Este documento discute la relación entre la genética y el comportamiento humano. Explica que tanto los genes como el ambiente juegan un papel en el desarrollo del comportamiento, y que existen interacciones complejas entre estos factores. También analiza el Síndrome de Turner como un modelo para estudiar cómo determinados genes y ambientes pueden conferir diferentes grados de susceptibilidad a ciertos rasgos. Finalmente, enfatiza la importancia de considerar tanto factores genéticos como ambientales desde un enfoque biopsicosocial para comprender mejor la conducta human
Relación genética-comportamiento en Síndrome de Turner
1. ACTIVIDAD 7-PRESENTACION EN
SLIDESHARE QUE ABORDE LA RELACION
ENTRE GENETICA Y COMPORTAMIENTO
OSCAR RODRIGUEZ
BIOLOGIA
IBEROAMERICANA CORPORACION
UNIVERSITARIA
02 ABRIL 2020
2. Riesgo ambiental en poblaciones
genéticamente sensibles
• Actualmente en nuestra sociedad la genética del comportamiento es uno de los principales campos de
investigación psicológica.
• Durante el siglo pasado, ambientalistas e innatistas trataron de demostrar el predominio de un u otro aspecto
en el desarrollo humano.
• Los avances científicos producidos en los últimos años en las disciplinas de genética cuantitativa y molecular
se han dado cuenta de que los genes juegan un papel importante en la conducta humana, aportando,
asimismo, la mejor evidencia disponible sobre la importancia del ambiente en las diferencias individuales de
los caracteres psicológicos.
• En este sentido los aportes más interesantes al estudio del ambiente en el campo de la Genética del
comportamiento están relacionados con tres aspectos: el impacto de las influencias ambientales no
compartidas, las correlaciones entre los genes y el ambiente, y las interacciones genotipoambiente (Plomin,
DeFries, McClearn, & McGuffin, 2002).
3. Este aspecto se refiere a la sensibilidad genética de los individuos a
determinadas condiciones ambientales, uno de los principales objetivos dentro
de este campo de investigación es identificar factores de riesgo ambiental en
individuos genéticamente sensibles.
El Síndrome de Turner se considera como un “modelo genético sensible” en
el cual analizar asociaciones entre caracteres psicológicos y factores genéticos
y ambientales. La investigación en esta línea permitiría dilucidar mecanismos
de riesgo ambiental y comprender el grado de “vulnerabilidad” que presentan
las mujeres con el síndrome. Esta vía de estudio proporciona resultados mas
rápidos que otros niveles de análisis en términos de predicción, intervención y
prevención
La interacción entre determinados genes y ambientes confiere a los individuos
diferentes grados de susceptibilidad en la aparición de una característica
determinada. El rasgo aparece en individuos que han alcanzado un
determinado umbral, así la variabilidad en la expresión fenotípica podría estar
relacionada con el mayor o menor número de genes predisponentes en cada
individuo. La expresión diferencial de los genes dependiendo del ambiente se
denomina norma de reacción, y alude a genes que pueden expresarse de una
manera diferente en distintos individuos, dependiendo del ambiente en que
esos individuos se desarrollen.
4. Comprendiendo las contribuciones relativas
de los genes y el ambiente al fenotipo
El análisis genético clásico se centra en caracteres que están
determinados por la variabilidad alélica de un único gen,
presentando un modo mendeliano simple de transmisión,
donde la posibilidad de expresión fenotípica queda definida
por la presencia de un determinado par de alelos. El
fenómeno de impronta hace referencia a la expresión
diferencial de los genes según sean de procedencia paterna o
materna. Cabe considerar que estos mismos efectos podrían
deberse también a la influencia de factores de naturaleza
ambiental. Los avances científicos en Genética molecular
han permitido el conocimiento de la secuencia completa del
genoma humano, facilitando la localización e identificación
de genes, sin embargo aún no se conoce la totalidad de
proteínas codificadas por los mismos y la relación entre éstas
y el comportamiento humano.
5. • La Genética cuantitativa determina, a través de estudios poblacionales (familiares, de gemelos, de adopción
y combinados), la heredabilidad1 de un carácter. Estimando (a partir de valores fenotípicos, observables y
medibles) las varianzas genéticas y ambientales entre individuos, sin identificar genes o ambientes
concretos.
Diversas investigaciones en este campo han dado cuenta que los genes contribuyen a la variación
poblacional de caracteres psicológicos. Estudios de adopción realizados en Finlandia y estudios familiares
realizados en Dinamarca mostraron claras evidencias de influencia genética en la esquizofrenia. Sin
embargo, la heredabilidad para el trastorno es del 50-60%, por lo tanto, otros factores diferentes a los
genes deben desempeñar un papel importante a la hora de determinar
Las nuevas tecnologías en biología molecular establecen relaciones entre el cuadro clínico observado
en esta población y la deleción e inactivación2 del material genético del cromosoma X, relacionando
regiones cromosómicas críticas y sus genes correspondientes con determinadas alteraciones físicas y
psicológicas. Un ejemplo de lo expuesto lo constituye la talla, cuando la deleción se presenta en el
brazo corto (p) la mujer con Síndrome de Turner presentará talla baja. Sin embargo, cuando la
deleción se produce en el brazo largo (q), no presentará dificultades en su talla pero tendrá disgenesia
gonadal.
6. La dificultad de las personas con Síndrome de Turner para interactuar
con sus pares es consideraron que la asociación entre baja estatura y
maduración lenta podría ser la responsable de gran parte de las
dificultades psicológicas.
El tratamiento hormonal estrogénico (acción ambiental) y su
consecuente inducción de la pubertad desempeñan un papel importante
en el desarrollo y madurez emocional. El retraso puberal podría afectar
el funcionamiento psicosocial al menos de dos maneras.
Por un lado, el desarrollo sexual en concordancia con sus parejas es
preferible por razones psicológicas (autoestima, ansiedad social, estrés,
etc.) y por el otro lado, los tratamientos estrogénicos reducen la talla
final La mayoría de las investigaciones consideran que, si bien la
inducción puberal podría establecerse entre los 12 y 15 años, es
necesario no sólo tener en cuenta características físicas como: talla, edad
ósea, densidad mineral de los huesos; sino también el perfil psicosocial
de cada niña.
En este punto, es necesario considerar la importancia que tiene en el
desarrollo de la propia imagen corporal el inicio del tratamiento
sustitutivo con estrógenos en el momento adecuado.
7. Consideraciones finales
• El análisis precedente da cuenta de como las particularidades genéticas, físicas y psicológicas que expresan las
mujeres con Síndrome de Turner afectan la capacidad y calidad de sus relaciones sociales. Si bien en la
infancia las dificultades en el aprendizaje solapan esta disfunción, en la adolescencia se vuelve más
pronunciada teniendo repercusiones en la edad adulta. Los modelos propuestos para el estudio de la
disfunción social indagan sobre la forma en que actúa el ambiente sobre el desarrollo psicológico, y de cómo
a su vez éste se ve afectado por factores genéticos que actúan en interacción. Identificar mecanismos de
riesgo ambiental, tales como, falta de estimulación temprana, retraso en la inducción puberal, escaso apoyo
social, experiencias educativas y familiares negativas, etc., que repercuten a nivel psicológico y potencian la
disfunción social en una población vulnerable como las mujeres con Síndrome de Turner, permite el diseño
de programas de prevención e intervención psicológica en el ámbito individual y familiar. Estos programas
favorecerán el fortalecimiento y generación de nuevos recursos en las mujeres con Síndrome de Turner,
potenciando la calidad de sus interacciones, la confianza en sí mismas y en sus capacidades para comunicarse
y vincularse. Asimismo, el desarrollo de nuevas técnicas de investigación como la genética molecular, la
neuroimagen funcional y el estudio Síndrome de Turner, permite un abordaje integral, desde un enfoque
biopsicosocial, y un mayor conocimiento y comprensión de la interacción entre los genes y el ambiente en la
expresión de la conducta.