectricidad ha vuelto ha ser considerada con mayor
interés, se han revivido proyectos y se ha hecho más factible y necesario
darle el impulso que merece, pues su desarrollo constituye una
contramedida a la escasez y encarecimiento de los recursos energéticos
fósiles, una respuesta latinoamericana a la crisis del petróleo. *
Para los países industriales del hemisferio ncrte es lógico tener el
pensamiento centrado en los recursos energéticos fósiles, no renovables.
9. . . . 8
Por una parte, ellos son los que ya han aprovechado en mayor proporción
sus posibilidades de energía hidráulica y su nivel de consumo es tan alto
y exigente que no pueden satisfacerlo de otro modo, por el momento.
En Europa, han explotado ya el 47 por ciento de su potencial
hidroeléctrico económicamente aprovechable. En cambio nosotros, en
América Latina, siendo tan ricos en materia de corrientes hidráulicas,
sólo hemos aprovechado el 4.7 por ciento de ese potencial y aún así
generamos, como ya dije, prácticamente dos terceras partes de toda nuestra
electricidad con tan mínima proporción.
Si tenemos en cuenta, por lo tanto, la ma9nitud de nuestro potencial.
hidroeléctrico, el bajo nivel de su aprovechamiento actual y las reservas
disponibles, debernos concuir que nuestra situación es muy distinta y que,
por tanto, nuestro pensamiento debe ser también diferente en materia de
poiflica energética al de los países desarrollados que sostienen la tesis
jI contraria, es decir, la tesis enfocada a la generacióh térmica.
Ademas, es una tesis que les conviene en la medida en que está vinculada
al suministro petrolero y a una mayor venta de sus equipos, tanto para
plantas termoeléctricas como nucleoeléctricas, mientras que, en el caso de
las plantas hidroeléctricas, nuestros países tienen mayor posibilidad de
construirlas y equiparlas con tecnología propia y bienes de capital fabricados
con una mayor participación industrial de la región, pues ya tenemos mayor
experiencia en este campo.
10. . . . 9
Citaremos como ejemplo a Estados Unidos, que consume actualmente un
volúmen colosal de energfa, que equivale a 12 mil millones de barriles
de petróleo al año, y cuenta con reservas hidroeléctricas
económicamente factibles de ser aprovechadas que equivalen a
500 millones de barriles anuales, por lo que apenas alcanzarfa
a cubrir de ese modo alrededor de un 4 por ciento de su consumo
actual, no hablemos ya de sus necesidades a futuro. Lógicamente,
para ellos, la hidroelectricidad ha pasado a un segundo plano.
En cambio, América Latina entera consume actualmente la décima
parte de la energía que utiliza Estados Unidos, o sea el equivalente
apenas a mil 400 millones de barriles al año.
Sin embargo, tiene un potencial de energía hidroeléctrica
aprovechable que equivale a mil 700 millones de barriles
anuales, o sea 1.2 veces su consumo total de energía en la
actualidad.
11. SS. 10
Naturalmente no estoy pretendiendo decir que la hidroelectricidad
puede cubrir todas nuestras necesidades energéticas, ni siquiera
todas nuestras necesidades puramente elóctricas, pues ello es
imposible. Como es bien sabido siempre es necesario y conveniente
recurrir a una combinación de fuentes de energra y modos de
producirla, para poder satisfacer todas las demandas de manera
más eficiente y económica.
Lo que srestoy postulando es la necesidad de cambiar radicalmente
los criterios de aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos
de Amórica Latina. Si bien es cierto que todos los parses están
haciendo mayores esfuerzos en esa dirección, sus acciones,
generalmente aisladas, se realizan a la escala de su capacidad y
de sus necesidades de consumo, no de acuerdo a una planeación
global y a las verdaderas posibilidades que ofrece el recurso.
Creo que ha llegado la hora de plantear la utilización óptima de los
recursos hidroeléctricos a nivel de toda Latinoamérica, mediante
la planeación con] unta y la suma de esfuerzos para realizar los
proyectos más eficientes, que, a la vez, permitan desarrollar la
integración eléctrica de todos nuestros países.
12. La tesis que expongo presupone, en términos generales, acciones como
las siguientes:
1. Aprovechar integralmente los recursos hidroeléctricos disponibles
en América Latina.
Así como los países industrializados, que tienen una gran demanda de
hidrocarburos, aprovechan con visión de conjunto los productos
petroleros de todo el mundo, es conveniente que nosotros en América
Latina, debido a las diferencias entre la magnitud de los recursos
hidroeléctricos con que cuenta cada país y las demandas locales, actuemos
con un enfoque orientado al aprovechamiento integral de los mismos, en
base a una planeación global a nivel latinoamericano.
Para poner un ejemplo ilustrativo: actualmente Colombia tiene cinco
proyectos hidroeléctricos en construcción, licitación o diseño, en la región
de Majdalena y el Cauca, cuya capacidad sumada es de aproximadamente
2 000 megavatios, mientras existen otros posibles aprovechamientos de mayor
tamaño, en esa misma zona, como el de ltuango, que se ha estimado
podría tener una capacidad del doble de la apuntada con solo un costo
adicional de inversión del orden del 35% al que se tendrá en los proyectos
señalados.
13. 12
Aunque por ahora proyectos de esta magnitud no están al alcance de
las posibilidades económicas de Colombia, ni a la escala de sus necesidades
de energía eléctrica, mediante una acción conjunta multinacional sería
conveniente aprovechar esta capacidad hidroeléctrica excedente para
ayudar a satisfacer las demandas de otros países. Y así como expongo
el caso de Colombia, en muchos otros países existen posibilidades similares
que solo un enfoque integral latinoamericano de aprovechamiento de los
recursos hidroeléctricos nos permitiría material izar.
2. Emprender acciones conjuntas binacionales y multinacionales.
Más de un tercio de los ríos de América Latina son de curso compartido,
pues definen límites entre los países, o nacen en un país y continúan
su curso y desembocan en otro u otros. Estas características obligan a
planear la utilización de sus aprovechamientos en forma conjunta; tal
es el caso, del aprovechamiento hidroeléctrico.
Los consorcios petroleros, han sido capaces de salvar las
diferencias geográficas y polfl:icas de los países productores y han logrado
concertar acciones multinacionales basadas en el aprovechamiento del
petróleo, recurso nacional no compartido disperso en países de todo el
orbe, con ideologías y costumbres diferentes.
14. ...13
De igual modo, en América Latina existen ejemplos positivos, experiencias
ya vividas o en marcha, esfuerzos de integración y cooperación entre
países de la región en materia de energía eléctrica, basados en el
aprovechamiento conjunto de los ríos.
6
Argentina y Uruguay unieron esfuerzos para realizar, en su frontera
común, la gran hidroeléctrica de Salto Grande, inaugurada hace dos
semanas, con una capacidad instalada de 1900 megavatios.
Brasil y Paraguay están construyando juntos la mayor hidroeléctrica
del mundo, la de ltaipú, sobre el río Paraná, que es una experiencia
hermosa. La obra emprendida en 1973, está siendo financiada por
ambos países, con una inversión global de diez mil millones de dólares
y tendrá una capacidad instalada, verdaderamente impresionante, de
12 600 megavatios.
15. De este modo, aprovechando la enorme fuente de energra que ofrece el
rro Paraná, ambos países se beneficiarán: Paraguay tendrá energía
eléctrica para muchos años y Brasil recibirá una aportación significativa
para cubrir sus mayores demandas; ambos verán dIsminuida su dependencia
de los hidrocarburos importados a altos precios; asípodrán disponer para
otros usos de las fuentes alternativas de energía con que puedan contar;
obtienen beneficios también por el carácter de uso múltiple del proyecto,
pues, entre otros, se explotará mejor el recurso turístico de las cataratas
de Iguazú que se encuentran dentro del área; y finalmente habrán
adquirido la tecno!ogía y la experiencia necesarias para realizar otros
grandes proyectos de este tipo.
Al conocer realizaciones de esta magnitud se despierta nuestra irnaginai6n
y nos convencemos, una vez más, como ingenieros, de que nada es irnpsible
cuando se tiene la capacidad técnica necesaria y la firme decisión de hacer
las cosas.
3. Estandarizar e interconectar sistemas.
La gran variedad y aislamiento de los sistemas eléctricos actuales en
América Latina y aún dentro de cada país, dificulta la interconexión
que proponemos. Sin embargo, este es un problema que tiene solución,
como lo demuestra nuestra propia experiencia aquíen México.
16. .. 15
En 1937 el panorama de la electrificación en México era el correspondiente
a un territorio dividido entre tres compañías extranjeras. En ese
año la capacidad instalada del país era de 629 megavatios y existían cuatro
sistemas interconectados: el sistema Puebla-Veracruz, el sistema
del Baji'b, el sistema Torreón-Chihuahua y el sistema Central;
además existían otros pequeños sistemas de generación propia en
algunos centros urbanos y en industrias.
Hasta 1960 se mantienen los sistemas sin interconectar habióndose
ampliado las redes de distribución y desarrollado nuevos sistemas en
diferentes lugares del pat. Se contaba en esa fecha con 2308 megavatios
de capacidad, generadora.
La nacionalización en 1960 del servicio público de energía eléctrica
fué la médula que did impulso a la interconexión y propicié el desarrollo
de técnicos en pianeación, diseño, construcción y operación naciona'es.
De esta manera, ya en 1978 se contaba con una capacidad instalada de
generación de 14 mil megavatios, con una red de interconexión que cubría
toda el área continental del país quedando sólo por integrar las
penínsulas de Baja California y Yucatán.
Para completar la integración de los sistemas eléctricos se unificó en
1976 la frecuencia del Sistema Central, que atiende el área metropolitana
de la ciudad de México. y el resto del país.
17. De esta manera es posible y necesario interconectar los diferentes
sistemas eléctricos que existen en América Latina, para poder realizar
intercambios de energía de una zona a otra y de un país a otro. Cuando
logremos este propósito de integración eléctrica, el kilovatio tendrá una
importancia y jerarquía similar a la que hoy se le concede al barril de
petróleo como medida de riqueza y progreso.
4. Instalar sistemas de trasmisión a largas distancias.
De igual modo los centros de consumo y los recursos aprovechables de
generación hidroeléctrica en América Latina, están separados por distancias
de ma9nitud considerable. Aquípodrfa surgir una objeción razona5le:
el problema de Las Limitaciones que existen para transportar electricidad,
que no es almacenable y cuya conducción a 9randes distancias
actual mente se vuelve antieconómica por sus costos y por los desperdicios
que producen.
18. Sin embargo, a ese respecto, debemos tener en cuenta los progresos
de la tecnologra de conducción eléctrica que son acelerados. Cuando
yo egresé de la Escuela de Ingeniería para iniciar mi práctica profesional,
no podíamos pensar en aprovechamientos eléctricos alejados más allá de
300 6 400 kilómetros de los centros de consumo; hoy en día, o sea menos
de una generación después, utilizando corriente alterna y contínua, y
mediante altos voltajes, existen líneas de transmisión eléctrica de más
de tres mil kilómetros de longitud como son las líneas del sistema -Iidro-
Quebec en Canadá o las que unirán la zona de Siberia con las del Vo! ga y
los Urales en la Unión Soviética: tres mil kilómetros que ya permiten
concebir entregas de electricidad de Colombia a México, de Bolivia a
Uruguay, etc.
Además la tecnología en este renglón está madurando y nos habrá de
deparar todavía muchas sorpresas. Por ejempo, se está buscand la
forma de utilizar la electricidad en generación de hidrógeno, para
facilitar su transporte por ductos a los centros de consumo, donde de
nuevo se transformaría en fluido eléctrico.
Ninguna de estas posibilidades debe parecernos imposible. Recordemos de
nuevo, simplemente, las experiencias en torno al petróleo. A medida que
las sociedades industriales modernas fueron fincando su desarrollo en
este recurso, no hubo obstáculo, distancia, clima D frontera que pudiera
detener el flujo de los hidrocarburos a los centros de consumo. Se fabricaron
buques tanque que pueden transportar mas de un millón y medio de barriles
y ductos de miles de kilómetros que atraviesan varios países en las
condiciones físicas ma extremas.
19. ... 18
Por todo lo anterior, considero que la trasmisión y distribución de
energra eláctrica, no son obstáculo insuperable para ün programa
latinoamericano de integración eléctrica.
5. Emprender los proyectos de mayor eficiencia y productividad.
La planeación conjunta e integral que propongo, permitirra estudiar,
seleccionar y realizar los proyectos mas eficientes y productivos, de
la majnitud adecuada para obtener importantes economíasa escala.
La explotación prioritaria de los grandes yacimientos de Alaska, Mar
del Norte o La Soncla de Campeche, son modelos en el aspecto petrolero,
de acciones decisivas y ambiciosas de esta naturaleza.
En el caso del aprovechamiento hidroeléctrico, Perú tiene un
potencial del orden de 90 mii megavatios, que se pueden aprovechar
mediante grandes proyectos a castos relativamente bajos por kilovatio
instalado; por contraste, a unos cuantos kilómatrós, en Ecuador,
hemos construido una planta hidroeléctrica de tan escasa densidad
productiva como la de Pizayambo, que tiene apenas 74 megavatios,
con un costo de $ 1 650 dólares por kilovatio.
20. Ss. 19
En Colombia, ahora mismo estamos los técnicos mexicanos construyendo
la hidroeléctrica de San Carlos, la mayor del paí, que tendrá una
capacidad instalada de 1550 megavatios y no obstante que este proyecto
tendrá un costo de sólo 450 dólares por kilovatio, existen, como ya
mencioné, otros posibles aprovechamientos donde se lograría producir
mayores volümenes de energía y a menor costo aún por unidad, pero que,
por su tamaño, ahora no están a la escala de la demanda colombiana de
energía ni al alcance de sus posibilidades, de ahíque se descarten o
pospongan.
Actualmente, también los ingenieros mexicanos estamos construyendo
dos plantas hidroeléctricas en Guatemala concebidas a la escala de su
consumo, la de Chixoy con capacidad de 300 megavatios y la de
Aguacapa de 90 megavatios cuyo costo por kilovatio instalado, dado el
tamaño de las plantas, es de $ 1133 y $ 1167 dólares respectivamente.
Se podrían haber evitado estos costos excesivos en las hidroeléctricas
señaladas si pensamos en la utilización conjunta, por parte de Guatemala
y México, del proyecto Boca del Cerro, sobre el rib Usumacinta, de
aproximadamente 2 200 megavatios de capacidad instalada, que se ha
estimado, a nivel de estudio de gran visión, tendría un costo del orden
de $ 250 dólares por kilovatio.
21. 20
6. Aplicar la tecno!ogía adquirida.
Desde hace muchos años, los latinoamericanos hemos llevado a cabo la
planeación, diseño, construcci6n e instalaci6n de un buen número de
proyectos hidroeléctricos en América Latina, con recursos propios del
área, tal es el caso de Venezuela, Colombia, Brasil y México, entre otros.
De hecho, nuestros países en conjunto tienen mucha mayor experiencia
y capacidad tecnolégica en este campo, que en materia de hidrocarburos,
con la sola excepci6n de México.
Por otra parte, los bienes de capital necesarios para aprovechar el recurso
hidroeléctrico han sido en &gunos casos mnufacturados por países del
área, y aunque la magnitud de los aprovechamientos que se proponen
cambiará la dimensián de los mismos, se cuenta, en algunos países, con
recursos tecnológicos aprovechables para el logro de los objetivos propuestos.
La interconexión eléctrica requiere una gradual estandarización de equipos
que facilitaría su producción por los propios países latinoamericanos, gracias
además a que nuestras industrias contarían con un mercado de escala
continental y una demanda relativamente estable y programada.
22. .21
Actualmente, en cambio, la producción de equipos eléctricos se
dificulta por el hecho de que los diversos países tienen frecuencias
propias de generación de energiá y varían también las tensiones que
utilizan para transportarla, así como es muy amplia la variedad de
diseños y de tecnologías que se utilizan en las plantas de generación
y, por lo tanto, son diferentes las características de los equipos
electromecánicos.
En estas condiciones, mientras no se logre una mayor estandarización
de los equipos eléctricos, como fruto de la integración y unificación
tecnológica de nuestros países, la industria latinoamericana de bienes
de capital de este tipo progresará muy lentamente.
Sin embargo, ya actua mente, México y Brasil están
fabricando turbinas hidráulicas, grúas puente, hidrogeneradores,
transformadores de medida, estructuras metálicas y otros equipos
diversos que se utilizan en las casas de máquinas y en las subestaciones
de las plantas eléctricas. La integración eléctrica latinoamericana vendría
a dar un impulso definitivo a este proceso.
Contando con una capacidad instalada de diseño y construcción de
proyectos hidroeléctricos y de bienes de capital, es conveniente se
aproveche, evitando el desperdicio y la fuga de divisas por este concepto.
23. .22
7. Establecer los instrumentos de planeaci6n a nivel latinoamericano.
Las experiencias binacionales de aprovechamiento de ríos comunes, así
como las interconexiones entre ciudades fronterizas existentes, son un
ejemplo de acciones conjuntas mutuamente beneficiosas que deben
multiplicarse. Sin embargo, estas experiencias, siendo muy positivas,
son todavía parciales. Debemos aspirar a la creaci6n de un organismo
multinacional a nivel continental que, aprovechando la experiencia
de otras entidades que ha.i hecho esfuerzos a favor de la integraci6n
latinoamericana, así como los recursos técnicos existentes en la regi6n,
pueda desarrollar una planeaci6n conjunta e inte9ral de los aprovechamientos
hidroeléctricos de todos nuestros países. Esto exigiri:
Definir objetivos dentro del marco de aprovechamiento
integral de los recursos hidroeléctricos.
Definir planes a nivel regionaL.
Analizar recursos y demafldas.
Identificar proyectos integrales.
Estudiar en lo general y en lo particular, cada proyecto,
desde el nivel de gran visión hasta el de detalle,
induyendo a jerarquización y selección de los mas
convenientes a nivel regional.
24. .. .23
Construcción de las Obras.
El aprovechamiento de tos recursos hidroeléctricos en forma conjunta
a nivel de América Latina, la interconexiónde los sistemas eléctricos
y las acciones propuestas para el logro de esta tesis, traerfa los
beneficios que se mencionan a continuación:
Utilización de un recurso renovable.
Mayor posibilidad de aprovechamiento de los
recursos y materiales de la región.
Generación eléctrica limpia sin producir descargas
de agua caliente ni desechos contaminantes.
Menor dependencia tecnológica.
Explotación de un recurso no sujeto a la inftuenca
de las fluctuaciones directas de precios.
Ahorro de otras fuentes alternas de energí.
Posibilidad de mayor financiamiento y en mejores
co nd ¡ci o n es.
25. ...24
Mayor posibflidad de desarrollar La industria de
bienes de capital, estandarizando equipos.
Generación de empleos durante la construcción de
los proyectos y en las labores correspondientes a
mantenimiento y operación.
Menor costo de operación y mantenimiento.
impulso a la integración latinoamericana y al
entendimiento entre las naciones en base a
realidades concretas.
Por otra parte, la interconexión de los sistemas eléctricos, además de
producir tambión muchos beneficios similares a los ya mencionados,
significaría tener las siguientes ventajas:
Posibilidad de uso de los sistema3 interconectados,
con otras fuentes de energra eléctrica.
Disminución en las posibilidades de interrupción de
los servicios.
Mayor mercado al sumar las demandas entre varios
países.
26. . . . 25
Mayor aprovechamiento de la capacidad instalada
en las plantas hidroeléctricas.
Posibilidad de abastecer de energía eléctrica a zonas
con menor densidad de demanda y propiciar la
electrificacién rural.
La construccién de presas con fines hidroeléctricos, pero con usos
múltiples, proporciona además muchos otros beneficios colaterales,
en materia de riego, control de avenidas, rescate de tierras, usos
domésticos e industriales del agua, desarrollos turísticos, programas
de acuacultura, etc.
En México,verbigracia, de las 49 principales presas de almacenamiento
construídas con capacidad instalada de 5112 megavatios, 14 de ellas tienen
capacidad para control de avenidas, 19 permiten la irrigación de más de
203 mil hectáreas y 5 abastecen agua para usos domésticos e industriales.
Un somero cálculo de los beneficios colaterales que traería el aprovechamiento
de un 40 por ciento del potencial hidroeléctrico de América Latina, nos
permitió estimar que, dependiendo de las características del suelo, se
podrían irrigar hasta diez millones de hectáreas; que una tercera parte de
las presas servirían para control de avenidas, y que se podrían a5astecer de
agua para usos domésticos e industriales zonas con una población de 250
millones de ha3itantes, o sea casi otro tanto de la población atua.
27. .26
Esta es, pues, la tesis que quería exponer ante la Academia Mexicana
de Ingeniería.
Les extrañará a ustedes seguramente que, siendo ingeniero civil, haya
presentado una tesis que, en apariencia, resulta mas propia de un
ingeniero mecánico-electricista, pero lo he hecho consciente de que la
idea que expongo, para llevarla a cabo, exigirá, por el contrario, una
intervenc6n decisiva de la ingeniería civil, la cual juega el papel
principal en todo lo que toca a la planeaci6n, el diseño y la construcci6n
de las obras de control, manejo y aprovechamiento del recurso agua.
Es por eso que esta idea, que busca rescatar un potente recurso natural
renovable, es netamente una idea que me obsesiona como ingeniero
civil: una idea que, soy consciente, todavía debe madurarse, profundizarse,
enriquecerse mucho más, pero que aún así en embri6n espero despierte
en ustedes la simpatía y el entusiasmo que a mi y a mis compañeros de
trabajo nos ha provocado.
28. .27
La utilización óptima de nuestros r€cursos hidroeléctricos combinada
con la racional explotación de las reservas de combustibles fósiles y
uranio de América Latina, permitiría resolver el problema energético
del continente y ganar el tiempo necesario para que el esfuerzo
orientado al desarrollo de los recursos energéticos no convencionales
rinda frutos, de tal modo que, llegue el momento en que éstos sean
técnica y económicamente explotables.
El intercambio de energía entre países, planteado en primera instancia
en materia de electricidad, sería factible en este momento ampliarlo
a otras fuentes de energía, como pueden ser hidrocarburos por electricd:d,
¿ acaso es imposible pensar que a cambio de petróleo, las ciudades de
México estén alumbradas con energía de Colombia, o las de Venezu&a
con electricidad generada en Perú ? y aún más ¿ por qué no pensar
al futuro en intercambiar hidrógeno producido en plantas hidroeléctricas
por hidrocarburos obtenidos de esquistos bituminósos. ?
29. ... 28
En los tiempos que vivimos, marcados por la crisis energética,
es hora que las Naciones busquen vías de entendimiento y unan
sus esfuerzos para garantizar el mejor aprovechamiento de sus
recursos y la más adecuada y justa distribucián de la energía
sobre la Tierra. Ese ha sido el hermoso planteamiento que ha hecho el
estadista que hoy nos gobierna, ante la comunidad internacional.
Una propuesta de cooperacién universal en materia energética
que encierra profundo humanismo y enaltece a México, máxime
que se hace precisamente ahora cuando hemos ingresado al
selecto grupo de naciones con gran potencial de energéticos
f6siles.
La idea de la integracién eléctrica latinoamericana que expongo
aqut comparte algo de ese espíritu de colaboracién y planeacién
global entre los países del mundo que México está postulando
para superar la crisis energética. Llevarla a cabo implicaría
una interrelaci6n, no solo de voluntades, sino de hechos entre
nuestros países hermanos.
30. Pondríamos astal vez, un ejemplo que estimularía hasta a
los países de otros continentes a desarrollar programas de
integraci6n similares, programas tanto en el campo de la
energía como en otros que también reclaman y obligan a la
cooperaci6n internacional. Daríamos un paso enorme hacia
la racionaiizacién de la vida humana sobre la Tierra, que es
al fin de cuentas el objetivo de toda tecnología bien aplicada,
esto es,eI beneficio del hombre.
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Muchas Gracias.