Este documento presenta las propuestas de cuatro expertos sobre la inclusión de la historia de las religiones y la música en la educación. Fernando del Paso propone enseñar la historia de las religiones desde primaria para fomentar el respeto intercultural. Alain Touraine también apoya esta enseñanza como forma de conocer al otro. Lothar Knauth ve a la historia como una herramienta para analizar procesos pasados. Finalmente, Zoltán Kodály propuso la educación musical generalizada desde una temprana edad para desar
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Historia, religiones y música: educar para la convivencia1
Hilda Mercedes Morán Quiroz
María Teresa Ruiz Esparza
Alicia Velázquez Ornelas
La Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI presidida por Jacques Delors, generó
un documento ampliamente conocido como “Los cuatro pilares de la educación” en La educación
encierra un tesoro (Delors, 1994). En síntesis, se reconoce que cada individuo posee un cúmulo de
capacidades y habilidades y que la educación tendría que permitirle descubrir, despiertar e
incrementar tal potencial, “el tesoro” que lleva consigo. Es sobre la base de dicho reconocimiento que
referimos aquí cuatro propuestas educativas cuyos objetivos trascienden la sola enseñanza, tanto en
términos generales como en relación con la disciplina propuesta en particular, enfocándose en la
formación de valores, por lo que podrían constituirse en “ejes transversales de la educación”.
Historia de las religiones y/o historia del pensamiento religioso
Fernando del Paso: Historia de las religiones2
Con una larga trayectoria periodística, política y literaria, Fernando del Paso (2002), a propósito de las
entonces recientes declaraciones del cardenal Norberto Rivera, propone que se incluya en la
asignatura de historia, desde la primaria y hasta la secundaria, la historia de las religiones y del
pensamiento religioso. De acuerdo con Del Paso, esto permitiría en cierta medida contrarrestar la
globalización, facilitando a los estudiantes “una visión unitaria del hombre de todas las edades y todas
las razas, nacionalidades, religiones y lenguas”.
Así pues, Del Paso propone la enseñanza de la historia de las religiones como parte de la
formación y educación de todo ser humano. Esto encierra desde luego dos aspectos que
complementan al individuo: el conocimiento del Otro en el sentido de conocer, reflexionar y
comprender las creencias y formas de pensamiento distintas a la propia, y fomentar el respeto:
En este siglo, en este milenio, en este mundo donde todo –para bien o para mal– se
globaliza a la velocidad de la luz, a la velocidad de la sombra, pocas cosas podrán
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Esta presentación es parte de un proyecto más amplio denominado "Ejes transversales de la educación", del Cuerpo
Académico Procesos de historia mundial y formación social mexicana (Universidad de Guadalajara), y en el que se
contempla la formación en valores y la transdisciplinariedad a través de las asignaturas de Música e Historia en la enseñanza
básica.
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Entendemos el concepto de religión como un conjunto de creencias, actitudes y acciones que norman la vida del creyente.
El valor, la riqueza, el compromiso, la vivencia enriquecen a quien la profesa y al Otro lo cultiva, lo dignifica en la medida del
conocimiento, el respeto y la convivencia.
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proporcionarnos una visión unitaria del hombre de todas las edades y todas las razas,
nacionalidades, religiones y lenguas, que un estudio como el que propongo, el cual desde
luego no contradice en la más mínimo el concepto de una educación laica.
Podría parecer que únicamente nos ofrece el conocimiento de lo que denomina “un universo
propio, el de una imaginación colectiva portentosa cuyo conocimiento debería formar parte de la
educación de todo ser humano”. Pero más allá de este conocimiento, advertimos el enriquecimiento
del individuo al enseñarle, a la vez, la diversidad cultural, el respeto y la convivencia con el Otro, aquél
que practica una confesión diferente de la mía y que es digno de todo respeto.
De acuerdo a su propuesta, los primeros ciclos tendrían que incluir la enseñanza de los mitos.
Luego se haría una selección de las principales religiones como el hinduismo, el sikhismo, el budismo
y el lamaísmo, el confucianismo, así como las tres religiones monoteístas: el cristianismo, el judaísmo
y el islamismo con sus ramificaciones, abordándolas desde su origen y enfatizando sus similitudes.
Otro aspecto en el estudio de las religiones es la lectura de los libros sagrados de éstas. Para los
primeros ciclos se propone una antología pero en los últimos se intentaría llegar a una lectura
comparada de éstos, incluyendo la historia de las iglesias católica, anglicana y judía. Llegando al
estudio del siglo XX y para el ciclo de educación media superior sugiere el estudio de la historia de la
Teología de la Liberación y sus detractores. El último apartado que intitula La actualidad, considera
pertinente el estudio de acontecimientos como el del 11 de septiembre en los EE.UU y el bombazo en
Madrid. El conflicto del Medio Oriente entre Israel y Palestina no podría estar ausente de un programa
de la actualidad religiosa en el mundo, y en particular como una de las causas del atentado terrorista
contra las Torres Gemelas del World Trade Center, entre otros temas.
En su propuesta, Del Paso ha advertido dos temáticas no menos importantes: la preparación
del maestro que impartirá los conocimientos a los alumnos y la preparación de los libros de texto y
antologías adecuados a cada uno de los niveles educativos: primaria y secundaria, y la educación
media superior.
Alain Touraine: La escuela del Sujeto
Alain Touraine confiere también especial importancia a la historia de las religiones como una forma de
conocimiento y comprensión del Otro, para llegar al respeto, dentro de una propuesta más integral que
él denomina “la escuela del sujeto” (1997). Para Touraine, la historia es el vehículo que permite
comprender al sujeto al establecer un puente entre éste y su acontecer. En su texto ¿Podremos vivir
juntos? Iguales y diferentes, muestra cómo la globalización ha llevado al individuo y a la sociedad a
“ninguna cultura”, en la que estamos comunicados sin estar comunicados. Su planteamiento es
encontrar
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un punto fijo en un mundo en movimiento en el cual nuestra experiencia está fragmentada
y donde el lugar que antes ocupaban las instituciones fue reemplazado por las estrategias
de las grandes organizaciones financieras, técnicas y mediáticas.[…]. Comienza [el
tiempo] del cambio como categoría central de la experiencia personal y la organización
social. (Touraine, 1997: 19, 21)
A través de este cambio nos propone el proyecto de una vida personal en el que la experiencia
vivida permita al individuo la construcción de sí mismo como Sujeto capaz de moverse en la libertad y
el reconocimiento del Otro como un Sujeto que también trabaja, a su manera, para combinar una
memoria cultural con un proyecto instrumental. La idea de Sujeto en Touraine se rige por la
comunicación intercultural. A propósito del primero de los cuatro pilares de la educación que
mencionamos al principio, señala que
Se trata de aprender a vivir juntos desarrollando el conocimiento de los otros, de su historia, sus
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tradiciones y su espiritualidad . Y a partir de allí, crear un nuevo espíritu que, precisamente
gracias a esta percepción de nuestras interdependencias crecientes, a un análisis compartido de
los riesgos y desafíos del futo impulse a la realización de proyectos comunes o bien a un manejo
inteligente y pacífico de los inevitables conflictos. (Touraine, 1997, p. 288)
Así pues, su propuesta es llevada al ámbito educativo orientado hacia la libertad del sujeto
personal, la cultura y los valores de la sociedad, la comunicación intercultural y la gestión democrática
de la sociedad. El sentido de ésta será comprender al otro en su cultura, así como ligar identidad e
instrumentalidad.
Lothar Knauth: Procesos de Historia mundial
Desde la perspectiva de “procesos compartidos” o procesos de historia mundial, la historia es un eje
que atraviesa la formación toda del individuo, como lo señala, entre otros historiadores, Lothar Knauth,
para quien:
En el caso de México, la tarea primordial dentro de una nueva cultura académica debe ser la
formación de profesionales capaces de convertirse en agentes difusores del análisis de procesos
históricos. […] Además, este entrenamiento en la capacidad de analizar procesos pasados abre
un panorama a posibles estrategias para encarar futuros escenarios –que serían otra vez
procesos– y exige otro presupuesto: hoy en día una educación histórica debe insistir en la
importancia de la investigación para crear nuevos conocimientos, so pena de perder legitimación”.
Al educar en la historia es preciso “ocuparse de la articulación entre los diferentes niveles de
adquisición de un conocimiento histórico. (Knauth, 1999, p. 15)
Para nuestro historiador, incluso el individuo debe ser consciente de su propio proceso de
formación. En ello, la historia y, por ende, la enseñanza de la historia desde esta perspectiva de
procesos mundiales, constituyen una herramienta terapéutica, en la medida en que permiten elaborar
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Las negritas son nuestras.
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el temor generado por fenómenos que el hombre ha producido a lo largo de la historia y que se
resisten a un fácil análisis. Tal temor, dice Knauth, “se debe básicamente a nuestra insistencia en
premisas ideológicas declaradas, premisas que tienden a producir formulaciones que dan lugar a
nuevos mitos sin emprender un adecuado análisis” (Knauth, 1993). En síntesis, la fuerza educativa y
formativa de la historia así vista, proviene del hecho de que:
Tanto la productividad, como elemento satisfactor, erótico en términos freudianos, como la violencia,
componente destructor, thanático, son fuerzas que subyacen en todos los procesos históricos.
Elementos que forman una díada dialéctica y persistirán, pero cuyas manifestaciones se prestan a
procesos de sublimación, al hablar claramente de ellos. (Knauth, 2010, p. 66).
Música para todos: Zoltán Kodály
La preocupación central de Kodály (1882-1967) es la educación musical generalizada, entendida ésta
como la oportunidad igual para todos de acceder a la escritura y lectura de la música, reconocida como
parte integral de la lengua (cultura) materna. En ese sentido, considera que el “analfabetismo musical”
es tan grave, en términos de desarrollo, autonomía, identidad y conciencia de un pueblo, como el
analfabetismo literario. Al respecto, vale la pena recordar aquí las declaraciones del Primer Congreso
sobre “El rol y el lugar de la música en la educación de la juventud y de los adultos”, celebrado en
Bruselas en 1953 y auspiciado por la UNESCO y el International Music Council (cit. por de Greeve,
2011, abril 15):
todo individuo debe tener el derecho y la oportunidad para desarrollar sus dones musicales;
la educación musical básica debe ser parte integral del curriculum escolar normal;
la necesidad de expresión musical, inherente a todo ser humano, debe satisfacerse;
debe hacerse espacio para material musical auténtico con verdadero valor educativo;
como un paso hacia el entendimiento entre los pueblos, los cancioneros escolares deben
contener una selección de canciones de todo el mundo.
Recordemos aquí que de este Primer Congreso surgen tanto la Sociedad Internacional para la
Educación Musical (ISME) como la Sociedad Internacional Kodály (IKS), y que Kodály fue el nombrado
entonces presidente honorario de la primera y presidente de la segunda.
Kodály parte de la idea de que “el alma de un pueblo está en su música” (Kodály, c.1899) y de
que ésta debe formar parte de la vida cotidiana y la educación formal, a la vez que convertirse en
objeto de estudio y elaboración profesional. Como todos aquí sabemos, la base de su propuesta de
educación musical es la música de tradición oral, que es la que reconoce como propia de un pueblo. A
los cantos propios de la cultura en cuestión, se van agregando cantos de otras culturas, así como
piezas musicales “cultas”, a lo largo del currículum; el proceso es tan largo como el mismo aprendizaje
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del lenguaje hablado y el conocimiento de las obras de la literatura universal. Para la práctica cotidiana
de la enseñanza-aprendizaje de la música, Kodály propone varias herramientas específicas, como la
fonomimia de Curwen, el sistema de sílabas para la lectura rítima y el “do relativo” para la lectura
melódica. Ello, aunado al reconocimiento de la necesidad de un aprendizaje secuenciado, y su
discusión acerca de quién es un buen músico, es lo más cercano a la definición de “método” por
Kodály –e incluso entonces, se enfoca sobre todo en cuestiones políticas y sociales. En todo caso,
Kodály no propone un método en el sentido en que con frecuencia se entiende este término en el
ámbito de la educación (por no decir entrenamiento) musical –es decir, una serie de ejercicios
prácticos que prometen el éxito de la noche a la mañana–; por el contrario, afirma que
No es la técnica lo esencial al arte, sino el alma. Tan pronto como el alma puede comunicarse
libremente, sin obstáculos, se crea un efecto musical completo. La técnica suficiente para una
manifestación libre del alma del niño puede ser dominada fácilmente con un buen guía en
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cualquier escuela (Kodály, 1929, p. 122) .
La propuesta de Kodály sirve a un doble propósito inmediato: la formación de músicos
profesionales de alto nivel y la de un público informado, educado y crítico, como condiciones sine qua
non para lograr el pleno desarrollo musical. Ello, a su vez, tendría que conducir a una mayor
comprensión cultural e histórica, tanto de lo “propio” como de lo “ajeno”, y, por ende, a una mayor
armonía en la convivencia social.
Qué enseñar es tal vez el punto más controvertido, pero también el más significativo en la
propuesta de educación musical de Kodály. Al elegir la música de tradición oral como el punto de
partida, desde el nacimiento del niño –o incluso antes–, enfatiza la importancia de una clara conciencia
de sí mismo y una fuerte identidad social. Cuando escribe acerca de la tarea de recolección de
canciones, afirma que: “No sólo encontramos muchas canciones en los pueblos –y no importa si
fueron cien o mil–, en otras palabras, material que pudo ser recolectado, tomado y utilizado, sino
también algo más sin lo cual estas melodías no habrían llegado a existir: y eso es cultura” (Kodály,
1932, p. 210). Las canciones de tradición oral en la educación musical tienen también un significado
politico: “En este punto la democracia significa dos cosas: una es hacer accesibles los medios de
educación musical para todos, y la otra, una total afirmación de las características nacionales” (Kodály,
1945, p. 145).
En lugar de preocuparse acerca de cómo tener más y saber más en el menor tiempo y con el
mínimo esfuerzo posibles, Kodály se enfoca en compartir felicidad y bienestar general. Sólo un
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Todas las citas de Kodály en este texto fueron traducidas del inglés por HMMQ.
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ejemplo, tomado de su reflexión acerca de Haydn: “Hay tan poca gente feliz y satisfecha en la tierra,
asediada en todas partes por el dolor y la preocupación. Quizás el trabajo de ustedes [estudiantes de
música] pueda ser algunas veces un arroyo en el cual el apesadumbrado encuentre unos cuantos
minutos de paz y descanso” (Kodály, 1949, p. 79). Y aquí volvemos a la importancia de conocer de
verdad a los otros, tanto en lo individual –en lo que respecta a los estudiantes, por ejemplo–, como
socialmente –en términos de conocer y aprender a respetar otras culturas, a través de su música. Eso
es algo que no puede lograrse con prisas.
Encontramos un argumento similar en el ya mencionado ¿Podremos vivir juntos? Iguales y
diferentes, de Alain Touraine, para quien conocer a los otros –los que son diferentes de nosotros– es
la única manera de enfrentar y resolver los inevitables conflictos de nuestro tiempo de globalización y
relaciones multiculturales: es sólo a través de tal conocimiento que podemos aprender a amar a los
otros, en lugar de simplemente tolerarlos. Para lograr ese objetivo, como ya dijimos, Touraine propone
la inclusión de la historia de las religiones como una asignatura curricular de la educación elemental.
La propuesta de Kodály podría conducir al mismo objetivo, tal vez de manera más conveniente,
disfrutable, activa y efectiva. A través de la música, con los cantos y juegos cantados de los niños
como punto de partida conducente al aprendizaje de la lecto-escritura musical, se lleva ventaja para
lograr lo que Touraine ve como necesidad urgente de la sociedad moderna: reunir, en sus términos, el
ámbito instrumental o “público” de la vida, con el ámbito cultural o “privado”. Estos dos ámbitos
corresponden a lo que la religión primero y luego la ciencia como institución han definido como los
mundos masculino y femenino.
Adelantándose a su tiempo, Kodály reúne estos dos mundos. No sólo no teme abordar la parte
femenina del mundo tomando en cuenta emociones y sentimientos (recordemos que una de las cuatro
características básicas de un músico es “un corazón bien entrenado”, junto con el buen entrenamiento
de la inteligencia, el oído y la mano (Kodály, 1953-1954, p. 197), sino que además proclama que es ahí
donde la educación musical y, por lo tanto, la comprensión de nosotros mismos y de los otros, debe
comenzar con la madre y a través de cantos de cuna, canciones infantiles y juegos cantados, todo lo
cual evidentemente pertenece a la vida “privada”.
Es evidente que, antes que nada, el interés de Kodály se centra en la construcción de una
fuerte identidad social y cultural, a la vez que en promover la habilidad para relacionarse con otros de
manera significativa. Esto se aplica tanto a la vida social como al más simple trabajo en equipo, por
ejemplo: “Practicar a dos voces sin un tercer compañero que observe y marque el pulso, no sirve de
mucho, pues los cantantes no notan los errores que cometen ni mantienen el tiempo con exactitud”
(Kodály, 1953-1954, p. 199).
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Pero el objetivo final de la educación musical de acuerdo con Kodály va mucho más allá de
cantar correctamente y mantener el tiempo con exactitud: “¿Y cuál es la meta de todo este largo y
arduo trabajo? ¿Ganar competencias? ¿Opacar a los colegas músicos para obtener fama y
renombre?” –pregunta Kodály– “No”, continúa él mismo:
Es deber ineludible del talentoso cultivar su talento hasta el más alto grado, ser de tanta utilidad como
sea posible para sus congéneres. Porque el valor de cada persona se mide por cuánto puede ayudar a
sus semejantes y servir a su país. El verdadero arte es una de las fuerzas más poderosas en el avance
de la humanidad y quien lo hace accesible a tanta gente como sea posible es un benefactor de la
humanidad. (Kodály, 1953-1954, p. 199).
En resumidas cuentas, la propuesta de Kodály conduce hacia la armonía humana, en un
sentido más general: “Se deja a ustedes, quienes usen este libro [Bicinia Hungarica], mostrar que
mientras que el canto en sí mismo es bueno, la verdadera recompensa llega a quienes cantan y
sienten y piensan con otros. Este es el significado de la armonía” (Kodály, 1937, p. 215).
Referencias
De Greeve, Gilbert (2011, abril 15). Tomado de
http://www.britishkodalyacademy.org/modules.php?op=modload&name=News&file=article&sid=78.
del Paso, Fernando (2002). La Jornada semanal (publicación periódica), 15-19 de marzo, México.
Delors, Jacques (1994). “Los cuatro pilares de la educación”, en La educación encierra un tesoro, El
correo de la UNESCO. Disponible también en: http://es.scribd.com/doc/17371433/La-educacion-
encierra-un-tesoro-Delors (última consulta, 16/05/2011).
Knauth, Lothar (1999). “Una historia para el siglo XXI”, en Lothar Knauth et al., Hacia una historia para
el siglo XXI, Homenaje a Lothar Knauth. Revista Estudios del Hombre No. 9, Universidad de
Guadalajara - Universidad Autónoma Metropolitana/Iztapalapa, México.
_____ (2010). “El significado del mundo en 1991”, en Lothar Knauth y Ricardo Ávila, Historia mundial
creándose. Colección Estudios del Hombre, 26, Serie Historia, Universidad de Guadalajara,
México, pp. 55-68.
Kodály, Zoltán (c. 1899). Diario personal de Zoltán Kodály, no publicado. Comunicación personal de
HMMQ con Szarolta Peczely viuda de Kodály. Columbus, Ohio, verano 2002.
_____ (1929). “Children’s choirs”, en The Selected Writings of Zoltán Kodály, Boosey & Hawkes,
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_____ (1959). “In Memory of Haydn”, en op.cit., 1974, pp. 78-80.
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Touraine, Alain (1997). ¿Podemos vivir juntos? Iguales y diferentes. Fondo de Cultura Económica,
México.