La microeconomía estudia el comportamiento de unidades como consumidores y empresas, mientras que la macroeconomía analiza el funcionamiento de la economía en su conjunto. Ambas están estrechamente vinculadas con el desarrollo pedagógico porque permiten asignar recursos para fomentar el crecimiento económico y mejorar el bienestar a través de la educación, cuya inversión ha aumentado en América Latina en la última década.