2. Multiculturalismo
Es importante recordar que para que surgiera la cuestión del multiculturalismo se presentaron muchos
cambios económicos, sociales y culturales como el giro demócrata en los Estados Unidos en 1993, la
caída del muro de Berlín en 1990 que reunificó la capital de Alemania, además de una inclinación mundial
hacia el capitalismo como modelo económico. De alguna manera, estas condiciones propiciaron la
visibilidad del ‹‹otro››, individuos que se encontraban dentro y fuera de las fronteras, lo que provocó una
crisis en la cultura blanca que había sido la que dominaría hasta ese momento.
Esta situación político-social también afectó al mundo del arte, y se hizo necesaria una reubicación y
relectura de las manifestaciones artísticas que se realizaban fuera de los centros hegemónicos o
capitales culturales como Estados Unidos o Europa.
3. ¿En qué consiste el discurso
colonizador?
En las décadas de los ochentas y noventas hubo reacciones que tenían que ver con una política de corrección y
reconocimiento de las cuestiones de la alteridad y el multiculturalismo, por tanto se crearon exposiciones, se
programaron eventos culturales, y se desarrolló una actitud teórico reflexiva que impulso discursos y estrategias
enfocadas a defender un nuevo internacionalismo, es decir, una perspectiva global para reconocer la diferencia.
El reconocimiento de las diferencias implica aceptar las diferencias en una unidad, en donde los artistas vistos como
los ‹‹otros›› no renuncien a su cultura.
La multiculturalidad puede ser abordada desde varios puntos de vista, una de las reacciones del colonizador frente a
ésta se manifestó en la creación de exposiciones, la más paradigmática es Magiciens de la Terre, en donde se
propuso un encuentro no jerarquizado de las obras de artistas contemporáneos de Estados Unidos y Europa y de
artistas de áreas periféricas como Haití, India, Madagascar, Panamá, Zaire, Brasil, Japón y México, por mencionar
algunos, que hasta ese momento habían sido ignoradas por los centro hegemónicos del arte contemporáneo.
4. Magiciens de la Terre no superó el carácter de empresa reformista en la que unos comisarios artísticos
asesorados por antropólogos y etnógrafos mostraron descontextualizada, en un medio dominado por la
fetichización del signo, la cultura del espectáculo a la mercancía, la producción artística de sociedades
tribales y de culturas residuale.
Garvin Janties- Magiciens desarrolla la conciencia occidental y eurocéntrica como un cirujano disecarìa su
propio cuerpo sin anestesia. La exposición revela que la mirada eurocéntrica está sujeta a problemas
distintos, en ocasiones espantosos cuando se fija en lo que culturalmente se considera otro. Es a la vez una
ilusión y un error histórico el pensar que por el simple hecho de organizar una exposición conjunta se puede
hablar de igualdad en la arena cultural.
5. Magiciens de la Terre fue juzgada como una operación etnocéntrica y hegemónica que consideraba a los
‹‹otros›› como primitivos y solo enfrentó de manera estética las obras lo que presupone la superioridad de la
cultura occidental sobre las demás. Fue una exposición que generó reacciones de crítica tanto escritas como
expositivas, aunque su voluntad transcultural era favorecer una mayor comunicación con las culturas. En
este sentido se organizaron otras exposiciones de arte africano para darle visibilidad a artistas que
trabajaban en los intersticios de la poscolonialidad.
6. Crudo y cocido fue otra exposición que intentó favorecer la comunicación entre las culturas, pero al final, la
crítica la comentó o la entendió como que las obras en lugar de ser diferentes por ser producidas por otros
artistas en distintos lugares, eran repeticiones y reiteraciones de lo mismo.
Me parece que estas exposiciones independientemente de las críticas, tienen su mérito por tratar de crear un
lugar en el que las obras pueden dialogar y ser entendidas dentro del mundo del arte apreciado como unidad,
más que ver el origen de la obra, la revisión tendría que ser a partir de la propuesta o crítica que sugieren.
7. La implosión del primer mundo en el tercero, se ha generado una cierta resistencia e incluso afianzamiento de lo
marginal a través de fórmulas apropiadas del sistema del arte occidental, como con las bienales periféricas que tienen
el propósito de convertirse en el gran lugar de encuentro de la producción artística contemporánea del Tercer Mundo,
como un espacio abierto a la confrontación, ofrecida por las naciones en vía de desarrollo a la que en ocasiones
arrogante, mirada del arte occidental, la periferia emerge con nueva propuestas de expresión visual.
¿En qué consiste el discurso
descolonizador?
8. Estas bienales y otros proyectos de descolonización intentan vertebrar y articular una cultura no occidental a
través de la cultura de descentramientos y desfiguraciones no excluyentes, sino incluyentes que tiende, como
plantea Homi K. Bhabha, a diluir las fronteras en experiencias intersubjetivas y colectivas.
Se plantea un dispositivo de desautorización de las estructuras hegemónicas de referencia que como un
instrumento de resistencia a ellas.
9. El objetivo de los artistas no es reclamar cuestiones de identidad, sino liberar de su arte de toda etiqueta de
exotismos y primitivismos que , en último término, es sinónimo de naif.
Según Ery Cámara, la universalidad no es propiedad exclusiva de ninguna civilización porque sólo se reconoce
en la relación de todas las civilizaciones. El verdadero multiculturalismo supone el reconocimiento, sin el cual
cualquier conciliación universalizante resulta estéril o ilusoria, del otro en su identidad y en su alteridad.