2. Esculpir el tiempo o Esculpir en el tiempo es un libro del cineasta ruso Andréi Tarkovski. En él expone su visión del arte y del cine en términos tanto personales como teóricos, haciendo un recorrido por todas sus películas y deteniéndose también en el uso de los elementos del lenguaje cinematográfico (por ejemplo, el sonido o el uso de la cámara). A continuación, comentaremos las partes más relevantes, o desde mi punto de vista más interesantes que observo en el capitulo el tiempo sellado de este libro. Tarkovski, desde su culta reflexion, resalta algunas características y acciones que debemos tener en cuenta en el mundo del cine. El tiempo que dejamos en el pasado, según Tarkovski no se puede recuperar, al igual que el segundo que perdemos en ver una escena de una película cuando pestañeamos. El pasado y los recuerdos siempre están juntos, pues no se puede mirar atrás sin tener en mente el pasado, pues allí es donde están situados estos. Por otro lado, cuando hablamos de la mirada del director en una filmación, este debe tener en cuenta que la película no empieza en un guion, sino que inicia en su primera imagen en una visión interior. Además, el artista-director es aquel que llega a realizar en sus películas una estructura propia, inconfundible y un sistema de pensamiento propio con el mundo real. Para Tarkovski la literatura y el cine son mundos iguales, en lo que se diferencian es que la literatura se expresa con palabras y el cine es de una visión más inmediata, así deja ver en su película El espejo este pensamiento. El arte del cine según el autor, no se puede comparar con ningún otro arte; pues tanto los pilares básicos del arte, como por ejemplo la pintura, siempre que mires vas a seguir viendo la misma imagen, sin
3. embargo el cine está en continuo cambio de imágenes según va pasando el tiempo. Otro detalle que resalta Tarkovski, es la forma de reflejar en las escenas una visión interior de una persona, como un sueño. Él dice que se deben mostrar desde una conexión de realidad y en relación con lo vivido realmente. De lo contrario, perderá una visión real y parará a una ficticia escena que crea confusiones, pues se elimina la verdadera esencia de las escenas. La puesta en escena en general es para expresar el sentido de lo que acontece o intentan transmitir el director. En cambio, para Tarkovski este es un camino cómodo que tiene el cine, pues los espectadores se ven satisfecho al no tener que estar esforzando la visión y el cerebro durante el transcurso de una película, sino que la propia escena le da un único significado a lo que se quiere contar. Algo que empobrece, desde mi punto de vista las escenas, ya que elimina la oportunidad al espectador de que pueda intervenir en la misma escena y recrear una visión propia. Finalmente, Tarkovski termina haciendo una gran reflexión, sobre el arte del cine que llevamos dentro; no hay que caer en el camino fácil de hacer una puesta de escena simplemente bellas y efectista para conseguir el aplauso del público, sino que hay que sacar nuestro propia visión natural que llevamos dentro y, de ahí construir de forma realista y abierta nuestras verdaderas puestas en escena.