2. “MAS INFORMACIÓN, MENOS
CONOCIMIENTO”
En este artículo escrito por Vargas Llosa, describe la influencia que ha tenido la
tecnología en la cultura, en un relato de la biografía de Nicholas Carr.
Nicholas Carr estudió Literatura en Dartmouth College y en la Universidad de
Harvard y todo indica que fue en su juventud un voraz lector de buenos libros.
Luego, como le ocurrió a toda su generación, descubrió el ordenador, el
Internet, los prodigios de la gran revolución informática de nuestro tiempo, y no
sólo dedicó buena parte de su vida a valerse de todos los servicios online y a
navegar mañana y tarde por la Red; además, se hizo un profesional y un
experto en las nuevas tecnologías de la comunicación sobre las que ha escrito
extensamente en prestigiosas publicaciones de Estados Unidos e Inglaterra.
3. “MAS INFORMACIÓN, MENOS
CONOCIMIENTO”
Un buen día descubrió que había dejado
de ser un buen lector, y, casi casi, un
lector. Su concentración se disipaba luego
de una o dos páginas de un libro, y, sobre
todo si aquello que leía era complejo y
demandaba mucha atención y reflexión,
surgía en su mente algo así como un
recóndito rechazo a continuar con aquel
empeño intelectual. Así lo cuenta: "Pierdo
el sosiego y el hilo, empiezo a pensar qué
otra cosa hacer. Me siento como si
estuviese siempre arrastrando mi cerebro
descentrado de vuelta al texto. La lectura
profunda que solía venir naturalmente se
ha convertido en un esfuerzo".
4. ¿ES CIERTO QUE EXISTE UNA DISTORSIÓN EN LA
CAPACIDAD DE ANÁLISIS DEL LECTOR QUE ESTÁ ATADO A
LA INFORMACIÓN REVERBERANTE DEL INTERNET?
Es cierto, los avances tecnológicos y la modernidad han desempeñado un
papel que ha cambiado la manera de leer. Así tenemos por ejemplo los
conocidos libros on-line, los cuales uno puede tener acceso gratuitamente o
bajo una suscripción para su acceso, si bien este tipo de adelanto ha
revolucionado el alcance de los lectores, por otro ha olvidado lo placentero
de leer a través de un soporte material y físico, para algunos –queda claro-
que prefieren del aroma de un buen libro. Sin embargo, a pesar de que los
autores han publicado sus libros a través del internet, existen situaciones que
propician problemas mayores, como son las páginas web que brindan
información respecto a un determinado tema, sin precisar la autoría, siendo un
recopilado de varias webs, en la mayoría de casos, lo que evidencia no sólo la
falta de confiabilidad que se le puede tener a dicha información, sino también
a una síntesis que poco alimenta el conocimiento de un buen lector, creando
lectores conformistas, despreocupados de la investigación y el estudio,
ansiosos por saber y no por ignorar menos, con mentes atrofiadas incapaces
de analizar, crear y aplicar lo que un libro ofrece.
5. DE SER POSITIVA SU RESPUESTA, ¿CÓMO SE
PRODUCE ÉSTA?
La manera en la que se produce una distorsión de la capacidad de análisis,
como se ha venido explicando en el cuestionamiento anterior parte de la
obligación que se ha convertido saber más, en lugar de servir como una
fuente de dejar de lado el desconocimiento e ignorar menos. A partir de ello,
se deduce que esta deficiencia en la capacidad del lector, comienza con la
pérdida de la curiosidad y el conformismo de la información, lo que se refleja
posteriormente en la imposibilidad del lector de poder seguir un hilo reflexivo y
analítico de lo que se viene leyendo, siendo consecuentemente carente de
resolver y aplicar soluciones, dejando en menoscabo la lógica y el juicio crítico
que caracteriza a todo buen lector. Es por ello, que en la actualidad, los
estudiantes no leen, no por el sólo hecho de conllevar una flojeritis crónica -en
el mejor de los casos- sino más bien debido a la deficiencia en la capacidad
cognoscitiva, que ha sido producto de pocas horas de coger un libro y
muchas de ventanas y pestañas de internet.