Las sociedades personalistas se caracterizan por tres elementos:
1) Tienen personalidad jurídica distinta del resto de personalidades jurídicas.
2) Los socios responden con su patrimonio personal de las deudas sociales.
3) Gira en torno a la reputación y buen hacer de sus socios.
Casi ningún empresario acude a este tipo de sociedad debido a que la sociedad capitalista ofrece mayor atractivo al inversor y empresario.