1. DAR Y RECIBIR RETROALIMENTACIÓN ADECUADA
Lo visto en la clase sobre la estructura de la comunicación asertiva resulta de mucha
utilidad a la hora de dar una devolución o retroalimentación a un miembro del equipo o a
cualquier persona con las que interactuemos.
Les dejo un poco más de información:
¿Cómo dar una devolución efectiva a nuestro personal?
Dar una devolución no es dar una crítica de desaprobación o ataque personal; es dar una
devolución para asegurar que nuestro trabajo individual y grupal mejore en un futuro
cercano. Más aún, cuando la devolución se hace en forma correcta se convierte en una
conversación constructiva y útil.
La devolución es una manera de hacerle conocer a la persona que lo recibe cuán efectiva e
importante es para el funcionamiento del grupo y además, de ser el caso, de darle claves
para una mejora continua, una forma de aprendizaje efectivo.
Algunas claves para construir una buena conversación de retroalimentación además de lo
expuesto anteriormente.
Dando una devolución en forma adecuada:
1. Sentido. Debo tener claro qué voy a decir y cuál es el propósito de ello. En este punto
se debe reconocer para qué convoqué a la persona a mantener una conversación de
retroalimentación.
2. Claridad. Es indispensable ser específico y claro sobre los puntos de la gestión que se
evaluarán, para ello se debe contar con información necesaria para evaluar la gestión. La
devolución no es un espacio de improvisaciones, eso comunica falta de profesionalismo
frente a la persona con la que se está conversando.
3. Contexto. La devolución se debe agendar a cierta hora y en algún lugar específico. Esto
refuerza el punto anterior y permite obtener aprendizajes concretos frente a lo
conversado. Nunca una conversación de pasillo puede ser considerada como devolución o
retroalimentación. Además la devolución se debe realizar en forma inmediata a algún
acontecimiento que necesita de algún cambio. Una devolución de una acción realizada
mucho tiempo atrás no es efectiva.
4. Duración. El tiempo tiene que ser acotado y en lo posible se debe aclarar en el
comienzo. Una conversación de horas es de otra índole no de retroalimentación.
5. Sin Comparaciones. Una devolución efectiva nunca desarrolla comparaciones con otros
compañeros ni minimiza la gestión de alguno frente a otro. Si se ha de ejemplificar debe
ser sobre la gestión de la persona y su rol, y no en base a sus pares o superiores.
2. Las personas que son capaces de generar buenas conversaciones de retroalimentación
tanto los docentes con sus alumnos como los líderes con sus colaboradores generan
claridad en sus tareas, movilizan y acompañan su crecimiento.
Es indispensable que desarrollemos prácticas y entrenamientos para entregar buenas
devoluciones y conversaciones.
Los buenos líderes que tienen buenos resultados reconocen que son los principales
responsables de sostener este tipo de conversaciones, y por lo mismo, desarrollarlas de
forma correcta. Cuando vivimos en un espacio de trabajo donde se potencia y desarrollan
las instancias de comunicación resonante impacta positivamente de forma individual y
grupal.
A pesar de lo dicho, muchas personas encuentran las conversaciones de retroalimentación
algo malo, lo sienten como un ataque personal y no lo reciben de buen grado. Es común
que las personas se pongan a la defensiva frente a la retroalimentación y esta actitud no
permite que entiendan con claridad el mensaje que les quieren dar.
Dando una devolución en forma inadecuada o negativa
Atacar y ser agresivo con la persona que está recibiendo la devolución,
focalizándose en sus debilidades convirtiéndose así en una devolución insensible
frente a la otra persona.
Usar vocabulario vago e indirecto
Juzgar a la persona en vez de referirse al comportamiento
Impulsivo y poco reflexivo con respecto a las consecuencias que esto puede
acarrear.
Egoísta, es decir, centrado en la persona que da la devolución en vez de focalizarse
en lo que necesita la otra persona.
Recibiendo una retroalimentación en forma adecuada
Estar dispuesta a recibir retroalimentación como aprendizaje y no como un
“reto”.
Sobreponerse y manejar las reacciones y deseos de “contra atacar”
interpretando erróneamente que la crítica tiene un motivo personal y hostil.
Ser muy consciente de las respuestas que se darán.
Tener apertura a la conversación de retroalimentación
Tener seguridad de que se entendió bien el mensaje.
Reflexionar sobre la devolución y decidir juntos un plan de acción
Aceptar los halagos
3. Recibiendo retroalimentación en forma inadecuada
Defensiva: Defender acciones personales y atacando a nuestro interlocutor
Negando y refutando lo que se nos comenta
Tener una actitud cerrada o sea ignorar la conversación de retroalimentación.
Escucha “inactiva” o “pobre”: no tener ninguna intención de entender lo que
se nos está explicando
Racionalizando, es decir, encontrando explicaciones o justificaciones para cada
cosa que se nos marca
Tanto para los líderes como para cada miembro del equipo, es importante al terminar una
reunión, una observación de clase, o la resolución de un inconveniente, tomarse unos
minutos para preguntar cómo fue dicha reunión, observación, etcétera, qué se podría
haber hecho mejor, qué impacto tuvo, qué cosas estuvieron bien, etcétera.
Este tipo de comportamiento, es decir, preguntar y conseguir una devolución directa hace
que se genere confianza y se aprenda a manejar mejor las emociones aprendiendo a
reflexionar y mejorar las acciones a realizar. Estas personas, sean directivos o no, son las
que contribuyen a construir un ambiente de bienestar y el camino abierto hacia la
comunicación entre todos los involucrados, especialmente en momentos de crisis o
desafíos complejos.
Siempre un buena conversación de devolución se debe iniciar primero construyendo
sintonía o rapport con la persona que interactuemos.