2. Paulo Freire
(Recife, Brasil, 1921 - São Paulo, 1997) Pedagogo brasileño. Estudió
filosofía en la Universidad de Pernambuco e inició su labor como profesor
en la Universidad de Recife, como profesor de historia y filosofía de la
educación.
En 1947 inició sus esfuerzos para la alfabetización de adultos, que durante
los años sesenta trataría de llevar a la práctica en el nordeste de Brasil,
donde existía un elevado índice de analfabetismo. Con la ayuda del obispo
Helder Cámara, promovió en 1961 el denominado «movimiento de
educación de base», a la vez que desarrollaba su metodología educativa.
Con la llegada al poder en 1964 del general Humberto Castelo Branco, fue
detenido y hubo de abandonar el país. En el exilio ejerció como asesor
educativo de diversas instituciones, entre ellas la UNESCO. Regresó a
Brasil en 1980.
Las ideas educativas de Paulo Freire quedaron recogidas en los diversos
ensayos que publicó. Entre otros títulos, destacan La educación como
práctica de la libertad (1967), Pedagogía del oprimido (1969) y Educación y
cambio (1976).
3. Sus principales obras y aportes han sido
tres:
• La educación como práctica de la libertad. En esta obra,
como nos deja ver su nombre, resume lo que veníamos
exponiendo; el empleo de la educación para desarrollar la
libertad de las personas.
• Pedagogía del oprimido. Aquí realiza un estudio y análisis
de las causas que oprimen a un hombre y cómo hacer
para dar vuelta dicha situación.
• Extensión o comunicación. Profunda critica a las
tradicionales formas y campañas de alfabetización, las
cuales Freire considera que adolecen de graves y grandes
faltas.
6. Es necesario desarrollar una
pedagogía de la pregunta. Siempre
estamos escuchando una pedagogía
de la respuesta.
Los profesores contestan a
preguntas que los alumnos no
han hecho.
7. Mi visión de la alfabetización va más allá del
ba, be, bi, bo, bu. Porque implica una
comprensión crítica de la realidad social,
política y económica en la que está el
alfabetizado.
8. Enseñar exige respeto a los
saberes de los educandos.
Enseñar exige la corporización
de las palabras por el ejemplo.
Enseñar exige respeto a la
autonomía del ser del
educando.
Enseñar exige seguridad,
capacidad profesional y
generosidad.
Enseñar exige saber escuchar.
9. La Pedagogía del oprimido, deja de ser
del oprimido y pasa a ser la pedagogía de
los hombres en proceso de permanente
liberación.
10. Defendemos el proceso revolucionario
como una acción cultural dialogada
conjuntamente con el acceso al poder
en el esfuerzo serio y profundo de
concienciación.
El hombre es hombre, y el mundo es
mundo. En la medida en que ambos
se encuentran en una relación
permanente, el hombre transformando
al mundo sufre los efectos de su
propia transformación.
Decir que los hombres son personas y
como personas son libres y no hacer
nada para lograr concretamente que
esta afirmación sea objetiva, es una
farsa.
11.
12. El estudio no se mide por el número de páginas leídas
en una noche, ni por la cantidad de libros leídos en un
semestre. Estudiar no es un acto de consumir ideas,
sino de crearlas y recrearlas.