La conciencia ha sido estudiada desde el siglo XVII, pero su investigación disminuyó cuando los conductistas argumentaron que solo deben estudiarse comportamientos observables. En la mitad del siglo XX, el estudio de la conciencia volvió a respetarse. Actualmente, el enfoque se centra en definir y describir sus diversos niveles o estados alternados, como el sueño, la fiebre o los inducidos por drogas. Todos estos estados comparten alteraciones en el pensamiento, la noción del tiempo y la expresión emocional.
Introducción:Los objetivos de Desarrollo Sostenible
Conciencia
1. Conciencia.
La palabra conciencia la utilizó por primera vez Francis Bacon en el siglo xvii. Más
tarde en el mismo siglo, John Locke la definió como “la percepción de lo que
ocurre en nuestra mente”.
El estudio de la conciencia sufrió un importante retroceso en los círculos
psicológicos cuando los conductistas ejercieron su influencia. En 1913, un año
antes de que fuera elegido presidente de la Asociación Americana de Psicología,
John B. Watson público su manifiesto conductista, en el cual proclamaba: “ha
llegado la hora de que la psicología abandone toda referencia a la conciencia”. Ya
que la mayoría de los psicólogos estaban de acuerdo con la proposición de
Watson de que la psicología solo puede ser científica, si estudia comportamientos
que se puedan observar y medir, y así dejaron de investigar lo que ocurría en el
cerebro humano.
Los que persistieron en querer penetrar en los pensamientos y sentimientos lo
hicieron cada vez más dentro de un marco neurológico y fisiológico, y no en el
psicológico. No fue, hasta mediados del siglo xx, cuando el estudio de la
conciencia volvió a ser respetado en los ambientes psicológicos.
Hoy en día el énfasis en el estudio de este tópico, aunque sin embargo esquivo
fenómeno, se centra en la posibilidad de definición y descripción de sus diversos
niveles denominados: estados alternativos o estados alterados. Mientras no exista
ninguna definición universalmente aceptada de la conciencia, podemos adoptar,
como definición de trabajo, la siguiente: “darnos cuenta de nosotros mismos y del
mundo que nos rodea”.
El estudio de la conciencia se ha centrado más en los estados alterados que en el
estado normal. Generalmente, se considera como estado de conciencia normal
aquel en el que pasamos la mayor parte de las horas de vigilia. Cualquier cambio
cualitativo de nuestro estado normal es considerado como un estado alternativo o
alterado.
Todos hemos experimentado estados de conciencia diferentes al dormir, soñar o
estar enfermos con fiebre alta, estos son los estados alternativos; Algunos también
hemos experimentado un ECA producido por la medicación, la hipnosis o las
2. drogas, esto consiste en lo que consideramos estados alternados. Estos no
aparecen de forma espontánea y hay que provocarlos deliberadamente.
Todos ellos difieren uno del otro, aunque mantienen características comunes tales
como:
- Alteraciones del pensamiento. Experimentamos diferentes grados de
concentración, atención, memoria o capacidad de juicio. No estamos
seguros de lo que es real y de lo que no lo es, confundimos la causa y el
efecto.
- Perdida de la noción del tiempo. Puede sentir que el tiempo se detiene o
bien que avanza muy rápidamente. Si se encuentra sumergido en una
actividad creativa puede que no se dé cuenta de que ha trabajado todo el
día.
- Cambio en la expresión de las emociones: Hay autistas emocionales,
incapaces de mostrar alguna emoción por las cosas, otros lo hacen de
forma violenta, como el hombre que maltrata a su mujer cuando está
borracho.
- Cambio en el sentido o significado. Puede experimentar que ha obtenido un
conocimiento nuevo e interesante, como si se le hubiera encendido una luz
que le permite discernir todo lo que estaba obscuro. El soñador, el
meditador, el borracho, todos piensan haber encontrado el sentido de la
vida. Sin embargo, en la mayoría de los casos, una vez que cambia de
estado, el conocimiento se desvanece o se vuelve trivial.
- Sensación de incapacidad para describir algo. Es posible que diga: “no lo
puedo explicar”. Aunque parte de su problema puede ser debido a una falta
de vocabulario para describir experiencias lejanas de su ambiente
cotidiano, o quizá puede deberse a una pequeña amnesia o a que más
procesos mentales eran tan lentos y diferentes durante la experiencia que
no se daba bastante cuenta de lo que ocurría para poder ahora describirlo.